‘NO SIEMPRE ESTOY DE ACUERDO CON AMLO, PERO HAY DIÁLOGO’
'NO SIEMPRE ESTOY DE ACUERDO CON AMLO, PERO HAY DIÁLOGO'
Ken Salazar (Alamosa, Colorado,
1955) no ha pasado desapercibido. En 267 días como Embajador de Washington ha
visto más veces al Presidente de México en su despacho que algún funcionario
del gabinete; se ha encontrado con más gobernadores que algún secretario de
Estado; ha visto a más líderes políticos que algún funcionario de Gobernación.
Rompió el letargo y la frivolidad. Su antecesor Christopher Landau solía
presumir en Twitter sus visitas a lugares de antojitos o rincones turísticos
mientras Salazar irrumpe en la Cámara de Diputados, reclama por la ley
eléctrica, se reúne con empresarios mexicanos y estadounidenses, va y viene con
su sombrero vaquero.
Presume su colección. Dice tener como 30 sombreros, muchos de ellos adquiridos
en México. Es un ranchero de Colorado y desde niño porta esa prenda. El de este
día ya registra las huellas del uso. La marca de fabricación ya la borró el
sudor.
Cuando la época del salinismo, al panista Diego Fernández de Cevallos le
apodaban «La Ardilla», porque no salía de Los Pinos, la entonces casa
presidencial donde un día sí y el otro también negociaba acuerdos con el
Presidente Carlos Salinas y su gabinete.
Al Embajador estadounidense podrían llamarle «El Príncipe». No sale
de Palacio. Él defiende la intensidad de ese trato directo porque, asegura, le
ha redituado beneficios aunque, advierte, de las diferencias con su
interlocutor.
«No siempre estoy de acuerdo con el Presidente (Andrés Manuel) López
Obrador, pero tenemos un buen diálogo, donde le puedo presentar las ideas, las
quejas, las oportunidades, y él es el Presidente; ustedes votaron o no votaron
por él aquí en México. Yo no tengo voto en México», dice en entrevista con
REFORMA.
Lleva usted apenas nueve meses en México, están
documentadas una docena de visitas con empresarios estadounidenses a
Palacio Nacional, visitas personales, otras acompañado de John Kerry o
Anthony Blinken para ver al Presidente. Es un asiduo visitante de Palacio
Nacional. Muchos funcionarios del Gabinete envidiarían esta recurrencia
que usted tiene.
¿Qué tanto le ha dado este acercamiento personal con el Presidente?
Ken Salazar.- Mi trabajo es adelantar la visión del programa de los Estados
Unidos y el Presidente Joe Biden en la relación entre México y los Estados
Unidos, porque esta relación de estas dos naciones, desde mi punto de vista, es
la relación más importante en todo el mundo. Entonces, entre más fuerte
relación tenga yo en Washington con el secretario Blinken, el Presidente Biden
y los senadores y la relación que tengo aquí con el Presidente López Obrador y
su Gabinete puedo hacer mejor ese trabajo. Y por eso he estado, sí, bastante en
Palacio Nacional y he ido ya a 20 estados, reuniéndome con gobernadores y los
gabinetes de los estados para aprender, para poder avanzar en la causa de esa
relación. Y por eso voy muy frecuente también a Washington, porque es
importante que también allá tenga la misma relación.
Hay versiones de que en Washington, en la Casa Blanca y en
el Departamento de Estado, no están muy satisfechos de que esta cercanía
que usted ha logrado se traduzca en resultados. Por ejemplo, no logró
convencer al Presidente mexicano de que fuera la Cumbre de las Américas.
No sería la primera vez que el Departamento de Estado tiene una visión
diferente al Embajador en la historia de la relaciones de México y Estados
Unidos.
¿Hay un disgusto realmente sobre su labor y sobre que esta cercanía no
aporte resultados?
KS.- No. No está pasando nada de eso. Al contrario, la manera que ven ellos mi
trabajo y el trabajo de los Estados Unidos es que estamos haciendo avances. Se
tiene que poner viendo lo que estaba pasando hace nueve meses y lo que está
pasando ahora. Lo pongo así: en la canasta de la economía no pasaba nada hasta
que no comenzamos a la orden del Presidente Biden a trabajar en esto. ¿Ahora
qué llevamos? Estamos en las cadenas de suministro trabajando a ver de qué
manera se puede integrar para esta unión económica de Estados Unidos y México.
Estamos trabajando en lo de la energía y el cambio climático. El secretario John
Kerry, que tiene todo el mundo en sus manos, ha llegado aquí cuatro veces. Es
algo para avanzar en la causa y la agenda de los Estados Unidos.
Lo que estamos haciendo en la frontera norte, lo que estamos haciendo en el
desarrollo en el sureste. Todo eso se está avanzando por la relaciones que
tenemos.
En lo de la migración, que es difícil, ahora en la Cumbre de las Américas el
Presidente Biden hizo la Declaración de Los Ángeles. Es la primera vez en la
historia que estamos trabajando como una región para resolver las realidades de
la migración.
En lo de la seguridad, también. Llevamos una buena relación trabajando con el
Gabinete de los Estados Unidos y el Gabinete de aquí en México. Entonces en la
manera como lo vemos nosotros, estoy haciendo aquí el trabajo que el presidente
Biden me dijo que hiciera y lo hago con gusto, porque es un trabajo de
muchísima importancia.
Cuando deje este trabajo quiero que digan que hice un buen trabajo, que di el
esfuerzo que tenía que dar. Por supuesto, va a tener éxitos, pero también serán
cosas que no va a querer decir la gente ‘pues no hizo tanto’. Pero no. Un
servidor hace todo lo que puede hacer y lo hago aquí en México porque tengo la
relación en Washington con el Presidente y aquí he formado una relación donde no
es que siempre esté de acuerdo. No siempre estoy de acuerdo con el Presidente
López Obrador, pero tenemos un buen diálogo, donde le puedo presentar las
ideas, las quejas, las oportunidades, y él es el Presidente. Ustedes votaron o
no votaron por él aquí en México. Yo no tengo voto en México. Al Presidente de
México lo respeto como Presidente de México.
Habla de señales de reactivación de la relación. Las imágenes
que tenemos del anterior Embajador era que se tomaba selfies en los
mercados y en los centros turísticos y usted está muy activo, como dice,
viendo a funcionarios, viendo al Presidente, y habla de una reactivación
económica, de diálogo político.
Pero Embajador: el Departamento de Estado emitió recientemente unas
alertas de viaje para los turistas estadounidenses, y
prácticamente recomienda no viajar a todo el País. Solamente a dos
entidades las coloca como seguras o confiables: Campeche y Yucatán. ¿Así
nos ven en Estados Unidos? ¿Esa es la preocupación de que México y sus
estados son inseguros?
KS.- Pues mira, lo de la seguridad, esos problemas que existen ahora, han
existido por mucho tiempo, incluso por muchos gobiernos anteriores. La
diferencia ahora es que estamos trabajando los Estados Unidos y México en ver
de qué manera podemos traer más seguridad para los pueblos de los dos países.
Lo vemos de una manera distinta. Por ejemplo, lo voy a decir en diferentes
temas, pero en esto del tráfico de armas, pues es problema de nosotros porque
las armas vienen de los Estados Unidos. Es problema de México, también, porque
aquí se está matando mucha gente por esas armas. Entonces, llevamos un esfuerzo
entre los Estados Unidos y México para ver en qué manera se puede disminuir el
flujo de armas.
Lo mismo en lo que está pasando en el flujo de migrantes y las cadenas del
tráfico de personas, que son organizaciones de criminalidad grande. Entonces,
no hace tanto tiempo que comenzamos esta etapa nueva. Es difícil.
Pero doy el ejemplo: lo que pasó con el líder del Cartel de Nuevo Laredo, el
hombre que le dicen ‘El Huevo’. Eso fue lo que hizo el Gobierno mexicano, pero
siempre con el respaldo de los Estados Unidos, y no pasaron ni 24 horas de que
a «El Huevo» lo detuvieron ahí en Nuevo Laredo y lo llevamos y lo
cruzamos en la frontera de San Diego para que pague sus penas allá en Estados
Unidos.
Siempre va a haber inseguridad, en cualquier País, en cualquier Estado, en
cualquier nación. Yo fui Fiscal de mi estado por seis años, fui senador y
trabajé en estas cosas. Siempre va haber dificultad. Lo que tenemos que hacer
es ver de qué manera, con todos los recursos que tenemos, ayudar siempre con el
respeto a México para la soberanía, se puede disminuir la inseguridad.
Por eso yo paso bastante tiempo con el Gabinete de seguridad del gobierno
(mexicano). Pero también cuando voy a los estados, cuando fui a Yucatán, con el
gobernador y su Gabinete de seguridad. Lo mismo en Cancún, en Quintana Roo, lo
mismo en Campeche, lo mismo en Coahuila, donde quiera que voy. Porque sé que el
problema requiere el esfuerzo de los dos gobiernos federales pero también todo
lo demás que se tiene que hacer para que el pueblo pueda vivir de una manera
más tranquila.
Usted en febrero expresó: ‘Promover el uso de tecnologías
más sucias, anticuadas y caras, sobre alternativas renovables y eficientes,
pondría en desventaja tanto a consumidores como a la economía en general’.
Lo decía en relación al debate que tenían en México los legisladores sobre
la reforma eléctrica. ¿El Gobierno mexicano se mantiene todavía en la
línea de generar, de promover energía sucia y cara?
KS.- El futuro es la energía limpia y renovable. Yo he estado en la planta en
Silao donde están saliendo los camiones Silverado, todo de batería. Aquí en
Toluca en la planta de Ford donde está saliendo ahora el Mach-E, todo electricidad.
Ahí va el futuro. Para el 2030, lo automotriz va a ser de electricidad y
batería. Entonces se va a requerir más energía limpia, renovable. Lo requerirán
las empresas para poder manufacturar los camiones y los carros. Entonces, en
eso el secretario Kerry y yo hemos estado trabajando con el Presidente López
Obrador y con su equipo en ver de qué manera podemos promover hasta más energía
limpia y esperamos que pronto haya otros anuncios del Gobierno mexicano sobre
la manera en que se va a comprometer en lo que se está haciendo en energía
limpia y sobre el potencial de México.
Conozco bastante sobre los recursos naturales de México en la energía. México
tiene la ventaja del sol, mejor que cualquier otra nación. Tiene eólico, tiene
geotérmico, tiene hidroeléctrico, que pueden hacer de México la batería de
energía para Norteamérica y hasta más. Entonces, en eso vamos hablando y
planeando para ese futuro.
¿Lo escuchan? ¿Está escuchando el Gobierno mexicano
sus recomendaciones, sus consideraciones?
KS.- Sí, yo digo que sí. Primeramente en la reuniones, que son reuniones de
bastante trabajo. No son reuniones para andar ahí sonriendo, son reuniones de
trabajo, de esto hablamos, del futuro del mundo, del cambio climático, del
problema existencial que estamos viviendo por este cambio climático que estamos
viendo. Eso se habla con todos, con los Presidentes. Tengo esperanza. Vamos, no
hace tanto que se comenzó este diálogo, porque como no lo dijiste, pero yo creo
que estabas pensando: hace nueve meses no había ningún diálogo entre los
Estados Unidos y México sobre estos temas. Ahora hay un diálogo profundo y
vamos a ver. Estas cosas no se resuelven en nueve meses, pero vamos en buen
camino.
Hay un diálogo profundo, pero usted en un momento tenso
planteó que si seguía una política de conflicto habría un litigio sin fin
para las empresas de energía y que era necesario modificar ese camino
porque generaba incertidumbre. ¿Se mantiene la incertidumbre sobre las
empresas norteamericanas que quieren invertir en México en materia de
energía?
KS.- Por eso tuve estas reuniones con el Presidente sobre las últimas dos, tres
semanas, con todas las empresas, porque queremos tener un buen clima de
inversión y un clima de inversión bueno no se puede pasar si no hay confianza
en las empresas de los Estados Unidos de invertir en México. En esas reuniones
con esas 17 empresas, había en la mesa unos proyectos de inversión de 30 mil
millones de dólares y hasta más en distintas partes de México. Y parece que van
a seguir adelante. Eso en los hechos. Un mensaje de que el clima es bueno, pero
todavía vamos trabajando por eso y tenemos esperanzas positivas.
Joseph Daniels, el Embajador estadounidense en el sexenio
del ingeniero Lázaro Cárdenas, que el Presidente López Obrador refiere
mucho, en su libro «Diplomático en mangas de camisa», refiere
que no tuvo estómago para pelear por el pago de una reclamación indebida
de un norteamericano, una reclamación de indemnización agraria.
Y parafraseando a Poinsett expresó que si hubiera una
reclamación fraudulenta e injusta, lo admitiría y presentaría excusas.
Usted ha encontrado en empresas norteamericanas en conflicto con México,
por su política energética, reclamaciones injustas. ¿Haría lo mismo que
Daniels si ocurriera?
KS.- La inversión de las empresas estadounidenses en México es importante,
porque es parte de la integración de las economías de los Estados Unidos,
México y Canadá, y ya tenemos un marco de ley durable que no existía en el
tiempo del Embajador Daniels. Tenemos el T-MEC.
El T-MEC asegura que hay certidumbre en los derechos de la empresas que
invierten en México, pero además de eso, también lo que estamos viendo en la
integración prácticamente de las economías, hablaba de la automotriz hace un
momento, pero también se ve en la farmacéutica y la medicina, en otros
sectores, en lo agrícola. Entonces, la integración es lo que va a ocurrir.
Por supuesto, aquí no hay lugar, no apoyamos a empresas que vengan aquí a hacer
corrupción; eso no es parte de lo que nosotros estamos haciendo. Promovemos a
empresas estadounidenses con buena fama, con buenas intenciones para mejorar
las economías de Estados Unidos y México viendo que estemos alineados los
presidentes de los dos países en crear esta unión de la economía para tener más
prosperidad para el pueblo estadounidense y México. Eso es en lo que trabajamos
todos los días.
Defíname al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
KS.- Es el Presidente de México y está ahora en un tiempo donde la relación
entre los Estados Unidos y México se está redefiniendo. Y por eso para mí el
trabajo de ser Embajador de los Estados Unidos en México es muy agradable para
mí. Me gusta mucho mi trabajo. Es difícil, es un trabajo donde trabajo
muchísimo, muchísimas horas, muchísimos días, pero estoy positivo, porque tengo
un optimismo grande en la relación de los Estados Unidos y México.
Es una relación que trasciende a quien está en el poder, sea Andrés Manuel
López Obrador ahora o quien venga después. Allá en Washington, cuando tuvimos
al Presidente anterior (Donald Trump), hubo un tiempo de temblor en el mundo.
Ahora estamos estableciendo un orden mejor. Pero hay mucho trabajo qué hacer
por todo el mundo, también en los Estados Unidos y México.