PONEN BARRICADAS EN ACAPULCO Y SURGEN AUTODEFENSAS
PONEN BARRICADAS EN ACAPULCO Y SURGEN AUTODEFENSAS
Manuel Alejandro Alvarez
Torres
Agencia Reforma
Acapulco, México 29 octubre
2023.- El huracán «Otis» revolvió todo en este puerto y, a tres días
de su impacto, la falta de autoridad ha provocado no sólo saqueos de comercios,
sino también asaltos a automovilistas, pillaje en casas y robo de ayuda
humanitaria.
La inexistencia de los
servicios públicos ha dejado en la calle montones de basura y de algunos de
ellos han comenzado a emanar olores putrefactos.
En la Playa Manzanillo, donde
fondeaban o estaban atracados yates y lanchas, emergieron cuerpos de marineros
que decidieron quedarse en sus embarcaciones por órdenes de sus patrones o
porque subestimaron la fuerza del huracán y murieron ahogados.
En distintas colonias de la
zona centro, los vecinos cerraron sus calles con las láminas que dejó
desperdigadas «Otis» para evitar que entren los ladrones y, varios de
ellos, armados con pistolas y machetes, hacen rondas por las noches.
El viernes, en la salida a la
autopista a Chilpancingo, a la altura de la Colonia Renacimiento, decenas de
personas saquearon por la noche algunos de los vehículos que llevaban víveres
para los damnificados.
Un mensajero de una
televisora, que llevaba dinero en efectivo para su personal que está trabajando
en el puerto por la emergencia, fue asaltado en las inmediaciones del
Maxitúnel.
Telma Mercado vive cerca del
Mercado Central, en donde los locatarios también se han organizado para vigilar
sus negocios y proteger la poca mercancía que los vientos huracanados les
dejaron.
Quienes han estado rondando
las casas, señala Ocampo, son jóvenes de otras colonias, quienes -acusa- se
mueven en motocicletas robadas durante los días de saqueo y movidas con gasolina
sustraída de las estaciones de servicio o de vehículos estacionados.
«¡Ahora (quieren saquear)
las casas! ¿Qué tenemos en las casas?, pura destrucción.
Sin Policía
El temor de los vecinos a ser
robados en sus casas se avivó tras constatar los saqueos multitudinarios que,
durante los dos días posteriores a que pegó «Otis», se dieron en todo
el puerto, lo mismo en colonias populares que sobre la Costera Miguel Alemán o
en la Zona Diamante.
Durante esa rapiña la Policía
Estatal y Municipal se hizo de la vista gorda, lo mismo que el Ejército y la
Marina; ninguna autoridad intervino y la gente vació tiendas de conveniencia,
departamentales, gasolineras y hasta agencias de autos y empresas de
paquetería.
Pese al tiempo transcurrido,
la Policía sigue ausente en las calles y las patrullas que circulan son
utilizadas para transportar a la gente de un tramo a otro.
Los elementos de la Guardia
Nacional, el Ejército y la Marina que no están comisionados a las labores de
limpieza o de auxilio a la población se han concentrado en hacer presencia en
la zona turística y en la salida hacia la caseta de La Venta.
Valentín Santibáñez, quien
tenía un local de venta de artesanías frente al Parque Papagayo, dice que en la
Colonia Zapata y en la Laja la gente quiso meterse a las casas.
«En la Zapata, donde vive
mi papá, se metieron en las casas que pudieron; para acá arriba, en la casa de
un amigo, también se querían meter, pero como él ha estado ahí, a pesar de que
no tiene techo, no se metieron», indicó.
Robo de ayuda
La noche del viernes se hizo
una larga fila en la vía que conecta con la Autopista a Chilpancingo, a la
altura de la Colonia Renacimiento, una de las zonas donde iniciaron los
saqueos.
El embudo, informó Francisco
Ortiz, quien pretendía salir de Acapulco con sus familiares, fue porque los
vecinos bloquearon el acceso para identificar los vehículos que llevaban
víveres.
«Nos paramos a ver los
coches que venían regresando y lo que nos dicen es que había un bloqueo de
camiones e, investigando con esa gente, lo que nos mencionan es que estaban
deteniendo a los coches, tanto de entrada como de salida, quitándoles víveres y
el apoyo que ya estaba llegando en camiones», narra.
«Supuestamente querían
mandarlo a ciertas colonias primero, esa era la finalidad».
La misma experiencia tuvo Omar
Safra, un capitalino que llevó víveres a familiares que viven en el puerto.
«Sí no entran los
camiones con la Guardia Nacional todo se lo roban a la entrada de Acapulco; no
se vale, por eso no está llegando toda la ayuda a la gente, es un gran problema
tratar de traer la ayuda como debe de ser», lamenta.