OPINIÓN – GUASÓN
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Por: Pablo Contreras Sánchez
Las películas de cómics han existido desde la década de 1930, pero no fue sino hasta el nuevo milenio que se convirtieron en un referente de la cultura popular. A finales de julio pasado, ’Avengers: Endgame’ logró destronar a ‘Avatar’ como la película más taquillera de todos los tiempos, pero incluso después de un hito como ese, varios cineastas veteranos y entusiastas del celuloide aún no las bajan de entretenimiento descerebrado para niños.
En 2016, 20th Century Fox demostró con ’Deadpool’ que las películas de superhéroes con clasificación para adultos pueden generar grandes ingresos en taquilla (aún con un presupuesto reducido) y poco más de un año después, el estudio repitió la hazaña con ‘Logan’, la cual, además, abogó por contar historias más maduras, crudas y vulnerables, haciéndose acreedora a una nominación al Oscar por Mejor guion adaptado. El éxito de ambas películas allanó el camino para que otros estudios dieran luz verde a proyectos similares, entre los que destaca ‘Guasón’ de Todd Phillips, una de las películas más esperadas del año. Phillips es conocido por sus antecedentes escribiendo y dirigiendo comedias, más específicamente, la trilogía de ‘¿Qué pasó ayer?’, ’Todo un parto’ y ‘Amigos de armas’, donde ya se le veía cortejar con otros géneros como el drama y suspenso.
Aquí, el realizador intentará dar el salto a un tipo de cine más serio y sombrío, influenciado por el trabajo de Martin Scorsese y sus oscuros estudios de personaje como ‘Taxi Driver’ y ‘El rey de la comedia’. ‘Guasón’ lleva haciendo olas ya un buen rato, tanto de buenas como de malas maneras. Por un lado, la película se llevó el León de Oro en el pasado Festival de Cine de Venecia, colocándose como favorita para la próxima temporada de premios, pero también ha desatado polémica, tanto por ser una supuesta propaganda ‘incel’ (o ‘involuntariamente célibes’; un grupo de hombres sexualmente frustrados que culpan a las mujeres por ser vírgenes, y que se han atribuido ataques terroristas en el pasado) como por incitar y glorificar actos violentos durante tiempos sensibles, a tal grado que en Estados Unidos existe una preocupación legítima de que ocurran tiroteos en salas de cine que exhiban el filme, y varios complejos ya han tomado medidas preventivas al respecto.
Pero mucho antes de que la controversia golpeara esta película, la anticipación en torno a ella ya era bastante grande. Aquí conoceremos a Arthur Fleck, interpretado por Joaquin Phoenix (uno de los actores favoritos de un servidor), un comediante fracasado y paria de la sociedad de Ciudad Gótica que acaba descendiendo por una espiral de locura, la cual lo llevará a convertirse en el príncipe payaso del crimen, agente del caos y emblemático archi-enemigo de Batman: el Guasón.
Joaquin Phoenix es un actor dedicado a su oficio, que no ha ofrecido más que actuaciones memorables a lo largo de su carrera (tres nominaciones al Oscar lo respaldan) y su trabajo en ‘Guasón’ bien podría ser el que finalmente le consiga una estatuilla dorada. Este es un papel demandante, tanto física como psicológicamente, y el histrión se las arregló para navegar un impresionante abanico de emociones y facetas de manera libre y magistral. De provocarnos lástima al mostrarse vulnerable durante la primera mitad de la película, a inspirar miedo después de romper su caparazón de cordura en la segunda, su interpretación de Arthur Fleck presenta una evolución que se siente natural y creíble en todo momento. Comparar el trabajo de Phoenix con los actores encargados de dar vida al personaje en el pasado es inevitable a estas alturas, especialmente Heath Ledger, quien dejó la barra muy en alto para futuras encarnaciones. Por fortuna, este Guasón destaca por méritos propios, y aunque conserva ciertos elementos de versiones anteriores, lo hace agregando una capa adicional, nunca antes vista de humanidad, gracias a la versión única de la película sobre los orígenes del payaso, el cual es un aspecto del personaje que siempre se ha mantenido ambiguo en el pasado.
