PEPE YUNES, UNA HISTORIA DE VIDA
PEPE YUNES, UNA HISTORIA DE VIDA
Por
Edgar Hernández*
Apenas
adolescente se inicia en la política en su colonia, luego el barrio; también
recorriendo los fríos llanos de Perote semi habitados.
Supo
desde temprana edad de las necesidades de las familias en tan inhóspito
territorio. Acaso la propia afición del joven Pepe lo lleva primero al futbol,
luego a trabajar por su pueblo más tarde a la preocupación por el techado de la
escuela, que si los desayunos, uniformes y útiles o las inevitables coperachas
para la fiesta del pueblo o el velorio del vecino.
En no
pocas ocasiones acudió a la cartera del papá a quien convencía de ayudar al
vecino, a la colonia, al municipio.
Para
la familia, especialmente para don José, el proyecto era Ramsés, hermano de
Pepe, la política, sin embargo, al fin de circunstancias lo lleva a la
representación popular.
Así
empezó a luchar por la vía de la elección que lo llevó a alcanzar la alcaldía
de Perote.
Luego
la diputación la federal, la estatal, la senaduría que ganó, pero fue negociada
por Fidel Herrera quien lo baja so pretexto de que en 2010 sería el candidato a
la gubernatura la cual finalmente entregaría a Javier Duarte.
Su
lucha, sin embargo, no menguó.
De
nuevo la diputación, luego el Senado de la República en una segunda oportunidad
que lo llevó a bajar recursos por más de mil 800 millones de pesos en beneficio
de más de 80 municipios y, de nuevo, la búsqueda del más alto cargo de
representación popular en Veracruz.
En
2018 buscó la gubernatura que fue atropellada por el “Efecto Peje” que se da en
el marco de una inédita migración de priistas traidores al Verde, al PT y a
Morena.
Fueron
días difíciles, muy amargos, en donde como el mismo relata a sus amigos que
tras la derrota “iba en picada, en caída vertical y nadie volteó a echarme un
pial, ni siquiera a verme”.
Luego
la nada.
2018,
2019 y 2020 Pepe Yunes entró, por decirlo de manera coloquial, en “profunda
reflexión” como diría la clásica.
Habría,
sin embargo, que constatar si había muerto políticamente.
Para
ello acudió, a insistencia de su muy reducido grupo de amigos, a una encuesta
interna que sorprendentemente en el marco de un sensible desánimo ciudadano
empuja de nuevo a Pepe Yunes a buscarla.
Su
partido, el PRI, lo invita a jugar la diputación federal por el 9 Distrito con
cabecera en Coatepec, tierra controlada por el secretario de Gobierno Eric
Cisneros, quien lo ataja, bloquea y dinamita el camino.
Pepe,
sin embargo, se va a los pueblos más apartados, donde da la vuelta el aire, y
ahí recibe el respaldo en votación inédita y abrumadora.
Falso
que haya negociado con Cuitláhuac o con Morena.
La
ganó a ley y contribuyó a la votación nacional ávida de representatividad
legislativa.
Lo que
seguiría sería la construcción de un sólido bloque nacional opositor que
lucharía contra la federación en temas de militarización de las calles, de
presupuestos confusos y plagados de corrupción, de cuentas públicas inmóviles
por subejercicios y el cúmulo de repacerías que se dieron tras la desaparición
de más de 100 programas sociales.
Fueron
tiempos de presión y amenazas; de oscuras seducciones financieras no aceptadas
y de debates camerales interminables.
Arranca
2023 y la lucha de Pepe toma un nuevo enfoque.
Ahora
la meta era construir la circunstancia para lograr, más que la candidatura a la
gubernatura 2024-2030, el consenso partidario para unidos alcanzar la
alternancia.
Es así
que se le juega llevando consigo su mayor prestigio, la honestidad y una
señalada propuesta de unidad que algunos de los aspirantes a la candidatura por
la gubernatura de buen talante aceptan como fue el caso de Héctor Yunes.
Otros prefirieron la traición como Anilú y
Carvallo.
Otros
más, los que le escupieron y atacaron de manera embozada y abierta, simplemente
terminaron, como es su costumbre, arrodillándose tras la nominación.
Lo que
siguió fue del dominio público.
De
cara a una candidata opositora, Rocío Nahle, con fama de corrupta e incumplida,
arrastrando además el rechazo ciudadano por ser nacida en Zacatecas, dio lugar
a que emergiera el “Efecto Pepe”.
Pepe
Yunes a partir del pasado diciembre empieza a crecer, crecer y crecer.
Entra
en el ánimo ciudadano, particularmente en los jóvenes y clases media que ven en
él la opción del cambio, el regreso de la seguridad pública y fin de la
corrupción.
Está a
la vista el 2 de junio, día de la elección con dos puntos a su favor: la
desesperación de Nahle que no crece ni avanza y la elección de Estado que ha
quedado al descubierto.
Esta
historia continuará, como se dice en las películas épicas.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo