PEPE-GUTIÉRREZ LUNA, LA DISPUTA POR VERACRUZ
PEPE-GUTIÉRREZ LUNA, LA DISPUTA POR VERACRUZ
Por Edgar Hernández*
Para la
toma de decisiones sobre quiénes serán los candidatos en la disputa por la
gubernatura, todos los factores de poder cuentan.
Las
opiniones de influyentes líderes de opinión, los números de las encuestas -con
todo y que estén cuchareadas-, la opinión de los líderes locales y regionales y
la clase política en su conjunto.
También
se considera el sentir ciudadano y la manifestación partidaria que se mueve y
va marcando la diferencia.
Inclina
la balanza además el estatus político, el social y económico, así como la
seguridad pública que vive Veracruz.
Sin
embargo, para Morena, la decisión del centro será fundamental ya que, como en
el viejo PRI, la hoja del árbol no se mueve sin la decisión de quien, vía
dedazo, marcará ruta y el destino acorde a conveniencias e intereses.
Lo que
está en juego es la sucesión gubernamental. Es la disputa por una de las plazas
electorales más importantes del país, la cuarta reserva electoral, la que aporta
a la causa nacional más de dos millones de votos.
Veracruz
será pues, el punto de quiebre.
Por
estos días de cónclaves, de reuniones en lo oscurito, de sondeos y opiniones de
quienes abonan a la decisión final, queda claro que los caminos ya están
definidos.
Para
Morena en Veracruz lo más importante es borrar la huella del pasado, de su
propio pasado que inició en el 2018 con el gobierno estatal perdió el rumbo y
que, si bien resultó una buena alcancía para Palacio Nacional, hoy transita en una
lucha intestina que los tiene totalmente divididos.
Por lo
pronto para Cuitláhuac García, luego del desastre que hereda, no habrá derecho
ni de voto ni de veto.
Poco
aprendió del centro cuando se le llamaba -y aconsejaba- hilar fino, no pelear,
no ser tosco en sus expresiones y preferencias y, lo más importante, sumar para
la causa Morena sin violentar la ley.
No
hizo caso.
Su
torpeza y ausencia de sensibilidad lo llevó a pelear y ofender al Poder
Legislativo Federal tras mandar al carajo a Monreal; encarceló a sus enemigos
políticos, locales y nacionales y poco caso hizo en favor del respeto a los
derechos humanos.
Asimismo,
se echó un alacrán al pecho, al llamado por su grupo “mequetrefe”, Sergio
Gutiérrez Luna.
Y
desde hace un par de años, de manera por demás inopinada, empezó a gastar
millones de pesos del presupuesto en propaganda en favor de Claudia Sheimbaun.
Fueron
memorables y ostentosos los gastos y banquetes cada vez que la esmirriada dama
nos hacía el honor de visitarnos.
Su
desboque llegó a tal grado, que se auto destapó como próximo dirigente nacional
de Morena. “Tengo futuro para pensar en jubilarme”, declaró el mandatario en
algún momento de euforia.
Los
tiempos y las circunstancias, sin embargo, cambiarían.
De la
noche a la mañana López Obrador encaminó a su Secretario de Gobernación y
“corcholata” al proceso presidencial 2024-2030.
A la
par, Cuitláhuac no se fijó, o más bien no quiso fijarse, que atrás de Adán
Augusto López estaba “gutierritos”, un veracruzano rarito, chistoso, que lo
mismo se sube a un elefante que sin recato se pone a bailar de manera
deshilvanada y horrible.
Sergio
Gutiérrez Luna, que tiene de veracruzano lo que López Obrador de lo mismo, de
la noche a la mañana aparece en el escenario sucesorio jugando con Marcelo
Ebrard, pero ya encarrerado el gato cambia y se abraza a la corcholata
tabasqueña.
Lo
lleva repetidamente al sur de la entidad donde se concentra mayor número de
votantes, por encima del corredor Veracruz-Boca del Río-Alvarado, y se amarra.
Habrá
que recordar al Cuitláhuac diputado federal cuando en el 2018 entra en la puja
con Rocío Nahle por la candidatura a la gubernatura y hace un pacto de sangre
con la zacatecana comprometiéndose a prepararle el camino para el 2024.
No consideró
que en política los pactos ni son de sangre y mucho menos eternos.
Hace unos
días el escenario se empezó a definir en favor de Adán Augusto López en medio
del desgaste de Sheimbaun, quien no acabo de crecer, de la erosión y
apartamiento de Ebrard quien ya pintó su raya, y de un Ricardo Monreal, quien no
pudo entrar en el ánimo presidencial.
¿Y
Cuitláhuac?
Cual
ratón de casa, no fue incluido en nada y sí, caro tendrá que pagar las
groserías y desplantes a Adán Augusto y a Gutiérrez Luna a quien calificó, vía
el Bola #8, de “mequetrefe, ambicioso, vulgar y payaso”.
Mientras
en la contraparte, en la alianza “Va por Veracruz”, filial de “Va por México”,
los caminos coinciden, los compromisos se consolidan y bajo el principio de
unidad queda claro por donde se habrá de transitar.
Pepe
Yunes, quien sostiene que “Primero el programa, luego el hombre”, va a la
cabeza…
Mañana
continuamos.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo