¿Qué aprendimos en este año que ya se despide?
Por Joaquín Alcántara Hernández.
Aquí en Coatepec muchos conocidos y amigos me preguntan que quién fue el Maestro del Gurú Estrada quien a su vez vivió con nosotros en Zimpizahua, (1958-1976) -Un alto honor haberlo conocido y tratado personalmente-
Bien, para que tengan una idea de la talla MORAL Y HUMANA del eminente sabio francés Serge Raynaud de la Ferriere, quien fue su MAESTRE, aquí me permito transcribir una de las miles de enseñanzas que daba a sus Discípulos de Alta Iniciación. Muchas de ellas fueron grabadas y ahora están circulando vía Internet traducidas en diferentes idiomas.
Aquí tiene, pues, una de sus incontables convicciones de quien junto con su Primer Discípulo, Gran Gurú José Dr. Manuel Estrada fueron los fundadores de la Gran Fraternidad Universal cuya Sede Mundial se localiza precisamente en Coatepec, a un costado del su emblemático “Cerro de las culebras”. Sabido es que se trata de una Institución cultural, no religiosa, adherida a la UNESCO.
Son enseñanzas cortas, pero contundentes, sabias, aleccionadoras… ¡Vaya! Que nos ponen a reflexionar sobre este corto viaje que llamamos vida, misma que se nos va de las manos muchas veces sin haber aprendido nada. Solo el inútil apego a un falso dios, el dinero.
Enseñanza No. 21.- El MAESTRE SERGE RAYNAUD DE LA FERRIERE tajante dice:
«El sufrimiento es debido al apego, a la ilusión que se concede a este mundo de apariencias. La felicidad se encuentra más allá de las miserias de este mundo: «el mundo me ha odiado antes de odiaros»… entonces, ninguna amargura. Los hombres tienen poder en relación al apego de las cosas de la tierra, pero son impotentes ante la serenidad interior. El Espíritu-Luz no puede de ningún modo dejarse devorar por las tinieblas.
‘Dios es el Dios de los Vivos’.
Que muera lo que es mortal; ‘Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’.
¡Perezca este cuerpo mortal y todos sus vanos apegos a las cosas perecederas y transitorias!…
¡Perezcan las ilusiones que nos hacen tomar en serio el mundo de los espejismos!
¡Perezcan nuestros deseos incesantes y perpetuamente cambiantes!…
¡Perezca nuestra sed de vivir en la carne en este mundo de dolor!
Decepciones continuas mientras nos apoyemos sobre el mundo exterior; nuevos desgarros mientras nos dejemos caer en la trampa de este cine cuando nos afecta con imágenes seductoras.
Bendito sea el dolor que nos despierta de este sueño.
Benditas sean las pruebas que nos arrojan de este mundo de sueños.
Bendita sea la pesadilla que nos despierta a la verdadera vida eterna: la del Espíritu.
Mi cuerpo se subleva bajo el yugo, se encabrita, resopla, pero no importa; quiera o no quiera debe someterse; es demasiado ignorante y demasiado provisional para pretender ser escuchado; que muera antes que consiga desbocarse y arriesgue la preciosa existencia del jinete (el espíritu).
Que se destruya el vehículo antes de poner la Vida Inteligente en peligro.
No cabe pensar en sacrificar lo Eterno por lo transitorio».
Hasta ahí esta enseñanza con profundo contenido al estilo muy personal de un Gran Iluminador de la humanidad.
Espero haber contestado la pregunta sobre QUIÉN fue el MAESTRE del Gran Gurú Dr. José Manuel Estrada, mismo que caminaba por las calles de Coatepec y frecuentaba el mercado donde se surtía de verduras frescas, frutas dulces, semillas, cereales, etcétera. Por cierto tenía un perro, “El duque” y mandaba comprarle su carne con el buen amigo Alfredo Ortiz. El Maestro decía: “Dios diseñó todo perfecto y hay animales que están hechos para comer carne, nosotros no”
Leído lo anterior, ojala nos sirva no solo para aprenderlo de memoria, sino para reflexionarlo y ponerlo en práctica y de esa manera nos sea útil en la balanza y calidad de nuestra existencia.
Aceptemos, pues, nuestra frágil condición de seres mortales, transitorios.
Nada es nuestro, todo prestado: la casa, la ropa, el coche, los hijos, la pareja… ¡¡LA VIDA!!… Lo dijo el papa Francisco: “No he conocido un funeral donde vaya una mudanza con las ‘riquezas’ del difunto”
¡¡FELIZ FIN DE AÑO!! Nos leeremos el próximo Dios mediante. (A no ser que surja algún tema inesperado) Y hoy como siempre lanzamos nuestro grito optimista sin perder jamás la fe, ¡Viva México señores! Ajuuuaaaaa…