Especial

MÓNICA E HIJO…

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Tagaste, hoy llamada Souk Ahras, es una provincia de la República de Argelia, ubicada a escasos 90 kilómetros al sur del Mar mediterráneo y a 275 km. al suroeste del puerto de Cartago. Este lugar es ampliamente conocido porque fue la cuna de aquella abnegada, paciente, tolerante, estoica y generosa mujer llamada Mónica.

 

Mónica desde chiquilla, ya pintaba para SANTA; su educación y la de sus hermanas  fue encomendada a una religiosa excesivamente rígida que las traía de “mecate corto”, pero le “aguantaron el paso”. La adolescencia de Mónica, no fue nada halagüeña, porque su padre hizo casarla con un neurótico llamado Patricio, que de patricio no tenía nada, pues era borracho, mujeriego, parrandero y jugador, que le hacía la vida de cuadritos, y también le aguantó el paso la friolera de dieciocho años.

 

Las vecinas metichonas que nunca faltan, le pedían la receta “para no pelear con el marido”, a lo que ni tarda ni perezosa les contestó: “Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto la pelea, pues… no peleamos”. ¿ven, qué fácil?.  ─¡nooo, pos sííí!, le respondieron.

 

Don Paty, que en la calle era pura risa, y en su casa un energúmeno, le engendró tres hijos a Moniquita, dos varones y una mujer, dejándola viuda cuando la menor tenía 10 años. De colmo el mayor, llamado Agustín, le salió subversivo sedicioso y pagano, con inteligencia sobresaliente, que le permitía darse lujos excesivamente perniciosos, y que más tarde los plasmó en el libro de sus CONFESIONES.

 

Agustín después de esos azarosos relajos, se convierte en cristiano, momento que Mónica esperaba, para marcharse serenamente a la vida eterna, dejando al hijo que cumpliera con la oportunidad que el Supremo le daba de entregar  servicio al prójimo, tarea que cumplió hasta el momento de su deceso ocurrido el 28 de agosto del 430 en Hipona, a los 76 años de edad, dejando entre otras obras, LA CIUDAD DE DIOS.

 

La iglesia Católica no registra fecha de canonización de Santa Mónica ni de su hijo San Agustín debido a la antigüedad de los archivos, que seguramente fueron destruidos por las malas técnicas a que fueron sometidos.

 

San Agustín nos dejó este legado: “Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti”.

 

Ánimo ingao…!!!

 

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.

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