Pepe Yunes, la esperanza
Pepe Yunes, la esperanza
Por
Edgar Hernández*
¡Veracruz volverá a sonreír!
El regreso de Pepe Yunes a la
política es algo más que una diputación federal, local, uninominal o
plurinominal; representa para un pueblo desposeído, humillado, saqueado y
avergonzado el regreso de la esperanza.
El inicio del fin.
Morenos, chairos, boots y
cacalovers asentados en Veracruz, la tercera reserva electoral más importante
de la república, deberán estar realmente preocupados porque la alternancia hoy
toca la puerta.
No regresa el “Llanero
Solitario”, simplemente retorna al escenario político alguien quien, con
respeto y amor por su tierra, ofrece sus servicios con honestidad tras 20 años
de haber servido a Veracruz desde responsabilidades de elección popular, nunca
como empleado de gobierno.
Pepe retorna a la política
curado de traiciones, consciente de quién, cuándo y por cuánto vendieron su
alma al diablo sus “leales”, esos viejos priistas que empujaron a más de 500
mil votantes a sufragar por Morena impidiendo que llegara a la gubernatura en
2018.
Desanda el camino y en plena
sanación comienza de nuevo ya sin rémoras.
Lejos de los Carvallo, “Cabeza
de Lata” y el “Capitán Chanclas”; apartado de los verdes y de aquellos
oportunistas que le cambiaron espejitos por oro; de aquellos “amigos” que daban
la vida por él cuando estaba en la cima, pero que a la hora de la derrota se
alejaron con disimulo.
Pepe regresa al ring electoral
observando que el capital priista se quedó en la última elección con 529 mil
votos, menos de la mitad alcanzada en la anterior elección, pero consciente de
que con la alianza PAN-PRD, con un capital global superior al 1.7 millones de
sufragios, es posible arrasar a Morena.
¡Va por México!, es el lema de
la campaña que hoy abraza Pepe para rescatar en alianza PAN-PRD-PRI, el
Congreso de la Unión y el Congreso del Estado, a fin de alcanzar el contrapeso
ante los abusos de poder, así como sentar las bases para el 2024.
En Veracruz, Pepe va por el
voto de la mujer que representa el 52% del padrón que inclina cualquier
balanza.
Va por los votantes entre 26 y
35 años con alto nivel de escolaridad que en el 2018 votaron masivamente por
Morena y va por el rescate de ese 65% que
creyeron en el sueño de “hacer historia” abrazados del Peje y un atarantado a
su lado, Cuitláhuac García.
Y si es cierto, tal como
afirma Parametría, que quienes decidieron la última elección del 2018 fueron
votantes con ingresos entre 15 y 20 mil pesos, el terreno es fértil, al caer
los ingresos en un 23%, así como el empleo que ya mismo afecta millones de
mexicanos.
A ello se suman las
implicaciones políticas y sociales por la pandemia de COVID-19, que trajo como
resultado una disminución en la aprobación a la causa de la 4T, una mayor
polarización política, el distanciamiento entre organismos empresariales y el
gobierno, así como la inminente pérdida de votos para Morena en las elecciones
del próximo 6 de junio.
En Veracruz no hay hambre, hay
hambruna. En Veracruz, hay enojo. El encabronamiento lo originó un gobierno estatal
inepto y corrupto; un gobierno que ha hecho del nepotismo y los moches una
virtud, y de esa perniciosa ausencia de gobernabilidad que dio paso a una
inseguridad pública hoy fuera de control.
Con el regreso de Pepe, nuevos
aires soplan en el solar veracruzano en donde existe el convencimiento de que
si un pueblo dice a medianoche que es de día, hay que empezar a prender las
farolas.
Y es que la mula no era
arisca.
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo