PRISIÓN PREVENTIVA: ARMA PARA REPRIMIR
PRISIÓN PREVENTIVA: ARMA PARA REPRIMIR
Por Aurelio Contreras Moreno
Además de sus ánimos autoritarios, si algo ha
caracterizado al régimen de la pretendida “cuarta transformación” es la extrema
incompetencia de sus fiscalías para armar y sostener casos, aunado a la
consigna política cuando el asunto transita por esas veredas.
Cada que se concede un amparo a un presunto
criminal, los gobernantes “cuatroté” braman contra el Poder Judicial y lo
acusan de liberarlos a propósito para “afectar” al gobierno.
Empero, lo que sucede en la mayoría de los
casos es que las carpetas de investigación están elaboradas “con las patas” por
las fiscalías –federal o estatales- o bien sin pruebas contundentes que las
soporten, ya que fueron realizadas por encargo y con motivaciones políticas,
por lo que terminan desmoronándose solas.
Durante todo el sexenio, han sobrado casos de uso
político del aparato de procuración de justicia como un arma para reprimir y
encarcelar adversarios políticos, críticos y hasta enemigos personales de la
clase gobernante actual, para lo cual se valen de una medida abusiva y que en
todas partes es reconocida como violatoria de derechos humanos: la prisión
preventiva oficiosa.
En repetidas ocasiones, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado el uso de esta medida
cautelar en México porque vulnera
el derecho a no ser privado de la libertad arbitrariamente, al control judicial
de la privación de la libertad y a la presunción de inocencia.
Por esa razón, la CIDH conminó al Estado
mexicano a modificar su legislación y sustituir esta figura violatoria de
derechos humanos por otras medidas cautelares menos punitivas, como la prisión
domiciliaria. Solo que hacer eso le arrebataría al régimen su principal arma
para reprimir “legalmente” y se niega a derogarla.
Particularmente en el estado de Veracruz,
sobran los casos en los que la aplicación de la prisión preventiva oficiosa ha
sido el vehículo preferido para someter y encarcelar a quienes el gobernador
Cuitláhuac García considera “enemigos” o aliados de los mismos, o que se han
atrevido a “desobedecerlo”: Rogelio Franco, José Manuel del Río Virgen, Tito
Delfín Cano, Yolli García y otras mil personas –literalmente- fueron y siguen
siendo víctimas de los abusos cometidos en su contra a través de la prisión
preventiva oficiosa en este sexenio. Y por eso el régimen la defiende
ignominiosamente.
Este jueves, les volvieron a pasar a los
gobernadores de Morena el “machote” que firman para pronunciarse por cualquier
cosa que les ordenan en Palacio Nacional. Y esta vez fue, precisamente, contra
la inaplicación de la prisión preventiva oficiosa que estaría por decretar la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, derogación que fue impedida en tiempos
de la presidencia del “ministro mandadero” de la “4t”, Arturo Zaldívar.
En el pronunciamiento, que obviamente fue
suscrito también por Cuitláhuac García, los mandatarios -¿o serán también
mandaderos?- aseguran que de aprobarse su desaparición, ésta “impactará
directamente en la seguridad pública y gobernabilidad del país y con ello en la
de las entidades federativas, de cuyos gobiernos somos responsables;
tema fundamental en la vida jurídico-política de nuestro país y de protección a
su soberanía constitucional”.
Palabrería. De lo que los despojarían sería de
su arma para reprimir. Y de los pretextos por su esperpéntica incompetencia.
La torre
de los “moches”
Este mismo jueves fue inaugurada –aunque
llevaba varios días en operación- la llamada Torre “Orgullo Veracruzano”, a
donde fueron llevadas oficinas del gobierno estatal, en especial la sede de la
Secretaría de Protección Civil.
Solo que la hicieron con tanta “austeridad”,
que la aplicaron hasta en los materiales utilizados en su construcción, que de
acuerdo con la información disponible, dejaría mucho que desear.
Esto, debido a que para recibir sus respectivos
pagos, los encargados de la obra habrían tenido que pagar “moches” de hasta el
doble de lo “habitual”, lo cual a su vez afectó directamente la selección de los
materiales usados en la construcción.
Los señalamientos por esta práctica “que ya no
pasa con la 4t” llegan hasta a una ex funcionaria de la propia Secretaría de
Protección Civil que, en realidad, sigue teniendo todo el “power” en la
dependencia.
Si quiere una pista, mientras estuvo
directamente en Protección Civil trataba miserablemente a los empleados y fue
senadora –espuria- por un día para sacar el malogrado “Plan B” del obradorato.
Ya hasta le aplicaron el mote de “Lady Moches”.
¡Ah, los que no son iguales!
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