MURIÓ ALAIN DELON
MURIÓ ALAIN DELON
“Nunca en la vida he actuado,
en todas las películas que he hecho mis papeles,
no los interpreté, las viví”.
Alain Delon
Ciudad de México 18 agosto 2024.- El actor Alain Delon, falleció este domingo a los 88 años, tras una larga carrera empañada por la enfermedad y desavenencias familiares en el ocaso de su vida.
Sus tres hijos, Alain Fabien, Anouchka y Anthony anunciaron «con profundo pesar» que su padre había fallecido a mitad de la noche, rodeado de su familia en su casa de Douchy, en el centro de Francia.
El actor, que batallaba con un linfoma, murió alrededor de las 3:00 horas,
precisó su hijo Anthony a la agencia AFP.
«Klein o Rocco, el gatopardo o el samurái, Alain
Delon interpretó papeles legendarios e hizo soñar al mundo.
Prestó su rostro inolvidable para sacudir nuestras vidas», reaccionó el
presidente Emmanuel Macron en X, homenajeando a este «monumento
francés».
«Su muerte deja un vacío abismal que nada ni nadie podría
llenar», afirmó Brigitte Bardot, considerada como la última leyenda viva
del cine francés, a AFP.
Galán por excelencia durante décadas, a las órdenes de maestros como Luchino Visconti o Jean-Paul
Godard, Delon desapareció prácticamente de la gran pantalla desde
finales de los años 1990, pero no de la prensa rosa o la televisión, con
declaraciones controvertidas y problemas domésticos.
En el verano de 2023, sus tres hijos presentaron una denuncia contra su dama de
compañía, Hiromi Rollin, a veces descrita como su pareja, acusándola de abusar
de su debilidad.
Meses después, esos tres hijos se acusaron también mutuamente de desatender al
patriarca, que había sufrido un derrame cerebral años atrás.
Su último fulgor como estrella del cine fue en mayo de 2019, cuando recibió en
Cannes una Palma de Oro honoraria.
«Es un poco un homenaje póstumo, mientras aún estoy vivo», comentó el
actor, emocionado.
Fue «un león majestuoso, un actor de mirada de acero (…) lo concibió
todo y lo controló todo menos su final», dijo el ex presidente del
Festival de Cannes, Gilles Jacob.
Honran al actor de cine francés
A la entrada de su finca en Douchy, donde vivió sus últimos años y quería ser
enterrado, varios admiradores acudieron a depositar flores y se declaraban
«muy tristes», mientras sonaban unas notas de acordeón.
Era «Titi el acordeonista», quien, cubierto con un sombrero blanco,
dijo haber conocido hace años a Delon y que este le pidió que fuera a tocar
frente a su casa el día de su muerte.
«El baile ha terminado (…) se ha ido a bailar con las estrellas»,
afirmó la actriz Claudia Cardinale, que trabajó con él en El Gatopardo.
Delon participó en más de un centenar de películas desde su irrupción en la
gran pantalla en 1957 de la mano de Yves Allégret (When a Woman Meddles).
Era un instintivo genial. Se enorgullecía de no haber trabajado nunca su
técnica y de apoyarse en su carisma, una mezcla única de belleza incandescente
y frialdad quebradiza.
«No es un actor normal, Alain Delon. Es un
objeto de deseo. Ni siquiera es sexy, ni masculino, ni femenino: es una belleza
infernal», destacaba el actor Vincent Lindon en un documental en 2012.
Ese magnetismo fue oro para los cineastas y muchas de sus películas son
monumentos del séptimo arte.
Entre ellas, A Pleno Sol de René Clément (1960), que le
dio un aura internacional, Rocco y sus Hermanos (1960), El Gatopardo (1963) del italiano Luchino Visconti,
o La Piscina de Jacques Deray (1969). En esta
película, Delon actúa junto a quien formó durante años una pareja glamurosa,
Romy Schneider.
De actor a samurái
El cineasta más importante en su carrera fue Jean-Pierre Melville, quien lo
dirigió en clásicos como El Samurái (1967)
y El Círculo Rojo (1970).
Estos roles definieron el mito de Delon, que explotaría en numerosos otras
películas policíacas más tarde: el hombre de honor viril y silencioso, obligado
a luchar solo contra fuerzas que lo superan.
Este personaje arquetípico inspiraría a directores de todo el mundo, como el
hongkonés John Woo o el estadounidense Quentin Tarantino, a pesar de que el
francés nunca se destacó en Hollywood.
Para la Academia del Cine francés, Delon «se convirtió en un icono
eterno del séptimo arte, la encarnación del cine francés a nivel
internacional».
Su carrera se construyó paralelamente a la de otro monstruo sagrado, su amigo Jean-Paul Belmondo.
Fue una amistad teñida de cierta rivalidad, que brilló en pocas pero escogidas
películas: Borsalino en 1970 y Los Profesionales (1998).
«Él y yo somos el día y la noche», escribió Belmondo en un libro de
memorias en 2016. Belmondo era un hijo de burgueses con un estilo llano y
popular. Delon, un chico de la calle que aprendió a convertirse en un príncipe.
«Alain, un día me dijo que echaba de menos a mi padre, y hoy es a usted a
quien vamos a echar enormemente de menos», reaccionó el domingo Paul
Belmondo en Instagram.
El actor Delon era idolatrado en Francia, pero a menudo fue criticado y considerado antipático.
Fue amigo del líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, y en repetidas ocasiones se mostró a favor de la pena de muerte o en contra de la homosexualidad, a la que calificó de «antinatural».
Nostálgico de los años del general Charles De Gaulle, también era objeto de
burlas por su ego y su costumbre de hablar de sí mismo en tercera persona.