Observar
Observar
Por René Sánchez García
Siempre
he considerado de ver y mirar son sinónimos. En cambio, observar es otra
cuestión bastante distinta. Ver tiene relación directa con el órgano de la
visión, o sea nuestros ojos. Mirar es poner en función la vista en un objeto o
en alguna situación, donde sólo podemos captar el todo; en cambio observar es
poner nuestra vista en dicho objeto o situación y preguntarnos de inmediato:
qué, cómo, cuándo, dónde y sobretodo porqué. Lo anterior se debe a que
observamos más detenidamente las partes de ese todo y su funcionamiento.
El
hecho de observar un fenómeno de la naturaleza o bien observar una cuestión de
tipo social que sucede en nuestro entorno, nos permite forjarnos una idea
preliminar de eso que llamó nuestra atención y de donde casi siempre surgen
muchas dudas e inquietudes personales que deseamos aclarar o que alguien más
nos las aclare de una vez por todas, a fin de vivir sin angustias ni
preocupaciones. Para poder explicarnos debidamente esa realidad, no basta con
lo observado, sino que debemos de investigar esa realidad de acuerdo con un
método riguroso que se llama método científico.
No
vamos hablar aquí de la importancia del método científico, sino de la
observación de los fenómenos, ya sea naturales o sociales. La observación es
una de las técnicas fundamentales que se utiliza casi siempre para tener una
idea preliminar o comprender de manera sencilla al fenómeno que nos interesa. Así
por ejemplo si nos llamó la atención un arcoíris, debemos sumar todos los datos
que nos da una tarde con sol, donde de repente se suelta una lluvia y
observamos que el firmamento o cielo es atravesado por un arco gigante de
varios colores vivos. Si la persona es interesada de inmediato tomará nota de
qué colores se trata, o bien obtendrá una fotografía instantánea, a fin de
comprobar en la siguiente ocasión, si los colores se dieron en el mismo orden o
no.
Lo
mismo sucede en algún fenómeno de tipo social. No es el mismo aprendizaje que
causa el observar de lejos (desde una equina de la calle, desde nuestra puerta
o a través de una ventana del quinto piso de un edificio, o manejando un auto)
una manifestación de repudio hacia la inseguridad que se vive en el país, que
el estar involucrado en dicha marcha de protesta. El observador pasivo no
comprenderá ni sentirá en carne viva muchas cosas, en cambio el observador
participante, o sea, el que está presente en esa reunión, sabe, conoce, siente,
sufre y vive esa realidad. Más aún si alguno de ellos concede entrevista y
dialoga con las multitudes, se dirá que se trata de una persona conocedora del
problema, consciente de la realidad y promotora de algún cambio de tipo social
para beneficio colectivo.
Todo
cambia radicalmente cuando se deja de ser un simple mirón de la realidad, para
convertirse en un observador militante con propósitos definidos.