NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Por Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos del Regional, los saludo una vez más. Este domingo 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, uno de los eventos que más ha dado de qué hablar en estos días es el Paro Nacional de Mujeres el próximo 9 de marzo, iniciativa impulsada por varias organizaciones sociales para demostrar la necesidad de las mujeres con su ausencia en todas las actividades humanas.
Ésta es una protesta simbólica para hacer un llamado a las autoridades a poner más atención en temas de violencia de género, puesto que las mujeres en este país representamos el 52 por ciento de la población y en el 2019 se contabilizaron 1,006 víctimas de feminicidios, lo que representa la muerte de tres mujeres diarias en promedio.
Sin embargo, considero que este movimiento no debe politizarse, pues aunque es impulsado por el colectivo feminista Brujas del Mar, se han sumado Instituciones Educativas, Empresas, Instituciones Bancarias, Centros Comerciales, Medios de Comunicación, etc.
En mi opinión, el gobierno debería sumarse a esta iniciativa y comprometerse a tomar medidas de protección hacia las mujeres que sufren o han sufrido violencia de género, en lugar de retar al movimiento social. Sorprende que un gobierno que enarbola la bandera de la tolerancia y la comprensión responda con estrategias de distracción que creía superadas, como el lanzar la venta de cachitos de lotería para el avión presidencial ese mismo día. Lo que se pretende es hacer conciencia de lo que está sucediendo en nuestro País con la cantidad de mujeres que han muerto.
La violencia de género se entiende como cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, que implique un daño físico, sexual o psicológico. La violencia no es innata sino que se aprende; con esto quiero decir, como lo he manifestado en notas anteriores, que distinguir entre lo correcto e incorrecto también se aprende a través de un sistema de valores que reafirme la vida.
Es importante recalcar que no todas las muertes de mujeres son consideradas como feminicidios en el ámbito penal. Los homicidios son crímenes que se pueden cometer contra hombres y contra mujeres por diversas razones. Por ejemplo, en un asalto, un ladrón puede atentar contra cualquiera que se le ponga enfrente, y si acaso fuese mujer, lo que sucedió fue un homicidio, pues la circunstancia de su muerte no se relaciona con su género. Pero el feminicidio se refiere al asesinato de mujeres por parte de los hombres que las matan por el hecho de ser mujeres, motivados por la misógina y el sexismo. Son los casos de los asesinatos de Ingrid Escamilla y de la niña Fátima, los cuales han provocado indignación.
Yo los invito lectores a que no se politice el tema, porque no es culpa del gobierno sino de un sistema de valores caduco que nos ve a las mujeres como infrahumanas. Todos de alguna manera somos responsables de inculcar valores de respeto, tolerancia y de no discriminación.
Como lo he dicho y lo sostengo, todos debemos hacer frente común a lo que está ocurriendo; hombres y mujeres debemos luchar contra una violencia que debemos erradicar.
Nos leemos la próxima semana. Bendiciones.