Todd Phillips porta sus influencias con orgullo. Esta es, efectivamente, una faceta suya como director que no habíamos visto antes, pero aún es pronto para decidir qué aspectos de la película son suyos realmente, y qué otros nacen fruto del homenaje (o imitación) al Scorsese de los años setenta. El ritmo lento de un estudio de personaje como ‘Taxi Driver’ puede sentirse fuera de lugar cuando ciertas escenas se extienden de manera innecesaria, pero ese es un problema que bien podría desaparecer viendo el filme por segunda vez. Aspectos técnicos como la soberbia fotografía, hermosa paleta de colores, el montaje y la grandiosa música original dotan a la película de una cualidad operística, casi onírica. ‘Guasón’ se ve, suena y siente como una de esas películas de arte de las que tu amigo odioso presume todo el tiempo, pero que tiene por protagonista a un personaje que su primito de cinco años probablemente tiene en una pijama.
El guion de la película, co-escrito por el mismo Phillips y Scott Silver (‘8 Mile: Calle de ilusiones’, ‘El peleador’) es otro de sus aspectos más destacados, y es aquí donde ahondaré un poco más en detalles respecto a la historia, por lo que si buscas entrar con la menor cantidad de información posible (lo cual recomiendo) sáltate este párrafo y los dos siguientes. El mensaje postula que la violencia es un ciclo, y si bien entiendo por qué los detractores pueden pensar que este proyecto es una apología de la misma, gracias a sus escenas explícitas y la naturaleza caótica del personaje, así como el hecho de que ciertas personas inmaduras (sin importar la edad) pueden rescatar el mensaje equivocado, no concuerdo en que, dentro de la intención del director, se encontrara glorificar actos de este tipo, o alentar a un tirador masivo en potencia.
Al igual que con el debate en torno a la violencia en los videojuegos, aquí el factor determinante es la educación que recibimos, principalmente, en casa. Un adulto bien educado no tendrá problemas discerniendo entre el bien y el mal, así como para no imitar el comportamiento destructivo visto en productos de ficción y entretenimiento. Este personaje NO debe ser tomado como un ejemplo a seguir, y quienes lo hagan de todos modos, necesitan ayuda profesional (haz una buena obra e inscribe a tu ‘incel’ más cercano a terapia). Y sí, entiendo que puedes tener las mejores intenciones, pero aún así ser irresponsable a la hora de manejar temas tan delicados como estos, y el contenido de esta película es pesado e incómodo, pero la naturaleza provocativa del proyecto jamás raya en el discurso de odio y sus derivados.
Sin embargo, el monólogo final de Arthur, el cual es lo más cercano a eso, me pareció un poco torpe, lo cual nada tuvo que ver con la brillante actuación de Phoenix, sino más bien con la mano de Phillips, quien recientemente dijo sentirse victimizado por el hecho de que ‘la corrección política ha matado a la comedia’ cuando se le preguntó por qué ha optado por hacer proyectos más serios como este, en vez de mantenerse en el campo donde inició su carrera. Esa es una conversación diferente para otro día (en resumen: me parece una tontería) pero la introducción de dicho concepto bastante tarde en la película se sintió forzado y complaciente. Al final del día, ‘Guasón’ es una sátira que refleja la situación actual de la sociedad norteamericana, que hace una llamada de atención a ser más empáticos y tomar los trastornos mentales, así como a las personas que los padecen, con la seriedad y el respeto que merecen. Ah, y esta es una película de cómics protagonizada por un payaso genocida; entrar esperando una versión azucarada de su historia sería una locura digna del mismísimo personaje.
VEREDICTO:
‘Guasón’ es una tragedia perfecta, un nostálgico estudio de personaje con fachada de película de cómics como ninguna otra que hayas visto. Todd Phillips explora temáticas más oscuras y brutales a las que estamos acostumbrados en filmes de una escala comercial y basados en una propiedad intelectual tan reconocida como lo es el universo del Batman.
La ejecución no es perfecta, pero la audacia y los riesgos tomados ameritan que se le apoye para tener más propuestas como esta a futuro, ya que es precisamente esta variedad de estilos y voces que previenen la fatiga del género. Esta película no falló en poner una sonrisa en mi rostro.
CALIFICACIÓN: 4/5 estrellas.