MUCHA FUERZA, POCO FUTBOL
MUCHA FUERZA, POCO FUTBOL
Por Héctor Larios Proa
Altos
directivos de la Federación Mexicana de Futbol, FMF, se esfuerzan a poner en sintonía
al futbol mexicano. Hacen gestiones, firman convenios, alianzas contratos por
derechos de televisión por aquí y por allá. Lo cual, sin duda es importante y
necesario, pero la necia realidad los pone frente al espejo.
Veamos,
firman acuerdo con su similar de Italia para intercambio deportivo y
administrativo, fuerzas básicas, selecciones nacionales,
arbitraje, marketing y comercialización. “Queremos demostrarle a
Europa que en México somos un gran formador de jugadores y jugadoras. Hemos
logrado dos campeonatos mundiales sub 17 y dos medallas olímpicas”, declaró
Mikel Arriola, presidente de la Liga Mx desde Roma.
Por su
parte, Yon de Luisa, Presidente de la FMF, destacó ayer la importancia que
tiene esta alianza.
Horas después
la selección mexicana sub 20 pierde la oportunidad de clasificarse al mundial
de la categoría en Indonesia el próximo año y además de acudir a los Olímpicos
del 2024, al ser eliminado por su similar de Guatemala, en el premundial.
Fallaron
los penales, es una explicación simplista, les propongo otra óptica para leer
las implicaciones.
El
resultado desastroso para los planes federativos de entrada pone en entredicho
el supuesto potencial de México en la zona de Concacaf y en la formación de
futbolistas.
Los
logros que se presumen en Roma, no son, desgraciadamente, por la estructura del
futbol mexicano. Los triunfos han sido gracias a esfuerzos coyunturales de
directivos, entrenadores y jugadores que en su momento trabajaron para ello.
Sin embargo, estos aprendizajes, como siempre, se tiraron a la basura.
A lo
largo de la historia del futbol nacional no se han conservado la experiencia de
procesos exitosos, llega otra administración, nuevos personajes algunos con
nombre, pero sin experiencia ni capacidad para empezar de cero. A pesar de ello
hacen su mejor esfuerzo, pero no les alcanza.
Los
nuevos federativos, traen consigo a sus amigos o recomendados que no han
demostrado capacidad, nadan de a muertito con la casaca nacional, en todas las
áreas federativas.
Por ello,
tal vez debe, ser aplaudidos los esfuerzos de los mandamases de futbol, sin
embargo, no tienen a nadie que les asesore en el diseño de un Plan Maestro de
Desarrollo que vincule las áreas de capacitación, arbitraje, selecciones
nacionales, etc., no existe articulación alguna entre las áreas, ni tampoco en
la contratación de los mejores perfiles para conducir el proyecto multianual, ello
coadyuva a fortalecer el compadrazgo vigente.
La 2ª y
3ª divisiones profesionales, el sector Amateur, continúan en el olvido o se van
por la libre para mantener los cotos de poder en sus divisiones,
reproduciéndolos vicios, solo recordemos a dirigentes que han ocupado esas
posiciones durante décadas.
Esta sucinta
semblanza sintetiza a la institución del balompié nacional y sus puntos
neurálgicos. Es ahí donde se debe iniciar la evaluación, antes de cortar
cabezas, que bien merecido lo tienen. El futbol mexicano, carece una estructura
organizativa que no dependa de los intereses de grupo del poder en turno.
Este tipo
de tumbos es un círculo vicioso. La toma de decisiones está de cabeza primero
nombran responsables y después buscan capacitarse. En sus palabras presumiendo
la alianza dejan claro: “Es un convenio histórico. Tiene dos ejes
principales; capacitación para nuestros cuerpos técnicos y árbitros, e
intercambio de información para compartir las mejores prácticas deportivas”,
declaró De Luisa.
Es decir,
primero los nombran después los capacitan…
Para que
la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, reza un dicho popular, y cae
como anillo al dedo, a Rafael Loredo y su auxiliar Yahir García, entrenadores
mexicanos que fueron contratados por la federación de Guatemala, diseñaron
junto a otros mexicanos el ciclo de preparación de sus selecciones guatemaltecas.
De la
cancha poco que decir, encuentro como muchos otros de eliminatorias, mucha
fuerza, poco futbol.
Los
federativos apuntan alto, pero carecen de controles de calidad deportivos y
administrativos que garanticen buenos procesos deportivos.
Los
italianos seguramente estarán pensando: “Nos equivocamos, debimos firmar
convenio, pero con Guatemala”.