NIEGAN MINA A IP… Y CÁRTEL LA APROVECHA
NIEGAN MINA A IP... Y CÁRTEL LA APROVECHA
Staff
Agencia
Reforma
Ciudad
de México 21 marzo 2024.- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) le cerró la puerta a una empresa privada para extraer oro y el
Cártel de Sinaloa echó a andar el proyecto por su cuenta sin necesidad de
permiso alguno.
Ahora,
el grupo criminal lleva ya dos años explotando la zona minera de San Ignacio,
en Sinaloa.
El
cártel se adueñó del proyecto privado al que el Gobierno federal le negó los
permisos.
El 10
de agosto de 2022, la Semarnat notificó su negativa a Angeles Mine Corp, con
sede en Mazatlán y propiedad del empresario Rubén Abraham Reyes Flores, para
explotar minerales en la localidad de El Patole.
La
dependencia argumentó en su momento la falta de consultas a comunidades y la
existencia de cuatro escritos distintos que rechazaban este tipo de minería,
cuya característica principal es la excavación para cribar tierra o arena en
búsqueda de metales preciosos.
Pero a
finales de ese año, el Cártel de Sinaloa comenzó sus actividades en los 2.5
kilómetros de minería aluvial en la zona de playa, donde hay al menos 100 pozos
de entre uno a cuatro metros de profundidad para cribar arena con filtros.
En el
proceso deja caer químicos y agua que extrae del mar con mangueras y motores.
Pese a
la presencia de surfistas (en su mayoría turistas) y la anidación de tres
especies de tortugas marinas, las actividades son toleradas y pueden ser vistas
a cielo abierto o con imágenes satelitales.
El
proyecto minero rechazado buscaba explorar dos puntos específicos sobre el río
Piaxtla, tierra abajo del pueblo San Ignacio, y otro en las playas de El
Patole, en una zona de campos agrícolas y granjas acuícolas.
«Consiste
(el proyecto) en la extracción de arenas y grava aurífera en los puntos
seleccionados del río Piaxtla, ubicado geográficamente en el municipio de San
Ignacio dentro del estado de Sinaloa, para posterior lavado y clasificado por
medio de un sistema gravitatorio de cribado, el mineral que se busca extraer y
recolectar es el oro», se lee en el estudio presentado para la
Manifestación de Impacto Ambiental que se rechazó.
La
región de El Patole, cercana al pueblo llamado Dimas, es ahora una zona
silenciada por grupos criminales y tiene una alta concentración de hombres
operando máquinas para cavar y cribar la arena en búsqueda de oro.
Mineros
organizados han denunciado que esta actividad ocurre con presiones y amenazas a
pobladores y a quienes ejercen la actividad de manera legal, pese a que han
presentado denuncias ante autoridades federales que no los han atendido.