PEÑA Y ALITO
PEÑA Y ALITO
Salvador Muñoz
Los Políticos
Con la derrota del 2018, si
no es que antes, el liderazgo que representaba Enrique Peña Nieto dentro de las
filas del PRI, cayó también.
Me refiero al “Liderazgo de
Peña Nieto” por el cargo que tenía como hoy lo ejerce AMLO con los morenos en
el país siendo presidente, sin que haya lugar a un “préstamo” a gobernadores,
porque éstos no son vistos como “el Primer Moreno del estado” como sí se veía
en los priístas… el Poder no se presta, el Poder se ejerce.
El PRI primero buscó en sus
gobernadores ese liderazgo perdido en el Altiplano creando virreinatos; pero
ante la cascada de derrotas, el liderazgo acabó en el partido con Alejandro
Moreno Cárdenas, en 2019.
Si bien su estrategia desde
la percepción ciudadana es aún cuestionada porque sigue sin concebirse el
porqué dejar la Gubernatura de Campeche para buscar la dirigencia del partido,
alguna razón poderosa debió tener para que así lo hiciera…
Los idealistas pensarán que
buscó levantar el espíritu de una militancia sumamente golpeada, lastimada,
traqueteada por los resultados adversos que desde el 2016 se vinieron de golpe
hasta estos nuestros días aun con la dirigencia del “sacrificado” Alito…
Los “contreras” quizás
previeron que la estrategia de Alito era ganar a como diera lugar la dirigencia
y así entonces asegurar en su futuro inmediato un socorrido “fuero” y a la vez
tener juego en ambas bandas (en términos de soccer, no de hampa): tener voz y
voto en el partido, y tener voz y voto en el Congreso de la Unión…
Como sea…
Hoy, las dos figuras más
representativas del PRI en el presente reciente están en la mira de la
percepción social… y de las autoridades judiciales.
Hay que ser francos. Si el
PRI sufre los embates de los señalamientos, de las acusaciones, de los
anatemas, ninguno de éstos ha sido de a gratis.
El ejercicio del Poder se
fue deteriorando y no me hablen de los tiempos de Javier Duarte, no… bien
podemos acudir a la Historia y recordar a Miguel Alemán y sus 40 Ladrones para
entender desde aquellos años, que a la Política ya le habían dado una
concepción singular para quien incursionaba en el partidazo: asegurar su
futuro… económico.
Por cierto, de Javier Duarte
de Ochoa nadie me quita la idea de que sólo es la punta de un iceberg, la pieza
sacrificable de un poder que buscó a toda costa defender no a un Presidente,
sino a un Grupo en el Sistema (como la Matrix)…
Ahora, entonces, hay que
preguntarse cuál es el interés del Sistema en el Poder en meter la puya vía la
Unidad de Inteligencia Financiera; y la pulla, vía Layda Sansores, a estos
emblemas del PRI contemporáneo… ¿Desacreditarlo? No, lamentablemente y han de
disculpar mis amigos priístas, el Partido ya lo está… ¿Debilitar ante la
percepción ciudadana una posible alianza PAN-PRI-PRD para el 2023? Todavía se
las creo… ¿Barbechar el campo del Estado de México? Más factible, porque de
esas tierras es el ex presidente Enrique Peña Nieto…
El Gobierno tiene la sartén
por el mango… Dijeran The Rolling Stone: ¡Time is on mi side! Es decir, el
tiempo está de su lado… con toda la calma del mundo hay lugar para hacer de
Alito y de Peña Nieto los villanos del país y del Estado de México… así,
igualito como se le hizo en su momento a Javier Duarte de Ochoa… así como se le
hizo en su momento a Carlos Salinas de Gortari… con razón o con mucha razón…
Sí se dan cuenta… los
mayores Chupacabras del País siguen siendo sin duda los priístas, muy por
encima de un Señor de las Ligas o hasta de un Pío con sus sobres o un José
Ramón con su mansión… son los privilegios del Poder que pueden hacer de tus
deslices, la anécdota que recordar o el proceso que iniciar…