¿OTRO CIELO?
LA OTRA VERSIÓN:
René
Sánchez García
Desde
aquel instante en la playa, en que aquella señora alta y flaca, de coloridas
faldas largas y con infinidad de collares al cuello, me tomó mi mano derecha,
me leyó las líneas y me dijo: “dentro de un tiempo te irás al cielo por tus
buenas acciones aquí en la tierra”, la verdad me encuentro sumamente
sorprendido, pero también molesto con todo y con todos, pues no alcanzo a
comprender el significado de dichas palabras que me costaron 25 pesos.
Todas las mañanas al despertar, lo primero que
mis ojos perciben son los tonos de colores que emite el alba. Al correr de las
horas, puedo gozar al medio día, de la luz fuerte y brillante del sol en todo su
esplendor. Qué no decir del negro firmamento por las noches que viene
acompañada de brillantes luceros llamados estrellas, así por esa luna que
esconde misterios tanto para los enamorados como para los temerosos de las
cosas sobrenaturales.
Ese es el cielo que me ha acompañado siempre,
el mismo que también recuerdo participa en mis sueños y cuando por alguna
cuestión suelo soñar despierto. Aquellas palabras de la mujer gitana me
hicieron por días y meses pensar. Por ello me dediqué a leer trozos de las escrituras
santas, de los elementos primarios de cosmografía, de definiciones filosóficas
de tiempo y espacio, de lo que aparece en los horóscopos diarios, incluso hasta
de literatura fantástica.
Esas lecturas no me han podido aclarar aun
todas mis dudas, pero si me han permitido seguir con la inquietud de saber o
averiguar si verdaderamente existe otro cielo. Cielo colocado precisamente más
arriba del que mis ojos ven a diario, pintado con ese azul fabuloso que tanto
me gusta admirar. Así como no existen dos árboles iguales, dos personas como
calcadas del mismo molde, así creo que no existe otro cielo. Esa es mi idea,
tal vez errónea, pero mi idea.
Un sacerdote me dice que el otro cielo existe,
que se trata de una promesa que se tiene que cumplir dentro de muy poco. Un profesor
de la prepa me comenta de la existencia de otras galaxias en el universo e
incluso de otros soles y otras lunas. El señor que escribe y que vive junto a
la casa me confunde al afirmar que sí existe ese otro cielo en la imaginación
de los hombres y en las mujeres que son soñadores e imaginativos con su
pensamiento. Que de la existencia de ese otro cielo se han preguntado mucha
gente desde hace millones de años.
Yo creo que soy demasiado terco y muy necio y
lo acepto. La mujer alta y flaca de la playa ya me puso a pensar de más. Me
gustaría volver a la playa para entrar en discusión con ella, pero tengo miedo
de que me salga con otra cosa que confunda más mi vida. Por ello mejor disfruto
a diario de estar vivo y admirar el cielo (perdón, espacio es su nombre
verdadero) que es como el agua que corre por un río (según un filósofo),
diferente a cada instante, tal y como cada instante de mi vida. Finalmente, eso
somos en el cosmo: tiempo y espacio.
sagare32@outlook.com