OTRA VEZ, SAN JUAN DE ULÚA
OTRA VEZ, SAN JUAN DE ULÚA
· Cambio en la agenda de López Obrador para
anunciar su “remodelación”
· No se ha sabido aprovechar para promover
el turismo
· Su importancia histórica desde antes de la
colonia hasta hoy
Por Miguel Ángel Cristiani
González
El pasado martes 20 de
septiembre publicamos un texto en la columna Bitácora Política sobre la
importancia histórica que tiene la fortaleza de San Juan de Ulúa -desde tiempos
prehispánicos hasta nuestros días- sin que hasta la fecha haya sido valorada y
aprovechada para atraer al turismo nacional a internacional.
Se había dicho que finalmente
este viernes, el mismísimo presidente de la república Andrés Manuel López
Obrador habrá de asistir a San Juan de Ulúa para dar a conocer un programa de
“remodelación”, en su gira estaría en Coatzacoalcos, Alvarado y Veracruz, pero
al parecer hubo un cambio en la agenda y solo llegó a Coatza. Ojalá y luego
venga al puerto para visitar San Juan de Ulúa.
Por desgracia, no es la
primera vez que se anuncia un programa para dar mantenimiento a esa joya
arquitectónica, pero luego no se ve en donde quedan los millones de pesos que
supuestamente se invierten.
En esa ocasión, escribimos que
la fortaleza de San Juan de Ulúa en el puerto de Veracruz, es una construcción
única en todo el golfo de México, por muchas razones, a lo largo de la historia
ha sido escenario de numerosos acontecimientos, por lo que debería de ser
considerado como un monumento nacional, pero lamentablemente se encuentra en el
abandono, sin ser aprovechado todo su potencial para atraer al turismo nacional
y extranjero.
San Juan de Ulúa desde tiempo
prehispánicos, era ya un importante centro ceremonial.
La fortaleza ha sido desde
prisión en la época del Porfiriato, hasta sede de los poderes presidenciales.
Ahí estuvieron los presidentes Benito Juárez y Venustiano Carranza. En el
gobierno de José López Portillo se llevó a cabo la Reunión Nacional de la
República, donde estuvieron todos los gobernadores, diputados y senadores.
Hay infinidad de historias que
se relacionan con la fortaleza de San Juan de Ulúa, desde la popular cárcel
donde estuvo “Chucho El Roto” o la historia de la “Mulata de Córdoba”, visitar
el primer faro que hubo en México, caminar por el llamado puente del “último
suspiro”.
Lo cierto es que no se ha
sabido o no se ha querido aprovechar todo lo que pudiera explotarse como
atractivos para el turismo.
a quisieran en otras partes
del país, tener una fortaleza como la de San Juan de Ulúa, que por sus
dimensiones y hechos históricos pudieran servir como un poderoso atractivo para
los visitantes de entidades vecinas y hasta del extranjero.
Hay que recordar que San Juan
de Ulúa originalmente se llamaba Chalchicueyecan o Chalchichuecan. El 8 de
abril de 1518 el capitán Juan de Grijalva, comandaba la segunda expedición de
adelantamiento enviada desde la isla de Cuba, por Diego Velázquez, gobernador
de esta isla y que había recibido título de adelantado para esta región.
Situada frente al actual
puerto de Veracruz, su origen está ligado a la fundación de la Villa Rica de la
Vera Cruz.
Bajo las órdenes del tlatoani
Moctezuma Xocoyotzin, el gran mayordomo huasteco Pínotl, el mayordomo de
Mictlancuauhtla, de nombre Yaotzin, el mayordomo de Teuciniyocan, de nombre
homónimo, y los guías Cuitlapíltoc y Téntitl se acercaron al barco de Grijalva
con el pretexto de comerciar para conocer las intenciones de los recién
llegados. Después de intercambios comerciales, los españoles prometieron volver.
El 22 de abril de 1519, Hernán
Cortés desembarcó en San Juan de Ulúa y el Domingo de Resurrección tuvo el
primer contacto con el calpixque de Cuextlan, llamado Teudile, y con el
sacerdote de Yohualichan. Se intercambiaron ahí regalos como símbolo de muestras
de paz con el objetivo de conocerse. Los indígenas querían enterarse de las
intenciones de los conquistadores españoles, y por su parte Cortés quería saber
de la existencia de oro. Frente a la isla se ubicaba un pequeño poblado, hacia
el año de 1519, el cual se levantó con las tablas de los mismos navíos que
habían naufragado o de barcos inutilizados después de recorrer el Atlántico por
muchas ocasiones, lo que le valió el nombre de la «Ciudad de Tablas».
La isla sirvió primeramente de
abrigo y muelle para los galeones que traían mercancías y viajeros de España a
la recién conquistada isla.
Hacia 1535 se inició la
construcción de la fortaleza, sobre todo con piedra de coral del lugar, con el
fin de proteger del fondo a las embarcaciones por el mal tiempo, pero
principalmente y junto con el desaparecido sistema de murallas y baluartes de
la ciudad de Veracruz, para proteger a este importantísimo puerto de los
ataques de piratas, corsarios y filibusteros. Con el paso del tiempo, San Juan
de Ulúa se convirtió en la fortaleza más formidable de su tiempo en esta parte
del hemisferio.
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