Orfis, alcahuete oficial, debe desaparecer (Primera parte)
Orfis, alcahuete oficial, debe desaparecer (Primera parte)
Por
Edgar Hernández*
¡La cueva de Alí
Baba!
El organismo de fiscalización de las cuentas del gobierno
del estado, ORFIS, solo ha servido para el enriquecimiento de unos cuantos a
cambio del desfalco millonario de las arcas públicas que arrastran un
endeudamiento superior a los 50 mil millones de pesos.
Antes de 40 años los veracruzanos no habremos pagado los
empréstitos contraídos con la banca nacional e internacional de los gobiernos
de Miguel Alemán a Cuitláhuac García.
Más de tres lustros han trascurrido desde el inicio de la
tragedia financiera de pedir prestado de manera sucesiva hasta formar una
cadena de deudas impagables.
Y para cumplir el propósito de esa legendaria ratería
disfrazada, Veracruz creó una institución simuladora que orondamente denominó
Órgano de Fiscalización Superior, por sus siglas Orfis, cuya tarea fundamental
ha sido la de “revisar” y “aprobar” el gasto de los ingresos del gobierno y
municipios.
Así, con apoyo del Congreso a través de una pretendida
Comisión de Vigilancia, creó una cadena de complicidades simple, pero eficaz
para justificar las pillerías de los gobiernos en turno.
Una montaña de oficinas asesoras en materia contable y de
auditoría fiscal operan en favor del gobierno del estado y los ediles de los
212 municipios para maquillar cuentas y dar una salida legal, previo moche con
los auditores de ORFIS.
Así ha funcionado el negocio desde su creación.
Así llega en septiembre de 2019, con ese pacto de
complicidad, la actual titular de ORFIS, Delia González Cobos para cubrir el
periodo 2019-2026, que garantice la presunta “honestidad y transparencia” en la
rendición de cuentas de Cuitláhuac García.
González Cobos, proviene de la Secretaría de Finanzas, al
igual que toda esa camada de incondicionales que gestó el subsecretario de
Finanzas, Eleazar Guerrero, para cubrirle las espaldas a su primo hermano, el
gobernador, así como dar paso a otras encomiendas.
En las recientes elecciones para renovar las presidencias
municipales y diputaciones la Secretaría de Gobierno implementó un mecanismo de
chantajes y amenazas para empujar el voto a favor de Morena ya que de lo
contrario les revisarían las cuentas que eventualmente los llevaría a la
cárcel.
Así fue como buena parte de
los ediles del PRI-PAN-MC y PRD se alinearon al aprovechar Eric Cisneros la
información que le proporcionó ORFIS.
Pasadas las elecciones y cumplido el propósito, sin
embargo, a nivel federal se hizo insostenible el brutal aparato de holgazanes
que alberga ORFIS.
Las nuevas políticas federales con la llegada de David
Rogelio Colmenares Páramo, a la Auditoría Superior de la Federación (ASF)
podría llevar a que los entes de fiscalización estatales, como ORFIS,
desaparezcan.
La ASF considera que es necio tener un organismo
fiscalizados local ya que tiene el control de los 92 de cada 100 pesos que se gastan
en las entidades ya que es la federación la que envía el recurso.
Por tanto, corresponde a la ASF asumir la responsabilidad
de revisar cómo se gasta el dinero a nivel federal y estatal.
Cobra vigencia la reforma al artículo 79 de la
Constitución Política federal, que faculta “exclusivamente” a la ASF para
fiscalizar los recursos federales administrados o ejercidos por los gobiernos
locales y particulares.
A la ASF también corresponde revisar los empréstitos que
cuenten con la garantía de la Federación, la deuda pública y la disciplina
financiera, para la fiscalización de las participaciones federales.
Por tanto, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), a
cargo de Delia González Cobos, sobra.
Hace unos días se hizo público que el tres de julio del
2020, hace poco más de un año, la Auditora General envió el oficio
OFS/AG/3432/07/2020 dirigido a Emilio Barriga Delgado, Auditor Especial del
Gasto Federalizado de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a quien
consultó sobre las atribuciones del Orfis en la revisión de los recursos que
envía la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a los estados.
Como parte del argumento para mantener la revisión de
fondos federales, González Cobos refiere que el artículo 116, fracción II,
párrafo sexto, de la Constitución, que establece como facultad de las
Legislaturas Locales fiscalizar las acciones de Estados y Municipios en materia
de fondos, recursos locales y deuda pública sin distinguir la naturaleza, ni la
procedencia de los fondos a que se refiere.
Se le respondió, sin embargo, que las disposiciones
legales no dejan lugar a interpretación respecto a qué autoridad le corresponde
fiscalizar los recursos federales, toda vez que precisan que la ASF es la
titular de esa facultad.
El presupuesto del gobierno de Veracruz para este 2021,
según el decreto oficial, es de 128 mil 420 millones de pesos, de ese total 121
mil millones los ministra la federación al estado, es decir, es el monto que
deberá revisar la ASF en el manejo financiero.
Los ingresos del estado se limitan a 7 mil 294 millones,
dinero que tendrá que auditar el Órgano de Fiscalización Superior
(Orfis).
Del total del presupuesto estatal, se asignaron 25 mil
701 millones para los 212 municipios que también tienen dependencia de lo que
se envía desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Conclusión:
¿Sirve para algo más ORFIS que para manejos turbios,
intermediaciones corruptas y maniobreo político electoral?
A quien se debe auditar es a ORFIS, que asoma tremenda
cola de la cual daremos cuenta en la siguiente entrega.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo