Cinergia

OPINIÓN – DOCTOR SUEÑO

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Por: Pablo Contreras Sánchez

Cada que las películas de terror más icónicas entran a discusión, una que siempre viene a la mente de inmediato es ‘El resplandor’ de Stanley Kubrick. El filme es una clase magistral en dirección, atmósfera y actuaciones por parte de Jack Nicholson, Shelley Duvall y el pequeño Danny Lloyd, que aunque despreciado por la crítica y el propio Stephen King (autor de la novela en que se basa) en su estreno, es considerado ahora un clásico de culto, así como uno de los exponentes más grandes e influyentes del género.

A pesar de que King realizó su propia versión de ‘El resplandor’ para la pantalla chica en 1997, buscando crear un producto más fiel al manuscrito original, el clásico de Kubrick parecía intocable por Hollywood y su afán por explotar sus más queridas y famosas propiedades intelectuales, manteniendo su legado intacto durante más de tres décadas. Eso hasta que, en septiembre del 2013, el propio King publicó una continuación a su novela titulada ‘Doctor Sueño’, dando pie a la especulación sobre una posible adaptación fílmica. Pero, ¿quién en su sano juicio se atrevería a hacer una secuela a una película tan icónica, dirigida por uno de los cineastas más venerados que han existido?

A la altura del desafío estuvo el guionista/director Mike Flanagan, cuya carrera se compone casi exclusivamente de películas de terror, como ‘Oculus: El reflejo del mal’, ‘Silencio’ y recientemente, la celebrada serie ‘La maldición de Hill House’. Flanagan tampoco es ajeno a abordar el material de Stephen King, ya que su excelente adaptación de ‘El juego de Gerald’ llegó a Netflix en 2017, por lo que muchos fans, al enterarnos que estaba involucrado, pasamos de estar nerviosos a cautelosamente optimistas (¡pero optimistas de todos modos!).

Situada casi cuarenta años después de lo ocurrido en el hotel Overlook, ’Doctor Sueño’ retoma a Danny Torrance (Ewan McGregor), ahora convertido en un adulto traumatizado y con problemas de ira y alcoholismo, los cuales reflejan los de su propio padre. Después de unirse a un grupo de alcohólicos anónimos y comenzar a trabajar en un hospicio, Danny encuentra cierta tranquilidad, hasta que un día, y haciendo uso de sus habilidades psíquicas conocidas como ‘resplandor’, éste contacta a una niña de nombre Abra Stone, a quien debe proteger de un grupo de diabólicos viajeros que se alimentan de personas como ellos.

Una de las cosas que más me intrigaban respecto a esta película era ver qué haría Mike Flanagan en cuanto a dirección y estilo. Su estética consiste primordialmente de tonos nocturnos y una paleta azul, que de ser seguida en ‘Doctor Sueño’, daría como resultado un filme visualmente interesante y consistente dentro de la filmografía del director, pero discordante al ser puesto a lado de ‘El resplandor’ y la plástica característica de Stanley Kubrick. Alternativamente, tampoco quería que éste simplemente calcara lo hecho por Kubrick y prescindiera de su voz creativa, pero lo que terminó haciendo fue recoger lo mejor de ambos mundos y ofrecer una experiencia que no tendrías problemas identificando como una continuación directa del clásico original, pero que también es distintivamente suya.

Transiciones a modo de disolvencia, efectos visuales prácticos, encuadres amplios y simétricos, un score palpitante y siniestro, e inclusive, la recreación de fotogramas, movimientos de cámara y escenas completas con especial atención al detalle, son algunos de los aspectos que ‘Doctor Sueño’ rescata de su predecesora. Asimismo, entiendo por qué algunas personas podrían no estar del todo encantadas con eso, y que la línea entre plagio y homenaje está bastante difuminada aquí, pero esos throwbacks están más que justificados dentro de la historia, ya que esta trata del pasado de Danny volviendo para perseguirlo, así como su lucha por no caer en los vicios y crímenes de su padre… además de que ya sabemos que la nostalgia es la gallina de los huevos de oro actual de Hollywood, y no hay nada que podamos hacer al respecto.

Es bien sabido que una de las cosas que más disgustaron a Stephen King sobre la adaptación fílmica de ‘El resplandor’ fue el mínimo énfasis que esta puso en el alcoholismo de Jack Torrance como el detonante de su locura, ya que, según él, el elemento más aterrador de su novela no es el hotel, ni los espíritus malignos que lo habitan, sino la posibilidad de que los peores monstruos se encuentren en nuestro interior, como bestias, esperando ser despertados.

Pues bien, para ‘Doctor Sueño’, Flanagan rescató el alcoholismo de los Torrance y lo puso al centro de un puñado de escenas. Este es, sin duda, el aspecto más interesante de todo el filme.

 

Ewan McGregor cumple con creces como un Danny Torrance adulto y atormentado, siendo sus mejores escenas aquellas donde le vemos luchar con sus demonios y la sombra de su padre. La joven Kyliegh Curran sorprende como Abra Stone, protegida de Danny, que de indefensa no tiene nada, y utiliza sus poderes de maneras muy interesantes que no habíamos visto antes.

Finalmente, Rebecca Ferguson como Rose goza de una gran presencia en pantalla, pero sus motivaciones como villana son vagamente exploradas, por lo que es difícil empatizar con su personaje. Adicionalmente, ‘Los Atados’ son un concepto genial (¡vampiros psíquicos!), y son una interesante adición a este universo, pero cada que la atención volvía a ellos, no podía evitar perder el interés, como si estuvieran desviando la atención de lo realmente importante.

Eso me lleva a quizás mi mayor problema con la película: el ritmo. ’El resplandor’ también tiene un ritmo pausado, tomándose su tiempo para crear una atmósfera siniestra que imita el paulatino descenso a la locura de Jack Torrance; aún así, esta va al grano mucho más rápido, y antes de los primeros veinte minutos ya estamos dentro del hotel Overlook. ‘Doctor Sueño’, por su parte, quiere establecer múltiples tramas y subtramas (algunas de las cuales acaban yendo a ningún lado) durante su primer acto, haciéndolo sentir largo y cansado. De hecho, mientras la veía, no podía dejar de pensar en la película como un ‘corte del director’ (famosos por su relleno y lentitud, ya que el director generalmente quiere todo lo que grabó dentro de la película) y para mi sorpresa, lo es: Mike Flanagan editó el filme, en adición a escribir y dirigirlo. No obstante, una vez que Abra y Danny se reúnen, el ritmo se recupera y ya no desiste hasta el final.

VEREDICTO:

‘Doctor Sueño’ intenta ser tres cosas al mismo tiempo: una secuela a ‘El resplandor’, una corrección de rumbo a lo que Stanley Kubrick hizo con el material de Stephen King en el clásico de 1980, y finalmente, una buena adaptación del libro homónimo. Sorprendente y milagrosamente, tiene éxito en todo lo anterior. Mike Flanagan logra crear una experiencia intrigante, que concilia su propia visión con la de dos genios, y el resultado es una perturbadora invitación a hacer check-in en el hotel Overlook que es difícil resistir.

CALIFICACIÓN: 3/5 estrellas.

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