OPINIÓN – EL MUÑECO DIABÓLICO
Por: Pablo Contreras Sánchez
Después de acabar la escuela, todo estudiante de cine debe intentar una sola cosa: hacerse bolita y llorar. Una vez reconciliados con su futuro incierto e inusual elección de carrera, lo mejor que pueden hacer después es sentarse y escribir LA próxima película de terror. Es bien sabido que este género es el favorito de Hollywood hoy día, pues con sus bajos costos de producción y una alta demanda por parte del público, asegura un sólido retorno financiero sin importar de cuantos dígitos sea la recaudación final. De hecho, muchos cineastas famosos han empezado sus carreras con filmes de terror de bajo presupuesto y ahora son pesos pesados dentro de la industria.
No obstante, existen apuestas todavía más seguras dentro del género, y esas son los remakes de películas clásicas. Como ejemplo, tenemos ‘Pesadilla en la calle Elm’ (2010), ‘Posesión infernal’ (2013), ‘Viernes 13’ (2009) y ‘El amanecer de los muertos’ (2004), las cuales han sido, en su mayoría, tibiamente recibidas por la crítica y rechazadas por los fanáticos de las originales, quienes afirman que no son más que versiones menores de lo que ya teníamos, hechas con el único propósito de lucrar con una propiedad conocida (Lo mismo puede decirse sobre los remakes en general, pero guardaremos esa conversación para ‘El rey león’ la semana que viene). Pero eso no ha detenido a la industria de seguir produciendo estos remakes, ni a los morbosos de ir a verlos, y el próximo en la lista es ‘El muñeco diabólico’.
Esta nueva película, la cual ignora la continuidad establecida por las siete anteriores de la franquicia, abre con un infomercial promocionando a Buddi, el muñeco inteligente de la mega-empresa Kaslan que incluye múltiples funciones, tales como reconocimiento facial y de voz, una cámara integrada que graba todo, conectividad a otros dispositivos inteligentes, y lo más importante, un sentido de lealtad que lo convierte en tu mejor amigo. Durante una fatídica noche, uno de los trabajadores esclavizados de la
fábrica decide devolver el favor a Kaslan, re-programando uno de sus muñecos para que sea propenso a la violencia antes de suicidarse. Dicho muñeco defectuoso acaba en manos de Karen (Aubrey Plaza), una madre soltera que busca consolar a su hijo Andy después de su reciente mudanza. No pasa mucho tiempo antes de que Andy se dé cuenta de la naturaleza maligna de ‘Chucky’, teniendo que unir fuerzas con otros niños del vecindario para poner fin a su ola de matanzas.
Primero lo primero: no he visto ninguna película de Chucky antes de esta. Ese pequeño diablillo me aterrorizaba de niño, y creo que existe un cierto rango de edad para disfrutar de ellas, ya que una vez entrada la pubertad, no tenía ningún interés en verlas por fin. Pero después de enterarme que el guion de esta nueva versión estaría a cargo de Tyler Burton Smith, egresado de mi alma mater (VFS represent!) y que intercambiaría los elementos sobrenaturales de la original por un enfoque más tecnológico, mi interés aumentó un poco; y aunque esta película no es perfecta (Lejos de ello), debo admitir que me la pasé genial viéndola, y no me avergüenza recomendarla.
Este nuevo Chucky existe en la era de la paranoia tecnológica, donde todo está conectado y mirándonos constantemente, lo que ha llevado a algunos a comparar la premisa del remake con un episodio de Black Mirror; pero a diferencia del programa creado por Charlie Brooker, esta película no se toma a sí misma muy en serio, y te pide que tú tampoco lo hagas. Si quisiera, podría ponerme quisquilloso y mencionar aspectos del guion que no tienen mucho sentido, así como una decena de agujeros argumentales, como el hecho de que esta mega-empresa fabrique muñecos que pueden volverse locos con tan solo apretar un botón (¿Alguien recuerda ese episodio de Los Simpson?), y que, en general, la historia no es muy profunda, pero siendo completamente honestos, ¿habrá quienes entren a esta película esperando que les cambie la perspectiva en la vida? Si algo realmente me molestó, fue la abundancia de jump-scares falsos (No soy fanático de ellos en general) pero las muertes creativas y mórbidamente graciosas lo compensaron.
‘El muñeco diabólico’ es apenas el segundo largometraje de Lars Klevberg como director, pero el realizador ya muestra mucha promesa. Algo que me disgusta del terror moderno es su dirección de fotografía insulsa, que emplea frecuentemente una paleta de colores apagada y pasillos oscuros en un intento de crear ‘atmósfera’; por fortuna, la fotografía en esta película es colorida, vibrante y tiene un feel muy clásico. Otro aspecto que recuerda al terror de antaño es el uso de efectos prácticos y animatrónicos. Chucky está físicamente presente en casi todas sus escenas (Sólo pude contar un par donde es reemplazado con un efecto generado por computadora para realizar acciones imposibles) además de que sus movimientos robóticos y expresiones fáciles resultan bastante inquietantes gracias al ‘uncanny valley’ (Aunque el muñeco es tan contenidamente feo, que no me veo comprando uno de esos para mí en ese mundo ficticio, mucho menos para mis hijos). Una escena muestra a los personajes viendo ‘Masacre en Texas 2’, y la forma en que se manejan el gore y la violencia aquí recuerdan mucho a los filmes serie B y slasher de esa época. Hablando de gore, lo más probable es que quieras ver esta película con alguien que comparta tu retorcido sentido del humor, ya que la mayoría de las muertes son intencionalmente graciosas y tienen violencia de caricatura, lo cual puede dejarte muy mal parado si te ríes de ellas solo.
Las actuaciones del reparto son bastante apropiadas, ya que todos saben exactamente en qué película están y traen consigo lo necesario: Gabriel Bateman como Andy parece sacado de una película de terror ochentera (O, en su defecto, ‘Stranger Things’); Aubrey Plaza tiene una dinámica madre-hijo bastante creíble y adorable con Bateman, y su personaje posee un gran sentido del humor (Aunque creo que la película pudo haber explorado un poco más de su potencial cómico); Brian Tyree Henry (El mismísimo Paper Boi) como el Detective Mike es carismático, noble y llega a pronunciar uno de los one-liners más cursis que puedas imaginar, y el siempre excelente Mark Hamill, quien da voz a Chucky, se las arregla para lograr un equilibrio entre siniestro e inocente; lo que hicieron con el personaje es, a propósito, bastante interesante, dado que por momentos, el guion intenta inspirar lástima y empatía por él… tan sólo para recordarnos de inmediato que se trata de un asesino a sangre fría, pero sin olvidar que en el fondo, su único objetivo es convertirse en el mejor amigo de Andy, pero no sabe cómo.
VEREDICTO:
A diferencia de muchos otros remakes del género, la nueva versión de ‘El muñeco diabólico’ tiene vida propia, con su inspirados valores de producción, oscuro sentido del humor, y uso creativo de la premisa para provocar sustos que se sienten contemporáneos, inyectando nueva vida al mito de Chucky para hacerlo relevante en un mundo dominado por la tecnología y los dispositivos inteligentes.
No inventa el hilo negro, pero esta película sabe exactamente lo que es, y no desperdiciará el tiempo de nadie, ni siquiera el de los fanáticos más acérrimos de la original.
CALIFICACIÓN: 3/5 estrellas.