ODA A LOS DESVARÍOS
ODA A LOS DESVARÍOS
Pedro Peñaloza
“La Tierra es un teatro, pero tiene un reparto
deplorable”.
Oscar Wilde.
Los pasos dados por López Obrador, en estos cuatro
años, han confirmado que su gobierno es una colección de pifias, engaños y
atropellos que dejarán una herencia perniciosa y errática para la próxima
administración, en violencias contra las mujeres, desempleo, salud deplorable,
inseguridad, homicidios dolosos y exclusiones sociales múltiples.
Su persistente afán de desmantelar instituciones
que no están bajo su control y la guerra permanente que ha emprendido contra
sectores y personas que opinan y actúan en coordenadas distintas a las dictadas
desde su púlpito matinal, dibujan de cuerpo entero a quien llegó al poder con
la aureola de un “demócrata”.
A sus iniciativas legislativas no se les debe
modificar “ni una coma”. Desconoce que el espacio parlamentario es el lugar de
las concesiones mutuas por excelencia. No está educado para aceptar la
pluralidad. Su voz es una orden. El ejemplo más reciente de ello, fue el
ridículo de enviar tardíamente la propuesta de Gerardo Esquivel para dirigir el
Banco Interamericano de Desarrollo, sin buscar negociar con sus integrantes.
El resultado fue previsible. Todos negociaron y
México se quedó marginado. Y lo jocoso, o trágico, fue que su “hermano”, el
presidente de Argentina, Alberto Fernández, apoyó la propuesta de Brasil, es
más, su otro “hermano”, Lula, influyó para que así sucediera. Hasta Bolsonaro
fue parte del acuerdo. Por su parte, Ebrard en Qatar haciendo campaña y el
secretario de Hacienda encerrado en su oficina. Lo que subyace en esta cadena
de torpezas es que AMLO no quiere ratificar por otro periodo a Esquivel en el
Banco de México, parece que le resulta incómodo.
Tampoco podemos olvidar otro ridículo del ciudadano
presidente, aquella presentación en la ONU, en el Consejo de Seguridad, donde
propuso su plan de la edificación del “Estado Mundial de Fraternidad y
Bienestar” cuya derivación internacional fue ninguna. El eje era conformar un
“capitalismo justo”. Sin olvidar, su berrinche aquel de no asistir a la “Cumbre
de las Américas”, por defender a las dictaduras de la región, que no lo ven
como su líder.
¿Todo esto qué provocó? Nada. Sus ínfulas de ser el
dirigente de los países “progresistas” es únicamente humo autocomplaciente. En
síntesis, aquellos que fueron engañados por la verborrea de un echeverrista
tardío que aprovechó las torpezas y abusos de sus antecesores, nunca se
imaginaron los despropósitos de un presidente arbitrario y autoritario. Esto y
más defenderán los acarreados y “voluntarios” en su próximo paseo dominical del
27 de noviembre. Y lo que nos falta ver. Aunque, podría construirse otra
opción.
@pedro_penaloz