Entre ColumnasPLUMAS DE COATEPEC

NUESTROS TIEMPOS SON OSCUROS

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NUESTROS TIEMPOS SON OSCUROS

“Cuando en la misma persona o en el mismo cuerpo de magistrados,

la potencia legislativa y la potencia ejecutiva están reunidas,

no puede haber libertad;

porque se puede temer que el mismo monarca o senado

pueda hacer leyes tiránicas, para ejecutarlas tiránicamente”.

Montesquieu.

El espíritu de las leyes. 1748

 

Nuestros tiempos son oscuros. Somos testigos del proceso de ruptura de nuestra República. Domina y se impone la narrativa que divide, que día a día construye y acentúa la polarización social. Se han vuelto comunes las manifestaciones de intolerancia e irreflexión mayúsculas en las que dominan las verdades incuestionables establecidas desde el poder, aprovechándose de la complicidad, la necesidad o la ignorancia. Así, también son bien vistos los gestos de fanatismo que promueven exclusión y violencia, más presentes que nunca en nuestro país.

Ante el mundo, nuestro país es ejemplo del deterioro y derrota cada vez mayor de la legalidad universal, la que protege a todos, el desprecio hacia los valores democráticos, la burla del equilibrio entre poderes, y el avasallamiento de procedimientos y normas, de la constitución misma, avalada por sus mayorías obtenidas a golpe de dinero y amenazas y además hemos sido señalados como un narcogobierno, con lo cual la oscuridad nos domina aún más.

Ciertamente, no somos los únicos que vivimos tiempos oscuros. La oscuridad se extiende a otros países del mundo con distintos ropajes. Tampoco es una novedad. Estas expresiones políticas las hemos visto antes en otros momentos de la historia. Desde iluminados que reclamaron los nacionalismos febriles y las razas dominantes que costaron millones de vidas. Las visiones autoritarias y los populismos se sitúan en los extremos de las líneas ideológicas, de derecha e izquierda, pero en cualquier modalidad son crudas expresiones que cancelan la pluralidad democrática, el diálogo y los consensos y los derechos humanos básicos de quienes no piensan como ellos.

Por ello destruyen las instituciones y se apropian para cancelar la división de poderes y cualquier otro contrapeso a sus intereses. Nada ni nadie debe oponérseles ni cuestionarles, pues ellos poseen la verdad y la virtud contra “los otros” que son tratados sin respeto, como escorias, señalados como los antipatrias, indeseables, los delincuentes, los zurdos o los derechosos según sea el populista gobernante.

Abusos de poder al gusto, con el dominio y el predominio del líder iluminado, fuerte, duro, que todo lo puede, que tiene razón divina para hacer lo que nadie ha hecho; lo acompañan seguidores fanatizados que reclaman el “legítimo” derecho de sanear la vida de sus tierras.

El asunto es cada vez más global, como ahora mismo sucede con el imperio de al lado. Las repercusiones que lleguen a tener las medidas del nuevo gobernante, son aún incalculables porque no son solo comerciales o políticas, sino que en la lógica de estos gobiernos autocráticos, se instalan los negacionismos, la postverdad, la intolerancia y el desprecio hacia los diferentes. También arremeten contra la ciencia que los cuestiona o los contradice, esa misma que ha puesto sobre la mesa la tragedia planetaria del calentamiento global y sus impactos y que hoy por hoy recibe la cerrazón de tirios y troyanos que se asumen como los verdaderos e incuestionables gobiernos del pueblo.

Sí, son tiempos oscuros… 

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

Veracruz continúa siendo una tragedia de desapariciones y fosas clandestinas según reporte de la ONU.

 

mquim1962@hotmail.com

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