PROSPECTIVA 2024
PROSPECTIVA 2024
Uriel Flores Aguayo
Las definiciones fundamentales en materia electoral
para el 2024, centralmente lo referido al relevo presidencial, todavía
requieren tiempo y están siendo calculadas por el presidente AMLO, para Morena,
y las cúpulas opositoras para sus todavía poco visibles aspirantes. Lo que hay
son tendencias y una variedad de estrategias reales y de confusión.
La jefa de gobierno sacrifica imagen en la Ciudad
de México, al salir a giras en diversas entidades federativas. No tiene de otra
si pretende ser conocida en el resto del país. Es una necesidad que tiene sus
costos: los habitantes de la Cdmex seguramente cuestionan sus ausencias y eso
le resta puntos. Es de esas contradicciones que no tienen solución fácil y
escapan a la voluntad de la aspirante y sus promotores. Es evidente que se
trata de la candidata oficial y que, por tanto, cuenta con los recursos económicos,
materiales y humanos de los aparatos de gobierno. El despliegue propagandístico
en torno a ella, millonario y de origen misterioso, le garantiza ser puntera u
ocupar un lugar privilegiado entre las llamadas corcholatas. Sin duda cerrará
el proceso morenista disputando seriamente la candidatura. Su oponente seguro
será el canciller Marcelo Ebrard, quien cuenta con creíble imagen presidencial,
fuertes corrientes de simpatías y activas estructuras de apoyo. Me parece que,
sin descartar al Senador Monreal, que puede ser el factor que incline la
balanza, el único que puede desafiar al dedazo-encuesta es Ebrard.
El tendrá que tomar una decisión clave en el
sentido de quedarse o salirse de Morena. No lo veo con la simpatía de AMLO; sin
embargo, debe seguir hasta las definiciones. Seguramente renunciará a su cargo
un par de meses antes de la primera encuesta; si se realiza en julio se
retirará en mayo, si es en agosto será en junio. Requiere recorrer el país
durante dos meses, al menos, para estar en condiciones de competir seriamente
por la candidatura. No se debe dar por derrotado anticipadamente. Tiene
opciones. En cuanto a las oposiciones, sin autocrítica ni refundación, parece
que van a esperar lo que puedan cachar de la inconformidad ciudadana con el
gobierno de AMLO. Sin figuras sobresalientes, por el momento , apuestan a las
rupturas en Morena. Esa percepción se fortalece por la dispersión y medianía de
los perfiles opositores: no dan nota, no trascienden y están más que lejos de
la ciudadanía. El secretario de gobernación abandona sus funciones y se dedica
a promoverse. Perdemos gobernabilidad y recibimos, a cambio , tronantes
declaraciones de Adán Augusto. Juega a la candidatura como distractor a favor
de Claudia, y abre los brazos para recibir a los grupos excluidos de la cargada
oficial. La propuesta programática más elaborada e influyente es la de Ricardo
Monreal, con su apuesta por la reconciliación, es decir, la vía indispensable
para superar la polarización actual y ausencia de diálogo. Su presencia es
importante pero no cuenta con los aparatos públicos ni grupos corporativos. Si
las oposiciones continúan en el auto consumo y esperando los tiempos para
repartirse las candidaturas entre dirigencias y amigos, sin apertura, su
destino son únicamente las cámaras legislativas , abandonando la lucha por la
presidencia.
Recadito: gobierne quien gobierne el pueblo se defiende.