PEPE YUNES VERSUS “GUTIERRITOS”, LA DISPUTA POR VERACRUZ
PEPE YUNES VERSUS “GUTIERRITOS”, LA DISPUTA POR VERACRUZ
(II parte)
Por Edgar Hernández*
Para
quienes gustan de la numerología si hoy mismo sumáramos los votos obtenidos por
Pepe Yunes a lo largo de 25 años de su vida político-electoral, nos
encontraríamos con que 22 millones 300 mil veracruzanos, en algún momento entre
1998 y 2021, le dieron su voto.
Ha
sido diputado federal suplente en la LVII Legislatura; Presidente Municipal de
Perote (1998-2000); diputado Federal en la LVIII Legislatura; diputado Local en
la LX Legislatura; diputado Federal en la LXI Legislatura; Senador de la
República en la LXII Legislatura y diputado federal por la actual legislatura,
la LXV.
Ha
dirigido asimismo a su partido, el PRI.
La de
Pepe consecuentemente, ha sido una constante electoral ensombrecida en 2018
cuando jugó por la gubernatura que perdió, más que por el empuje, carisma y
liderazgo del Cuícaras -quien andaba vestido de payaso animando los mítines de
AMLO-, por el efecto Peje a la cual se sumó la traición de liderazgos y
sectores que migraron al Verde, aliado de Morena.
De
aquel hito para acá, vinieron tiempos difíciles al aplicarle a Pepe la máxima
de con el ganador hasta que pierda.
El
tiempo, sin embargo, restañaría heridas y la victimización, de cara a los
crasos errores del nuevo gobierno estatal, irían en procura de un crecimiento
político exponencial de Pepe hoy colocado en primer plano rumbo a la sucesión
2024.
Hoy se
le ve como la esperanza para Veracruz y fuerte pial para la causa opositora
nacional.
Hoy, en
la guerra de cifras en donde todos los aspirantes aliancistas se dicen
punteros; en el marco de ese afán pactado con las casas encuestadoras de crear
tendencias con cifras y porcentajes irreales y, el propio terror de Morena al
observar que en las consultas estadísticas cerradas -las de a deveras- dan
cuenta del acelerado crecimiento de Pepe, es donde se muestra la otra cara de
la sucesión 2024.
La
realidad se impone.
De
seis meses atrás no hay una sola casa encuestadora que omita al priista como
puntero de la alianza aun cuando lo pongan intencionadamente muy por debajo de
Morena.
Ello a
pesar de que un día aparece destacado exponente del PAN como cabeza del sondeo
y el otro una dama de su partido en campaña, quesque repuntando, o que, ese
presunto veto a la familia del Estero, de pronto se vuelve voto ganador para
cualquiera de los integrantes de su familia.
Veracruz
vive hoy la guerra de las cifras.
Sin
embargo, ahí sin prisas y siempre a ras de piso -conteniendo incluso a sus
eufóricos seguidores- Pepe, quien nunca fue empleado de la burocracia, va a la
cabeza.
Que si
ya habló con Dante; que si le falta pactar con Miguel Angel; que si Marlon no
lo quiere; que si el PRD no lo pela, o que en México los partidos grandotes no
lo conocen, son versiones de lo cotidiano.
Solo
chismes de café que en los hechos solo animan el escenario de la contienda a escasos
meses del destape.
En los
hechos, Pepe se mantiene en su postura de jugar a sabiendas de que si no es el
elegido seguirá pegado a la campaña en la lucha por la alternancia, en la lucha
por Veracruz.
Ya
mismo, poco le preocupa que la encuesta lo ponga por las nubes o que la
fotografía estadística del día le baje el puntaje por encargo de quien la paga.
Bien
sabe que su mejor inversión, la de un cuarto de siglo de trabajo electoral, lo
han sido sus recorridos por los 212 municipios de manera repetida.
Ello a
la par de la satisfacción de que como legislador bajó importantes recursos -3
mil 400 millones de pesos para 82 municipios cuando fue senador de la
república- y a la largo de su vida política ha procurado el bienestar de la
ciudadanía, sin poses, ni actos faraónicos o falsos.
Sabe
que en política se gana o se pierde y que para él no habrá 2030.
Acaso
por ello la apuesta es al todo. Sin regateos, Sin exclusiones para nadie. Con
un firme compromiso con la ciudadanía y la apuesta en favor de un gobierno
fincado en la honestidad para regresar a Veracruz la certeza, la seguridad y
las oportunidades de desarrollo.
¿Cómo
jugará contra Sergio Gutiérrez Luna?, es la morbosa que cierto sector de la
política se hace.
La
respuesta es muy simple: “¡Que la ciudadanía decida!”.
Su
mejor carta de acreditación son 25 años de trabajo como representante popular;
los resultados de sus gestiones; el honrar la palabra; no acudir a improvisaciones
o engaños y refrendar su proyecto de cambio.
Hoy la
moneda no está en el aire, la ciudadanía ya sabe por dónde, solo se está a la
espera.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo