NUEVO GOBIERNO, NUEVO CONGRESO, TIEMPOS DE RECONCILIACIÓN
NUEVO GOBIERNO, NUEVO CONGRESO, TIEMPOS DE RECONCILIACIÓN
Por Edgar Hernández*
Fue una lección dura, muy
dura.
Luego de una batalla electoral
en donde Morena mantuvo la supremacía y que la propuesta de cambio de la
oposición partidaria fracasó, habría que reflexionar en torno a una convivencia
veracruzana pacífica y unida.
Son acaso tiempos de
reconciliación.
Se instala un nuevo Congreso y
en breve un nuevo gobierno que encabezará Rocío Nahle y corre tiempo.
En unos meses más de nuevo se
va por la renovación municipal, a mitad del sexenio la legislativa y hacia el
2030 la gubernamental, y la vida sigue.
Asoma el cambio generacional
donde solo queda tiempo para que las promesas y los compromisos se hagan
realidad.
Venimos de un pésimo gobierno,
el de Cuitláhuac García que ha sido el peor en décadas y los veracruzanos ya no
queremos más de lo mismo.
Habrá que dar paso a las
nuevas propuestas y no prejuzgar o vaticinar fracasos cuando aún no se arranca.
Son tiempos de reconciliación.
El primero de diciembre se
empezará a escribir una nueva historia para Veracruz y, a querer o no, una luz
de esperanza adelanta el cambio.
Ya por lo pronto un nuevo
Congreso abre esperanzas de una auténtica representación popular luego de seis
años de oscurantismo.
Hoy que el Congreso del estado
y su nuevo líder Esteban Bautista, objeto de elogio, reconocimientos y encomio,
así como encabezar una bancada mayoritaria y a su disposición millonario
presupuesto que rebasa los 800 millones de pesos, bien vale la pena preguntarse
si nos espera más de lo mismo.
Consideremos que el respaldo
legislativo será sustantivo en la tarea de la gobernabilidad y no basta con que
levanten el dedo los diputados -son 50 legisladores/as, de los cuales 30
pertenecen a Morena, seis son emanados del PVEM, cinco del PAN, cinco del PT,
dos del PRI y dos de MC- para que se modifiquen leyes o la Constitución al
gusto de la patrona.
Venimos de un gobierno que
uso, manipuló y dispuso de los poderes Legislativo y Judicial para consumar
venganzas y remover incluso a los propios magistrados y titulares del Tribunal
Superior de Justicia y Consejo de la Judicatura.
Eso no podrá ser más.
Son tiempos de reconciliación
y si en verdad se quiere edificar ese extraño segundo piso de la transformación
se debe de trabajar en favor del respeto a los poderes, de márgenes de
autonomía e independencia; que las propuestas legislativas más que en favor del
Ejecutivo sea en procura de la ciudadanía a la que representa.
Hoy ya no hay modo de jugar
con que la oposición garantiza la pluralidad porque no la hay -el PAN está
disminuido y representado por viejos y mañosos como los Yunes, el PRI no puede
votar por carecer de una bancada, el PT a modo con bancada y MC, con bancada en
solitario, el PRD desapareció.
Hoy el trabajo legislativo y el
respeto al Poder Judicial serán los que legitimen al gobierno entrante que
necesariamente debería ir acompañado de una Fiscalía General con mayor
autonomía y que no trabaje sobre pedido.
Es así que en estos tiempos de
cambio, regresando al Poder Legislativo, en donde todo que todo se mueve en su
favor habrá de ser sustantivo que el prestigio y honestidad que dicen carga el
líder cameral Esteban Bautista, se traduzca en diálogo y acuerdos en favor de
la ciudadanía.
Paradójicamente son las
tribus, los chairos, los clanes, los de mecha corta, los abusivos de poder y
los toma todo a los que hay que combatir.
Sin duda que las primeras
acciones por venir mostrarán de que está hecha la nueva legislatura.
Es tiempo de oportunidades y
conciliación.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo