PEÑA FRENTE AL ESPEJO
Pedro Peñaloza
“Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa”
Alfred Adler
1. Proyecciones y ofertas de temporada. El inquilino de Los Pinos, su partido, sus compañeros de viaje y los plumíferos a sueldo, han difundido, con machacona insistencia, que las llamadas reformas estructurales, especialmente la energética, representan una «palanca impulsora» para un nuevo desarrollo en México. Nadie de este bloque, en ninguna instancia y en ningún momento ha podido señalar cifras específicas de crecimiento económico o de indicadores sociales. La influyente agencia calificadora Moody´s, una de las más importantes junto con Standard & Poor´s, ha señalado que la apertura del sector energético al sector privado elevará el crecimiento del PIB en menos de un punto porcentual, magnitud menor que la prevista por el Gobierno federal.
Dicha agencia sostiene, que el flujo de inversiones privadas al sector energético producirá un impacto de 0.9 puntos porcentuales (equivalente a alrededor de 160 mil millones de pesos) en el crecimiento del PIB en el 2015, el cual se reducirá gradualmente a 0.7 puntos porcentuales en el crecimiento de 2018 (La Jornada 20/08/14). Por su parte, Standard & Poor´s descartó un rápido incremento en la producción de petróleo crudo a partir de los cambios que abrieron el sector al capital privado, después de más de siete décadas de control estatal. Incluso, con una significativa inversión privada, puede tomar entre cinco y diez años para que la producción de petróleo presente una recuperación importante. Mientras tanto, la producción de petróleo podría disminuir modestamente o estabilizarse. El Gobierno espera que la Reforma Energética aumente en uno por ciento el crecimiento del PIB hacia el 2018, concluye la agencia (La Jornada 20/08/14). Es decir, en buen castellano, las expectativas construidas desde el poder político y los poderes fácticos tienden a mostrar su debilidad frente a los datos duros y medibles.
2. La propuesta económica: un queso gruyere. Otro problema en el que navega el Gobierno peñista es el «estreñimiento» del crecimiento económico. Entre abril y junio de este año se aproximaría a 1.2% con lo que, de ratificarse, por parte de INEGI, el promedio en la primera mitad del 2014 significará un «avance» cercano a 1.5%, o lo que es lo mismo, nada. Así, se acumularan seis trimestres al hilo con un comportamiento económico verdaderamente raquítico (Carlos Fernández Vega, La Jornada). Junto con este comportamiento, otras variables como el empleo -que representó mejoras poco significativas- el salario y las prestaciones, en conjunto se mantuvieron casi congelados. En contraste, el 10% de la población colocada en el decil más rico, mantuvo sus altas ganancias y sus privilegios intocados.
3. Cuentas alegres: demagogia pueril. El vicepresidente Osorio Chong, se ha convertido, junto con el otro vicepresidente Videgaray, en el comité de los optimistas y de los terapeutas sociales más connotados del régimen peñista. El inquilino del palacio de Bucareli sostiene reiteradamente la baja de delitos de alto impacto, sin embargo juguetea con las cifras con ignorancia y mala fe.
Veamos: se sostiene desde gobernación, que «el número de muertes violentas tiene un decremento del 12.5% (en 2013) y coloca a nuestro país en un standard de 19 muertes violentas por cada cien mil habitantes» (Monte Alejandro Rubido). Sin embargo, en términos absolutos, según INEGI, durante 2013 fueron asesinadas en México 22 mil 732 personas, un promedio de 62 casos por día. La cifra bajó 12.45% respecto a los 25 mil 713 asesinatos cometidos en 2012 (70 por día), pero se encuentra ¡156% o 2.5 veces arriba si se comparan con los 8 mil 867 homicidios de 2007! (primer año de Calderón). Estos son los datos «tranquilizadores» de un grupo político que solo apuesta a los disparos mediáticos para cautivar conciencias de incautos.
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