POSDATA DE OCTAVIO PAZ
POSDATA DE OCTAVIO PAZ
Si
en su momento a Carlos Monsiváis se le consideró el más puntual Observador y
Cronista de la Ciudad de México, así como también el escritor más aclamado por
la gente del pueblo; así también en vida a Octavio Paz se le consideró uno de
los más grandes poetas de todos los tiempos, señalado como el más influyente de
los autores del siglo XX. Escritores ambos de nacionalidad mexicana, pero con
muy distinta formación académica. Sin embargo, el primero con un bastante humor
irónico y acido, enjuiciaba por escrito todo acto o proceder oficial que dañara
a la gente común. Y el segundo, a pesar de su cercanía con el poder
gubernamental, se le reconoció, además de su poesía, poseedor de una
inteligencia de hondas raíces filosóficas, que le permitieron convertirse en un
crítico, no sólo de la literatura, sino del lenguaje, el arte y los problemas
políticos y sociales de México, Latinoamérica y de la cultura superior europea.
El poeta, ensayista y
diplomático Octavio Paz (Cd. de México, 1914-1998), durante su estancia como
profesor invitado en Austin, allá por el año de 1969, escribió tres magníficos
ensayos que reunió en un volumen titulado Posdata y que la Editorial Siglo XXI
en México le publicó al año siguiente en su colección creación literaria. Los
tres ensayos son: Olimpiada y Tlatelolco, El desarrollo y otros espejismos, y Crítica de la pirámide. Se trata, como
su nombre lo dice, de una prolongación de su obra El laberinto de la soledad, publicada dos años antes en México. Es
un ejercicio reflexivo propio de lecturas nacionales y extranjeras sobre lo que
sucedía en el fatídico año de 1968 en México y el mundo. Es un análisis puntual
de tipo histórico desde la colonia hasta pasados los primeros años de la
revolución mexicana. Es un punto de vista personal sobre la incipiente vida
“democrática” en la que vive México y los países de la américa latina,
controlada desde hace tiempo, por nuestros hoy odiados, vecinos del norte.
Posdata es
el inicio de un futuro estudio más profundo sobre el carácter de los mexicanos,
“donde la función es ser escudo, muro, haz de signos, un jeroglífico, algo así
como una muralla que nos defiende de la mirada ajena a cambio de inmovilizarnos
y aprisionarnos; o bien, máscara que al mismo tiempo nos expresa y nos ahoga”,
nos dice Octavio Paz, al igual sigue y expresa: “La mexicanidad no es sino otro
ejemplar, una variación más, de esa cambiante idéntica criatura plural una que
cada uno es todos somos ninguno”. A continuación, destacaré parte de su
pensamiento del escritor que obtuvo el Premio Cervantes en 1981 y el Premio
Nobel en el año de 1990, que ejemplifica su vocación de escritor y su
compromiso con México.
Sobre su primer ensayo
menciona: “El régimen mostró que no podía ni quería hacer un examen de
conciencia; ahora bien, sin crítica y, sobre todo, sin autocrítica, no hay
posibilidad de cambio. Esta debilidad mental y moral lo condujo a la violencia
física. Como esos neuróticos que al enfrentarse a situaciones nuevas o
difíciles retroceden, pasan del miedo a la cólera, cometen acciones
insensatas”. Del segundo, llamó mi atención cuando afirma: “Toda revolución sin
pensamiento crítico, sin libertad para contradecir al poderoso y sin la
posibilidad de sustituir pacíficamente a un gobernante por otro, es una
revolución que se derrota a sí misma. Un fraude. Mis palabras irritarán a
muchos; no importa, el pensamiento independiente es casi siempre impopular”.
Finalmente, sobre el
tercero: “Cierto, la crítica es el aprendizaje de la imaginación en su segunda
vuelta, la imaginación curada de fantasía y decidida a afrontar la realidad del
mundo. La crítica nos dice que debemos aprender a disolver los ídolos: aprender
a disolverlos dentro de nosotros mismos. Tenemos que aprender a ser aire, sueño
en libertad”. En lo personal considero que Posdata, es en sí un libro de
denuncia por lo sucedido en 1968, es un volver la mirada del autor a sus raíces
nacionales, es un punto diferente para entender al México nuevo que nacía ante
el mundo. Libro famoso de nuestro Octavio Paz, que todos deberíamos leer
detenidamente para no ser engañados por el resto de nuestras vidas.