OPLOS ASPIRANTES PEPE, JULEN Y DIEZ EN EL LIMBO; LA ALIANZA NO EXISTE
LOS ASPIRANTES PEPE, JULEN Y DIEZ EN EL LIMBO; LA ALIANZA NO EXISTE
Por
Edgar Hernández
Pepe
Yunes al igual que Julen Rementería y Juan Manuel Diez no ven claro.
Como
que quieren y no pueden. Como que la Alianza -que no existe en los hechos- les
guiña y promete sin dar un paso adelante y, lo peor, atenidos y amordazados a
dirigencias desleales y personalistas como son los casos de Marko, Alito,
Zambrano y Dante, que un día prometen y el otro se comprometen, pero con López
Obrador.
Así,
mientras la fórmula no vencedora PAN, PRI, PRD y MC se desentienden dejando que
sus mejores exponentes para el 2024 se muevan en la nada, sin el apoyo ni
político, menos económico, Morena les lleva una abismal ventaja.
Desde
hace un par de meses los suspirantes se han entregado en tiempo y dinero sin
descuidar sus tareas legislativas o, como en el caso de Juan Manuel Diez en el
compromiso municipal con su tierra, Orizaba, al proselitismo.
Cada
quien con su capital político y del bolsillo, ha sacudido las estructuras no
solo de su partido, sino de la población misma que ha visto en ellos la
esperanza de la alternancia de cara a un gobierno corrupto que ha sumido a la
entidad en la peor de las inseguridades y escalada feminicida.
Ahí
están en el día a día los mensajes del diputado federal Pepe Yunes, directos y
a la cabeza de la estructura de poder estatal y federal a quienes ha exigido
rendición de cuentas y regresar la seguridad y el empleo a la familia
veracruzana.
Presente
también el senador Julen Rementería, quien de modo por demás valiente ha
encarado la figura presidencial cuestionando sus rapacerías y el mal gobierno
que encabeza, y ¿Qué decir del edil de Orizaba, con su buen gobierno que ha
dado lugar a que se convierta en la esperanza de Veracruz?
Son
las opciones principales, opciones que, sin embargo, sus partidos y dirigencias
estatales y nacionales no miran; que la Alianza Va Por México no voltea a ver,
menos la Alianza por Veracruz que solo existe en las redes sociales.
Emperrados
en mantenerse en sus liderazgos para salvar la zalea pierden semanas, días,
horas, minutos que valen oro al no sentar las bases de la lucha electoral para
el 2024 y, lo sustantivo, decidir quién será su abanderado opositor; quién el
que encare a la imparable ola morena que trae el dinero, la operación política
y el aparato OPLE.
En esa tesitura lo que entiende la opinión
pública veracruzana es que, a México, a las dirigencias nacional poco importa
Veracruz. Se entiende que lo que le interesa es que todo esté como dormido y
fundamentalmente cansar y desgastar a quienes andan de gira proselitista
gritando ¡Ya merito!
¿Será
por encuesta? ¿Será por consulta a las bases partidistas como se elija al
candidato? ¿Ya está lista la propaganda?
¡No se
sabe nada!
Y sí
se entiende que no les interesa construir una candidatura ciudadana y menos que
se hable de un aspirante ciudadano al cual se plieguen los partidos
políticos.
De
hecho, poco les importa que los aspirantes se proclamen y comprueben su
honestidad o su arrojo para encarar el poder o, ya mismo, confiar en ese hombre
de experiencia que lo que menos interesa es robar, sino servir.
A ese
paso, cuando en septiembre o diciembre -como dice Dante- se den a conocer las
bases para participar como Coalición en la contienda federal y estatal, sea
demasiado tarde.
Hoy
mismo parte de la opinión pública está cierta que las dirigencias quieren
observar primero el juego Moreno para saber por dónde pactarán, con cuál
corcholata jugarán y de a cómo les tocará la morralla de poder.
Esa,
ni más ni menos es la percepción que se tiene en el imaginario colectivo, una
percepción que se recrudeció tras la derrota de la Alianza en el Estado de
México y saber que en Veracruz, aunque ocho de cada 10 ciudadanos repudien a
Cuitláhuac García, será su partido -Morena- el que se imponga.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo