PREJUICIOS, REVANCHAS Y ANTIEDUCACIÓN
PREJUICIOS, REVANCHAS Y ANTIEDUCACIÓN
Por Aurelio Contreras Moreno
De verdadero escándalo la nueva andanada del Conahcyt de la “4t”
contra lo que los prejuicios de su directora, María Elena Álvarez-Buylla, ven
como educación “neoliberal”.
La
semana que concluyó se dio a conocer la reclasificación como “no prioritarios” de
dos mil 400 programas de posgrado impartidos –y vale la pena hacer hincapié en
esto- en universidades públicas del país, lo que los deja sin posibilidad de
acceder a financiamiento público para otorgar becas a sus estudiantes.
Sin criterios claros en los cuales justificar
lo que representa un artero ataque a la educación superior de excelencia, el Conahcyt dividió los
posgrados en cuatro categorías: en las dos primeras incluyó los programas que
considera están orientados a la investigación en ciencias y humanidades –y que
son los elegibles para recibir recursos-, mientras que en las otras dos colocó
los que refirió como orientados a la profesionalización de las personas, por lo
que no los considera prioritarios y por ende, no son elegibles para darles
financiamiento.
Dicha clasificación es arbitraria y basada en
los prejuicios ideológicos de quienes tienen en sus manos el sistema educativo
del país, ya que la gran mayoría de los posgrados que serán marginados
pertenecen a áreas como administración, comercio y negocios, mientras que los
privilegiados por el régimen son en buena parte los de humanidades.
Por ejemplo, los posgrados despojados de
financiamiento en los institutos tecnológicos de Veracruz son la Maestría en
Ingeniería Administrativa y el doctorado en Ciencias de Alimentos del
Tecnológico Nacional de México; la Maestría en Ciencias de los Alimentos y
Biotecnología del Tecnológico de Tierra Blanca; la Maestría en Ingeniería
Administrativa del Tecnológico de Pánuco; y la especialidad en Logística y
Cadena de Suministro del Tecnológico de Poza Rica.
También hay un claro sesgo político en la
decisión. Las universidades autónomas de Querétaro, Chihuahua y Puebla, así
como el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) fueron
especialmente castigados por el Conahcyt. A éste último, donde alumnado y
docentes han sostenido una larga lucha en contra de las imposiciones y
autoritarismo de Álvarez-Buylla, le quitó el financiamiento a 89 por ciento de
sus programas de posgrado, con lo que encamina hacia su desaparición a la que
alguna vez fue una de las instituciones de educación superior referentes de excelencia
académica de nuestro país, y en donde ahora la nueva “gerencia” ya ofrece
diplomados con perspectiva mayormente marxista.
El panorama para las universidades privadas es
todavía peor. De todos los posgrados que ofrecen en todo el país, solamente 21 fueron
considerados prioritarios y podrán recibir recursos para ofrecer becas. De ese
tamaño los prejuicios y la discriminación para sus alumnos.
La intención es clara. El gobierno, a través
del Conahcyt de Álvarez-Buylla, apoyará únicamente aquellos programas con los
que tenga coincidencias ideológico-políticas, y a las instituciones que acepten
sin chistar sus disposiciones y lineamientos, por absurdos que puedan llegar a
ser.
Incluso en instituciones donde la “4t” ya colocó
un alfil, hay discriminación y recortes a sus posgrados. Es el caso de la
Universidad Veracruzana (UV), donde 16 posgrados fueron clasificados como “no
elegibles”.
Estos son las especialidades en Administración
del Comercio Exterior, Estudios de Opinión, y dos en Administración del
Comercio Exterior; las maestrías en Ciencias Alimentarias, Procesos Biológicos,
Gestión Ambiental para la Sustentabilidad, Ingeniería de la Calidad, Gestión de
Recursos Humanos, Trabajo y Organizaciones; Dirección Estratégica e Innovación
Tecnológica, Innovación y Emprendimiento de Negocios escolarizada y no
escolarizada, Gestión de las Tecnologías de la Información en las Organizaciones,
y Dirección Empresarial; y los doctorados en Ciencias Administrativas y Gestión
para el Desarrollo, y en Alta Dirección en Organizaciones. Todos, en áreas que
para los fines del régimen, son “no prioritarias”.
Pero mientras la rectora de la Universidad
Autónoma de Querétaro, Teresa García Gasca, anunció que interpondrán recursos
legales contra Conahcyt, que le quitó financiamiento a 23 de sus posgrados, el
rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, como acostumbra, no ha dicho “esta
boca es mía” y como los avestruces, tiene la cabeza enterrada en la tierra.
Irónicamente, el pasado viernes la UV presumió
que logró la certificación de 27 procesos de su
Sistema de Gestión de la Calidad (SGCUV) bajo la Norma ISO 9001:2015.
¿Pues qué no le han dicho que
eso de la calidad es muy “neoliberal” y que no va con el “evangelio” de la
“cuatroté”?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras