Ars ScribendiPLUMAS DE COATEPEC

PLAYERA X CARRERA COATEPEC 2022

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PLAYERA X CARRERA COATEPEC 2022

ARS SCRIBENDI   

Es tan solo una playera, sí, una camiseta de cinco colores, los mismos que identifican la personalidad del coatepecano. Al observar detenidamente la camisola sé visualiza una senda que, al caminar sobre ella, va guiando sutilmente al turista por un pasaje de encanto, hechizo y embrujo bajo el sol, la niebla o la lluvia, el clima poco importa.

            Sé desvanecen las preocupaciones cuando se comienza a internar a un paraíso natural, un santuario silvestre inspirado por la misma naturaleza. En ese espacio de verdor se difuminan las prisas, incertidumbres y las angustias, para adentrarse al misticismo del paisaje coatepecano que devela las montañas, colinas, cerros y ríos, cultura, costumbres y tradiciones, al igual que conductas de los naturales que son parte del paisaje cotidiano.

            La playera se muda en un laberinto del que no se puede escapar, pues va narrando historias de los arcos, por ejemplo, el que da la bienvenida al visitante, en la entrada de la ciudad como los de innumerables puentes, en los que, bajo sus arcos, corre el agua que inmaculada baja de las altas montañas. La mística de las cascadas de la granada y la Bola de Oro es profunda, el salto que dan lo tiñen de blanco, parecen diosas que emiten un canto sagrado o quizá un adagio celestial cuando, desde las alturas, descienden sus frías aguas para besar el río que amoroso las está esperando para conducirlas en su cauce. El río de la marina, a veces manso y risueño otras embravecido, anida en su cauce su ancestral poder dinámico, bajo la sombra de milenarias hayas, va en busca del mar. Flores, lirios y orquídeas asemejan la belleza de la mujer coatepecana, el soplo del aire las acaricia con suavidad mientras ellas entrecierran sus ojos y todo se torna en un ensueño.

            El camino continúa y se torna interminable, parece un encanto de las noches de san Juan, pero no agota, el turista se embelesa en esa quietud provinciana en la que se está en contacto visual con los tejados de las viejas casas que anidan un testamento histórico y se aferran a su arquitectura colonial. Baldosas tapizando el piso y decorando las paredes de las residencias, jardines y amplios corredores para el esparcimiento y llamativa herrería que adorna sus ventanales en el primer cuadro del pueblo, parecen orgullosas de su pasado, libres y seguras desean seguir hacia el futuro.

            Los habitantes gustan contemplar el obelisco de María Enriqueta Camarillo y Roa, suspiran y acercan los recuerdos, saben que sus abuelos aprendieron a leer con los libros “Rosas de la Infancia”, lejos de Coatepec se fue a vivir la escritora en mención, pero hoy descansa para siempre en esta tierra que la vio nacer.

            Cada paso las emociones y los sentimientos sé entrelazan, sobre todo, al estar en contacto con la vida silvestre, pues el viento parece musicalizar su soplo y los conejos, ardillas y toches entre una variedad de animales, parecen armonizar en un ritual de amistad con las mariposas, los pajarillos, las flores y el fluir de la misma vida que manifiesta su amor hacia la creación divina.

            La campiña se torna en romería cuando grupos de hombres van en busca de la flor de cucharita, tenchos, carrizos, tarros, bejucos y hojas verdes para trenzar y decorar el arco con el que se glorifica al santo Patrón San Jerónimo, el júbilo y la fe es una llama en el corazón de la gente del pueblo. El día dice que se debe de regresar a casa, el retorno se hace por verdes cañaverales, por fincas donde están esparcido los colmenares de abejas que producen la miel, ahora llegó el momento de disfrutar un rico café de las fincas regionales.

            Sorbo a sorbo se paladea el aromático, la amena conversación está presente, todo es camaradería, esos instantes parecen vivenciar un cuento de hadas de las mil y una noche, se experimenta la quietud, la respiración es lenta, todo es serenidad, pero lo que parece un sueño lo despierta un disparo y se vuelve a la realidad, la décima carrera Coatepec ha comenzado, bravo, el recorrido será arduo pero placentero. Buena suerte.

*La playera fue diseñada por el talentoso Eder Medina, sus logotipos me inspiran a esta breve reflexión que les comparto, esperando les agrade.

* Modelaron Emiliano Osorio y Adhara Gasca Ortiz en la presentación de la camiseta en Casa Bonilla.

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx