MUERE EL SOL EN LOS MONTES…
Doña Josefina, contaba que su abuelo, siendo un niño, debió haber llegado, en la nao de China a las costas de Huatulco, a principios del siglo XIX; por ende su señor padre nació en Oaxaca, por allá del año de 1840. Josefina, ya nació en Jalapa en el año de 1897, y nunca negó sus ancestrales raíces oaxaqueñas.
Los hijos de doña Jose, la festejaban en su cumpleaños, siempre de manera improvisada; no era para menos, todos eran buenos músicos —y músicas—, y aunque nunca ensayaban, interpretaban muchos valses de manera magistral.
A Josefina, le gustaba cantar el vals DIOS NUNCA MUERE, y antes de entonarlo, platicaba algunos pasajes de su autor, el músico de Oaxaca, don Macedonio Alcalá. Relataba que le apodaban «tío Macedas» y que nació en el año de 1831, al año exactamente del alumbramiento de otro oaxaco, el general Porfirio Díaz.
Josefina opinaba que los buenos músicos, eran divinamente elegidos, que vivían poco tiempo, ya que el dios Baco los seducía, los atrapaba y se los llevaba para que le cantaran a otras deidades; Macedonio no fue la excepción, el famoso VIOLÍN AMARILLO que siempre lo acompañó, tuvo que ser vendido, para darle un alivio a su situación financiera, venida en decadencia por la fuerte afición a los ajenjos.
Tío Macedas muere de cirrosis hepática el 24 de agosto de 1869; Josefina pidió que le dieran el acorde de Re menor y se arrancó a cantar: «—MUERE DIOS EN LOS MONTES…», al terminar su canción todos aplaudimos, con los ojos humedecidos, estábamos contagiados de la alegría de DOÑA JOSE…
¡Abuela, te sigo llevando en mi corazón!
Amigos, don Óscar Wilde nos dejó esta frase: «el arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos»
Ánimo ingao…!!!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.
Va la de don Macedonio… http://youtu.be/eYm9fmUIDS8