¿QUÉ ESPERA CUITLÁHUAC PARA PONER EN LIBERTAD A LOS ULTRAJADOS?
Línea
Caliente
Por Edgar Hernández*
Solo,
despreciado y advertido con ser destituido si insiste en seguir violando la ley,
a Cuitláhuac García solo le queda ordenar abrir de inmediato las puertas de la
cárcel a los “ultrajados” y esconder la cola entre sus patas.
Ese,
a tres años de distancia, es la resultante de su impericia, de juntarse con una
bola de pendejos que lo han empinado y llevado al ridículo nacional.
Hoy
la urgencia nacional toca las puertas de Pacho Viejo.
Las
máximas autoridades nacionales y la opinión pública nacional y local, le
exigen, no iniciativas del ley que revivan los Ultrajes a la Autoridad tal como
pretende, sino que ponga en libertad a los más de mil 200 recluidos producto de
sus venganzas y filias personales.
Víctima
del escarnio público, caricaturizado de forma por demás ofensiva a nivel
nacional, al grado de dar pena ajena y estar advertido de no seguir violando la
ley con iniciativas persecutorias, el gobernador Cuitláhuac García, hoy no solo
se mantiene entre los tres peores de la república del 2018 para acá, sino que
se ha convertido en el hazmerreír nacional.
Sus
taras al hablar lo matan. Sus ademanes son objeto de burlas y esa soledad que
se percibe, no hacen más que acrecentar el desprecio ciudadano.
A la
par pende un cuchillo sobre su cabeza.
El
líder de los senadores de Morena, Ricardo Monreal ya le advirtió que si se
atreve cambiarle el nombre a los delitos de Ultrajes a la Autoridad en una
nueva iniciativa que envíe al Congreso local, “él y los diputados podrían ser
destituidos”.
Más
claro ni el agua.
A la
par los partidos políticos, líderes de opinión y el ex gobernador, senador y
guía moral de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, exigen que agentes del ministerio
público, peritos, fiscales y jueces que se prestaron para perpetrar abusos con
el delito de ultrajes a la autoridad deberán rendir cuentas.
No
se busca más que prevalezca la justicia y que los cómplices de Cuitláhuac
asuman las consecuencias jurídicas, morales y penales de sus actos.
Por
lo pronto el tic-tac de espera está abierto.
En
las próximas horas, si no le gana un nuevo berrinche, deberá ordenar abrir la
puertas de la cárcel a quienes desde marzo del año pasado fueron llevado a
prisión por ese delito en la intención de que si les inventan otros cargos que
los retengan, se le va a armar a este improvisado gobernador quien ya mismo se
encuentra en un callejón sin salida.
Cuitláhuac
no quiere darse cuenta que ya no cuenta con el aval de López Obrador, quien ya
quisiera salir de sus propios problemas más que salir, una vez más, en defensa
de este atarantado gobernador.
A
Cuitláhuac el sexenio se le adelantó.
Las
tribus ya no lo pelan; sus aliados históricos se han hecho como que la virgen
los mira; la bancada morena en el Congreso ya no le sirve para un carajo sobre
todo después de este último lance y todas las pifias e ilegalidades cometidas
en los últimos tres años bajo la conducción de su pastor, Juan Javier Gómez
Cazarín, un analfabeto funcional que no rebuzna porque no le sale el tono.
A la
par y en la misma línea de la operatividad, sensibilidad política y ausencia de
legalidad, se encuentra el Poder Judicial en poder de Isabel Romero Cruz, la
legendaria “Chabelita”, una ignorante con serios problemas de coordinación
cerebral que ni para cómplice sirve.
Ese
es el brutal panorama que vive el gobernador a quien no solo Veracruz, sino la
propia Suprema Corte de Justicia de la Nación y buena parte del Senado de la
República, le exigen le ponga fecha a la puesta en libertad de los cientos de
ultrajados por los abusos de poder de su gobierno, de lo contrario, ya es
tiempo de que vaya pensando en irse.
¿Tendrá
rancho?
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo