Morena se derrumba entre berrinches y pataletas de Cuitláhuac
Morena se derrumba entre berrinches y pataletas de Cuitláhuac
Por
Edgar Hernández*
¡A
contrapelo de la ley de Dios, estos sí mueren en la víspera!
Contrapunteados con su cúpula
partidista; una cascada desordenada de planillas de aspirantes a diputados y
presidentes municipales que se apuntan sin ton ni son, y los favoritos de
Cuitláhuac –entre ellos parientes y amigos con derechos- viven el derrumbe de
Morena.
Es a muerte la disputa entre dos
“morenas”; dos grupos en conflicto; dos escaladas de violencia y amenazas y, en
medio de este circo, la necedad del gobernador de desconocer al enviado de
México.
Y encima de todo su Mesías en
cama por Covid-19.
Ese es el escenario.
Un tongo no imaginado por la
4T a 26 meses de haberse instalado en el poder en donde ni los números le dan y
donde el histórico de la numeralia se suma a la fatalidad.
Si en 1994, teniendo como
presidente de la república a un priista, Ernesto Zedillo, y la mayoría
legislativa con 300 de 500 diputados, en 1997 el desgaste del poder les hizo
perder el Congreso al perder la mayoría con 238 legisladores.
Ello sentaría las bases para
que en el 2000 llegara Vicente Fox, quien producto de su mal gobierno es
sometido por la Cámara de diputados en las dos legislaturas que le tocó vivir;
simplemente no pudo gobernar con 207 diputados al arranque de su gobierno y 143
a la mitad de sus sexenio.
Los números y las bancadas
legislativas cuentan cuando se busca gobernar en el totalitarismo como pretende
Andrés Manuel López Obrador, pero también cuenta cómo se gobierna.
De acuerdo al histórico,
cuando llega Felipe Calderón con todos los traspiés que le provoca el PRD de
AMLO y el mismo descontento de Fox, solo logra una bancada en el Congreso de
206 diputados misma que ve descender en el año de 2009 a 148, donde se
sentarían las bases para el regreso del PRI.
El PRI de Enrique Peña Nieto
en el 2012 también producto del desgaste del poder se ve representado con 212
diputados, es decir, no alacanza la mayoría de 250 más uno, misma que vería
manguada en el 2015, a mitad del corrupto sexenio, con 205 legisladores.
Llega finalmente el Morena de
AMLO en el 2018 con 254 diputados en la cámara baja y la pregunta obligada es
¿Conservará la mayoría legislativa ante el desastre?
Ello amén de que históricamente
en los procesos intermedios, tanto a nivel nacional como estatal, el partido en
el poder siempre pierde diputados y a nivel estatal la cauda arrastra a
presidentes municipales.
Veracruz, todo un caso.
Entre Esteban Ramírez Zepeta y
Gonzalo Vicencio, uno amanuense de Cuitláhuac y el otro enviado de Marcelo
Ebrard y Mario Delgado, se ha desatado una imparable lucha de poder, una guerra
de insultos y un arrebato de oficinas.
En México ya no saben cómo
quitarse el dolor de cabeza que les representa un mandatario voluntarioso que
no sabe cómo resolver un problema cupular y de disciplina institucional.
Lo peor es que para su
operación electoral el requisito que ha puesto el propio Cuitláhuac es que sean
sus amigos, sus íntimos o sus parientes y que por encima de todo sean unos
pendejos; que hablen como él, que operen como él y que hagan alcancía, como él,
por si las moscas.
Listos e inteligentes no
quiere.
Ahí se explica el brutal
fracaso en la negociación que ha venido haciendo México con Ricardo Ahued a
través de Rocío Nahle, en donde la cúpula veracruzana ni le da garantías, ni le
promete nada y solo le pide que se aviente como el borras y eso francamente lo
ha rechazado el senador de la república que está más cómodo en su escaño viendo
como se destrozan los morenos.
Todo ello, en resumen, tiene
en alerta a México que ve como se derrumba en Veracruz, la tercera reserva
electoral de la nación.
Ello de cara al inusitado
crecimiento de la preferencia no solo por la coalición del PAN-PRD-PRI, sino
por los 14 partidos en disputa por un cargo de elección popular que han
descubierto un filón de oro en la división de Morena y el inminente voto de
castigo que ya permeó en amplias capas de la población de los 212 municipios en
disputa al igual que la treintena de diputaciones estatales.
Asistir a los funerales de
Morena habrá de ser un espectáculo digno de verse.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo