“PERO DUARTE ROBÓ MÁS…”
Rúbrica
“PERO DUARTE ROBÓ MÁS…”
Por
Aurelio Contreras Moreno
Lo que tiene fuera de sí al presidente Andrés
Manuel López Obrador respecto del escándalo de la “Casa Gris” de su hijo José
Ramón es, sobre todo, la evidencia de que el discurso anticorrupción que
enarbola y que ha sido su única bandera política, es mera retórica vacía.
Aunque la mansión texana del “Junior del
Bienestar” no es ni de cerca la única certeza que existe sobre los actos de
abierta corrupción que campean en el régimen de la autoproclamada “cuarta
transformación”. Año con año, los órganos fiscalizadores muestran que no están
lejos de las mismas prácticas de los gobiernos anteriores, a los que tanto les
gusta aludir para farfullar que “no son iguales”.
El Informe del Resultado de la Fiscalización
Superior de la Cuenta Pública de 2020 presentado este domingo por la Auditoría
Superior de la Federación (ASF) da cuenta de ello: precios inflados,
sobrecostos e irregularidades que abiertamente demuestran hechos de muy
probable corrupción, pueblan la práctica pública y el ejercicio de los recursos
federales en todos los niveles de gobierno.
La ASF detectó un posible daño al erario por
un total de 63 mil 10 millones de pesos, distribuidos entre todas las
dependencias de la administración pública federal, los organismos
desconcentrados y autónomos, las entidades federativas y las instituciones
educativas, entre todos los entes que manejan recursos federales para operar.
De las 866 auditorías practicadas en la
tercera entrega de la Cuenta Pública 2020, una importante carga
de posibles irregularidades se concentra en el rubro de desarrollo económico, que
recibió observaciones por 11 mil 848 millones de pesos, siendo el sector de
Agricultura y Desarrollo Rural, con ocho mil 920 millones de
pesos, donde más anomalías existen.
También se encontraron posibles daños que
ascienden a mil 674 millones de pesos de las Empresas Productivas del Estado,
como Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. Mientras que el
rubro de Desarrollo Social se determinó un posible daño al erario por seis mil
916 millones de pesos, del cual el sector Salud recibió observaciones por dos
mil 728 millones de pesos, Bienestar por mil 116 millones y Educación por mil
86 millones de pesos.
Cabe mencionar que las obras “insignia” del
gobierno de López Obrador destacan por sus manejos irregulares, como lo indica
el reporte de la ASF. En la refinería de Dos Bocas, las inconsistencias
ascienden a un presunto daño a la Hacienda Pública Federal por 59.2 millones de
pesos, entre sobrecostos en la construcción, retrasos, pagos duplicados y
diferencias de volúmenes entre lo pagado y lo cuantificado en el proyecto.
Otro es el Tren Maya, en el que la ASF determinó irregularidades en la
construcción por un monto total de 267 millones 882 mil pesos, referidas a
pagos anticipados, trabajos cuya ejecución no fue debidamente acreditada en
cuanto a sus alcances, materiales, mano de obra y equipo.
En el rubro del Gasto Federalizado se
concentra el mayor número de observaciones, con un posible quebranto a la
Hacienda Pública por más de 30 mil 522 millones de pesos. Irregularidades que
se concentran especialmente en los gobiernos de los estados de la República.
El de Veracruz no es la excepción. Las
observaciones de la ASF a la administración que encabeza Cuitláhuac García
ascienden a probables desvíos por más de 157 millones de pesos, de los cuales, más
de 119 millones corresponden a la gestión del Fondo de Infraestructura Social
para las Entidades.
Entre lo reclamado por el órgano fiscalizador
al gobierno de Veracruz, están 72 millones 710 mil 200 pesos por realizar tres
transferencias a la Secretaría de Desarrollo Social para llevar acabo el
Convenio denominado “GOB VER-CFE DISTRIBUCIÓN-01/2020”, del cual “no se
presentó la documentación comprobatoria y justificativa del gasto que acredite
que dichos recursos se devengaron dentro de los plazos establecidos en la
normativa, que la aplicación de dichos recursos se destinaron a cumplir con los
objetivos del fondo y que beneficia a la población”.
Adicionalmente, se observaron 32 millones 141
mil 900 pesos por cuatro obras de las que “no se cuenta con la documentación
que acredite la ejecución, su terminación, la entrega recepción, que funcionan,
operan y benefician a la población objetivo”.
Qué decir de lo señalado a la Secretaría de
Educación, en donde se detectó que se ordenaron pagos a trabajadores que ya
habían fallecido, que estaban con licencia sin goce de sueldo o ya habían sido
dados de baja de la dependencia. Solo ahí existe un posible daño patrimonial
por 4.1 millones de pesos.
Tanto el presidente López Obrador como el
gobernador García Jiménez se buscaron “salir por la tangente” cuando se les
cuestionó, a cada quién por separado, sobre el informe de la Auditoría Superior
de la Federación. El primero, con sus consabidos alegatos sobre que “ya no hay
ladrones en el gobierno”; el segundo, haciendo una comparación entre sus 157
millones contra lo que en su momento le fue señalado al ex gobernador Javier
Duarte, quien llegó a recibir observaciones por desvíos –que a estas alturas ya
no son presuntos- por 34 mil millones de pesos.
Cerca estuvo Cuitláhuac García de decir “pero
Duarte robó más… que yo”.
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