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‘NOS TRAICIONÓ Y FUE CÓMPLICE DEL EJÉRCITO’

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'NOS TRAICIONÓ Y FUE CÓMPLICE DEL EJÉRCITO'

Vicente Flores Hernández                         

Agencia Reforma

 

Ciudad de México 27 septiembre 2024.- Pasaron 10 años de la desaparición, de reclamos, de confiar en que por fin habría justicia con este sexenio… pero no llegó, así lo reclamaron padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de los que no se sabe su paradero desde 2014.

 

En medio de una protesta masiva que partió del Ángel de la Independencia al Zócalo, Hilda Legideño, madre de Jorge Tizapa, acusó al Presidente AMLO de traicionarlos por blindar al Ejército.

 

«Señor Presidente, traicionó la confianza que como padres pusimos y dio la espalda al Caso Ayotzinapa para proteger al Ejército. Pasará como cómplice de aquellas personas que desaparecieron a nuestros hijos», expresó.

 

Ayer, miles de personas gritaron y desplegaron pancartas con un mismo fin: exigir justicia por los normalistas desaparecidos.

 

«Presidente de sólo seis añitos, se acabó tu tiempo. Para mí no eres más que un merolico porque te pusiste a los pies del Ejército del que tanto tú estás orgulloso», sentenció Emiliano Navarrete, quien no sabe nada de su hijo José Ángel.

 

Emiliano Navarrete, de Tixtla, Guerrero, padre de José Ángel, de 17 años entonces, reclamó por las tres líneas de barreras de concreto con que fueron bloqueadas las calles para evitar la entrada de la marcha.

 

«¿Andrés, quieres burlarte de nosotros poniendo barreras en nuestro camino?

 

«Prometiste darnos verdad y justicia, se veía demasiado blanco para ser paloma. Resultaste ser lo que tú dices en tus propias palabras: un zopilote. Cuando apuntaron las líneas de investigación hacia el Ejército, ahí se desmoronó el hombre de arena que muchos mexicanos pensaban que nos daría verdad y justicia», dijo.

 

La marcha se había alargado un kilómetro con una pausa para develar un memorial por los más de 120 mil desaparecidos en el País.

 

«¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!», gritaron estudiantes citadinos y de las normales rurales, pelones y silenciosos, con ese coraje de la desilusión.

 

Un grupo de encapuchados de negro con marros y martillos rompió vidrios, tronó bombas molotov hechas con botellas de cervezas y amenazó para que no les tomaran fotos, pero las palabras de Emiliano Navarrete al final, en el mitin, fueron más contundentes.

 

Fue su despedida -a cuatro días de que deje el cargo- al Presidente que prometió dar con el paradero de los 43, que ofreció castigar a los culpables, incluso si resultaban militares, pero que terminó denunciando un supuesto complot internacional contra el Ejército. Que acabó también con el Palacio detrás de bloques de concreto, calles cerradas y un muro de hierro.

 

«No sé qué miedo tenía que la marcha completa llegara al Zócalo», acusó Mario González, padre de César Manuel, otro desaparecido. 

 

Se acabó el mitin con algunas pintas y una más grande en el muro de hierro: «Viven en nuestra rebeldía». Sonaban cohetes y los familiares aseguraron que seguirán marchando el tiempo que sea necesario.