MUCHOS COMPROMISOS AÚN SIN RESPUESTA
José Yunes Zorrilla*
Durante estos 26 años de trayectoria en política la
decisión de no aceptar cargo que no estuviera cimentado en el respaldo popular
a través de las urnas ha sido una constante. Considero que son los ciudadanos
los que dan o quitan, con base en resultados, aunque en muchos casos la
calificación de un proyecto sea producto más de variables externas que de
matices propios del aspirante en cuestión. Sin embargo, defiendo el postulado
de que la gente no se equivoca cuando emite su decisión en los comicios, más
allá del resultado, favorezca o no.
De las ocasiones en que tuve el honor de participar
en legislaturas locales o federales, cinco entre el Congreso de Veracruz y
ambas Cámaras en el Congreso de la Unión, sólo en dos de ellas el partido en el
que milito detentaba alguno de los niveles de Gobierno con decisión sobre los
presupuestos públicos. Es decir, mi desempeño legislativo en materia de gestión
generalmente ha sido desde la que se denomina oposición. En todas las demás
tuve la oportunidad de generar gestiones exitosas de inversión pública.
No me arrepiento de haber votado a favor propuestas
emitidas por Gobiernos distintos en plataforma de origen al mío, cuando se me
ha demostrado en los hechos que la iniciativa en cuestión es necesaria para la
vida pública, máxime en materia de finanzas. Esto no ha sucedido hasta ahora en
la sexagésimo quinta Legislatura, particularmente porque las iniciativas en
materia de finanzas, por lo que hace al presupuesto de egresos o las leyes
secundarias que rigen la vida económica del sector público o privado, considero
no han sido lo suficientemente revisadas y se aprueban sin debate alguno al
cobijo de una mayoría parlamentaria.
Entre algunas de ellas considero que haber dotado
de facultades extrajudiciales a la Unidad de Inteligencia Financiera para el
bloqueo de cuentas bancarias de particulares, la de modificar los factores para
el cálculo de pago de servicios en materia de deuda pública por parte de los
entes gubernamentales, o la de la cobranza delegada, representan más una línea
de pensamiento afín al sistema en el poder que a requerimientos claros de una
sociedad que observa cómo tras haber transitado ya más de la mitad de periodo
de Gobierno aún hay muchos compromisos asumidos públicamente sin respuesta.
Restan a partir de hoy 931 días de la
administración del gobierno federal, y si bien se han generado avances en
algunos rubros, particularmente de aquellos sectores desprotegidos que se han
visto beneficiados por programas asistenciales que palían sus carencias, hay
sectores como el de salud en el que no hay un horizonte claro para resolver el
abasto de medicamentos, implementos y mejorar su servicio.
En el tintero quedó la política de no incrementar
el precio de los energéticos, la saturación de operaciones del Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México, la búsqueda de fuentes de energía
alternativa, la protección de medio ambiente, el respeto a la libertad de
expresión, el gobierno incluyente, el rescate de las seis refinerías en
operaciones, la descentralización gubernamental hacia el resto del país, la
venta del avión presidencial, no gastar más de lo que ingresa la Hacienda
pública, el implementar un programa de fertilizantes adecuado o no remodelar
espacios de oficinas administrativas en aras de la austeridad, esto por
mencionar alguno de los rubros.
La sociedad puede esperar, sin duda. Es la
paciencia y la esperanza la que inyecta ánimo, pero el tiempo no espera a nada
ni a nadie, ese es el problema.
* Diputado federal. PRI