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PERSEVERANTE… Y SIN MIEDO

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PERSEVERANTE... Y SIN MIEDO

 

Claudia Guerrero y Antonio Baranda

Agencia Reforma

 

Ciudad de México, 30 septiembre 2024.- Con 62 años de edad, Claudia Sheinbaum Pardo se convertirá en la primera Presidenta de México plenamente emanada de la izquierda, con preparación científica y antecedentes en la lucha estudiantil.

Nacida en la Ciudad de México, la fundadora del partido Morena se describe a si misma como «hija del 68», el movimiento en el que participaron sus padres y que dejó una profunda herida en México, luego de la represión de miles de jóvenes que exigían respeto a sus libertades.

«Soy hija del 68, mis padres participaron en el movimiento estudiantil, yo tenía seis años cuando fue la masacre de Tlatelolco, el 2 de octubre, y en ese movimiento mi madre participó ya como maestra del Politécnico», relató en su documental, creado por su hijo Rodrigo Imaz.

En su definición personal, Sheinbaum se identifica como una crítica del neoliberalismo, defensora de los derechos sociales y feminista. Se reconoce como una mujer disciplinada, tan amante de los niños que, de no haber sido académica y política, hubiera sido maestra de jardín de niños.

 

LA FAMILIA

La primera Presidenta de México -ella pidió que se le nombre así, con «a»-, creció en una familia de académicos.

Es hija del químico Carlos Sheinbaum, destacado por su contribución en el desarrollo de la industria del curtido de pieles en México.

Su madre es la condecorada bióloga Annie Pardo, Premio Nacional de Ciencias por su investigación en bioquímica, enfermedades del pulmón y el envejecimiento.

Ambos, como Sheinbaum relata en el documental, fueron activistas en el 68.

La ahora Presidenta estudió ballet desde los 6 años hasta y hasta que estudiaba la facultad. Cuenta que, llegado el momento, tuvo que elegir entre la Física y la danza.

«Decidí la Física», señala la científica, a quienes sus cercanos y ex colaboradores consideran disciplinada, de carácter fuerte y recia en sus decisiones y en su trato.

 

LA TRAYECTORIA

 

Uno de sus mayores orgullos, asegura Sheinbaum, es haber sido dirigente del Consejo Estudiantil Universitario en 1986, cuando estudiaba la carrera de Física.

El movimiento en el que participó activamente estaba en contra de las reformas promovidas desde Rectoría para aumentar las cuotas de inscripción.

«El principal elemento de defensa de los estudiantes entonces es que la educación no es una mercancía, la educación es un derecho», considera Sheinbaum sobre ese capítulo de su vida.

En el movimiento estudiantil conoció al polémico Carlos Imaz, quien a la postre se convertiría en su pareja y compañero en la fundación del extinto PRD.

La morenista es física y maestra en Ingeniería Energética.

Fue la primera mujer en ingresar al doctorado de ingeniería energética de la UNAM y obtener el grado de doctora, para lo cual viajó al Laboratorio Lawrence Berkeley, becada por la UNAM.

Pero su futuro estaba en la política.

El sol azteca significó su entrada, de lleno, a ese mundo. Ahí conoció a Andrés Manuel López Obrador, quien la invitó a colaborar en la Jefatura de Gobierno de la CDMX.

«Lo conocía como dirigente social. Cuando los éxodos de Tabasco a la ciudad íbamos a solidarizarnos, yo creo que ahí fue la primera vez que lo vi físicamente», recuerda Sheinbaum.

 

AL LADO DE AMLO

En 2000 fue designada por AMLO como titular de Medio Ambiente. Su primera y más grande encomienda fue la construcción del segundo piso del Periférico.

Aquella fue la obra más emblemática del AMLO en la capital, aunque Sheinbaum ha contado que López Obrador también le encargó mucho reducir la contaminación.

El proyecto fue concluido entre señalamientos de posible corrupción, favoritismo y opacidad en el manejo financiero.

En 2004, Claudia resintió el caso de los «videoescándalos», que exhibieron a René Bejarano, entonces secretario particular de AMLO, y a Imaz, recibiendo fajos de dinero en efectivo del empresario Carlos Ahumada.

Ímaz, entonces esposo de Sheinbaum y de quien se divorció en 2016, se desempeñaba como Jefe Delegacional de Tlalpan, demarcación que a la postre gobernó Sheinbaum.

En 2006, Sheinbaum renunció a la Secretaria de Medio Ambiente capitalina para convertirse en vocera de la primera campaña presidencial de López Obrador.

Tras esa primera derrota, que ella y López Obrador han calificado repetidamente de fraude, la morenista se reintegró a la academia.

En 2007 se incorporó al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático de la ONU, el cual fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, junto con Al Gore, por sus esfuerzos para difundir mayor conocimiento sobre el daño ambiental causado por el hombre y poner bases para contrarrestarlo.

En 2012, López Obrador se postuló por segunda ocasión a la Presidencia y anunció que, de ganar, incluiría a Sheinbaum en su gabinete.

Ante la segunda derrota de AMLO, Claudia acompañó a López Obrador en la  formación de Morena como asociación civil, en 2011, y su registro como partido, en 2014.

Bajo las siglas de Morena, en 2015 fue electa Jefa Delegacional de Tlalpan, cargo al que renunció dos años después para buscar la Jefatura de Gobierno de la CDMX.

Como Jefa Delegacional, tras el sismo de 2017, enfrentó señalamientos por irregularidades de protección civil que derivaron en el derrumbe de Colegio Rébsamen, en donde perdieron la vida 26 personas, entre ellas 19 menores de edad. Ella mantuvo acercamiento con las víctimas del Rébsamen.

En 2018, cuando López Obrador ganó la Presidencia, Sheinbaum se convirtió en la primera Jefa de Gobierno electa.

 

EL COSTO DE GOBERNAR

Su gestión al frente de la capital tampoco estuvo libre de escándalos. En mayo de 2022, la Línea 12 del Metro, que había inaugurado Marcelo Ebrard, colapsó entre las estaciones Olivos y Tezonco, causando la muerte de 26 personas y decenas de heridos.

Las responsabilidades penales y políticas por aquella tragedia quedaron en el aire, a pesar de que la falta de mantenimiento fue una de las causas.

«Gobernar es servir a la gente y gobernar también es poner en práctica el conocimiento y el plan a partir del cual te eligieron», considera Sheinbaum. «Gobernar es tomar decisiones», agrega.

En junio de 2023, Sheinbaum dejó el Gobierno capitalino para participar en el proceso interno de Morena para elegir candidato presidencial.

Tres meses después, Morena informó que Claudia había ganado la encuesta para encabezar la candidatura presidencial de la alianza de Morena, con el Verde y el PT.

Sheinbaum ha centrado su discurso en dar continuidad a la llamada 4T, el proyecto político de AMLO que ahora concentra poder a nivel estatal, federal y legislativo.

Tan es así, que va repetir el estilo de gobierno de López Obrador, con mañaneras y giras de fin de semana, e incluso la incorporación a su léxico político de frases populares del ahora ex Presidente.

Es frecuente que Sheinbaum repita: «con el pueblo todo, sin el pueblo nada», «por el bien de todos, primero los pobres» o «el poder sólo es virtud si se pone al servicio de los demás».

«Tengan la certeza que voy a estar a la altura de la circunstancias, que vamos a caminar juntos y juntas en unidad», ha dicho Sheinbaum en varios discursos recientes.

«Y que jamás traicionaré el anhelo de seguir construyendo un México aún más justo, fraterno, soberano, libre y democrático», agregó en septiembre de 2023 al recibir el bastón de mando de manos de AMLO, su mentor.

 

¿CÓMO LA VE AMLO?

Para el Presidente, Sheinbaum es una mujer inteligente, preparada, sensible y trabajadora.

Luego de que la morenista recorriera el País en por lo menos tres ocasiones -precampaña, campaña y transición-, el Mandatario sostuvo que es una política con convicciones, buen corazón y gran sensibilidad.

En su último libro, titulado «¡Gracias!», el Presidente se refirió a Sheinbaum como una mujer «un poco terca y perseverante».

Reveló que, ante la elección de 2018, le ofreció la coordinación de su campaña presidencial, con la idea de que después se convirtiera en la primera mujer en ocupar la Secretaría de Gobernación.

Sin embargo, su propuesta entristeció a la morenista, quien terminó por confesarle que quería competir por el Gobierno de la Ciudad de México.

Fue entonces cuando López Obrador le advirtió sobre la fortaleza que, en ese entonces, mostraba el zacatecano Ricardo Monreal en las encuestas, lo que a ella no le importó.

«En 2018 yo quería que fuera la jefa de la campaña presidencial, porque además de ayudarme en eso, pensaba que íbamos a ganar y sería la primera mujer Secretaria de Gobernación.

«Lo comenté con ella, pero desde que se lo dije, en vez de alegrarse se puso triste, le pregunté qué pensaba y me contestó que ella quería contender al interior de Morena por la candidatura para Jefa de Gobierno.

«Le respondí que lo sopesara, porque Ricardo Monreal estaba bien posicionado y podía ganarle la encuesta. Al final, como es un poco terca o, para decirlo, con elegancia, perseverante, como ‘ya saben quien’, decidió participar en la contienda interna y la ganó».

 

NO LA SUBESTIMEN. NO TIENE MIEDO

Apenas cinco días antes de entregarle el poder, el Presidente pidió no subestimar a su sucesora, a quien se refirió como una mujer que no deja manipular ni tiene miedo.

«Sé que, a veces, buscan el acoso, el ‘cale’. Ya dije que Claudia tiene cabeza, corazón y carácter, ¿eh?, para que sobre advertencia no hay engaño. No vaya a ser que Van a pensar que va a ser manipulable y le va a dar miedo. No, no. Ya lo dije una vez, se los repito, yo soy ‘fresa’, soy moderado», señaló.

El Mandatario advirtió que Sheinbaum no es una mujer de Estado, sino de Nación y, aunque insistió en que será a la única persona que recibirá en su retiro, en Palenque, puso en duda que ella decida buscarlo.

«Solamente que ella me visite; pero no me va a visitar, ya le he dicho y lo digo públicamente, porque ella es muy capaz, que no la subestimen, es de primera. No es mujer de Estado, es mujer de Nación, es más que estadista», sentenció.