¡Que no se olvide!
¡Que no se olvide!
Por Daniel Badillo
En el 2018,
además del innegable carisma y trabajo social que durante años realizó el ahora
presidente Andrés Manuel López Obrador hubo otros factores que determinaron el
triunfo de Morena en prácticamente todo el país, con más de 30 millones de
sufragios a su favor. Y es que contribuyó también el enorme hartazgo ciudadano
acumulado durante décadas de gobiernos en los que prevaleció una enorme
corrupción que hizo más pobres a los pobres; donde lo peor fue la existencia de
una mal llamada “clase” política que se enriqueció al amparo del poder.
Los casos se
cuentan por montones; basta recordar el nefasto gobierno de Javier Duarte de
Ochoa y su pandilla de rufianes aquí en Veracruz, muchos de los cuales
iniciaron su “carrera” política sin un peso en la bolsa, y ahora son verdaderos
potentados con ranchos, gasolineras y propiedades obtenidas del latrocinio y el
hurto de los recursos públicos, cuyos nombres resulta vomitivo mencionar, pero
que allí están como ejemplo de lo que generó ese hartazgo ciudadano en las
urnas en el 2018; algunos de los cuales amenazan todavía con regresar –más no
devolver lo que se llevaron- a la palestra pública como candidatos a diputados.
Comento lo
anterior, porque ahora que habrá elecciones nuevamente en el mes de junio del presente
año, la sociedad no puede ni debe olvidar por qué votó por López Obrador hace
dos años pues las graves consecuencias de años y años de corrupción, de un mal
manejo de los recursos públicos y, desde luego, la voracidad de hombres y
mujeres que, insisto, se enriquecieron a costa del erario público en todo el
país, fueron el factor determinante para tener un país empobrecido, con muy
escaso desarrollo y con niveles educativos que lo sitúan entre los más
atrasados del mundo.
Que
no se olvide quiénes son los que traicionaron al pueblo abusando de su poder
para saciar sus ambiciones personales a fin de acumular riquezas mal habidas en
Veracruz; porque resulta contradictorio que sean ellos, sí, quienes juzguen las
acciones del presidente López Obrador a dos años de gobierno, cuando por
décadas quienes hoy lo cuestionan fueron cómplices de la corrupción, el tráfico
de influencias, el nepotismo y el abuso hacia los más desprotegidos.
A las pruebas me remito. Basta ver cómo viven aquellos que,
repito, iniciaron su “carrera” política con una mano atrás y otra adelante en
la historia reciente de Veracruz, para saber que los bienes y las riquezas que
ahora poseen no son producto de un salario digno sino de las más perversas
ambiciones, y todavía –como dice López Obrador- creen gozar de prestigio,
cuando a todas luces son ladronzuelos de poca monta.
Así que, caro lector, estimada lectora, que no se nos olvide en
los próximos comicios quiénes fueron los que dejaron al país y a Veracruz en
ruinas, lo que ha dificultado sacar adelante el proyecto de transformación
promovido por AMLO; que no se nos olvide quiénes eran los que repartían migajas
a cambio de votos, y hoy gozan de bienes y recursos que en su vida soñaron
tener, pero que están podridos porque es dinero robado al pueblo. Que no se nos
olvide.
AUTOSUFICIENCIA EN
COMBUSTIBLES
El sábado pasado,
el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un mensaje en sus redes
sociales donde destacó su optimismo para superar la pandemia del coronavirus, y
también la crisis económica generada por el COVID-19. Algo a destacar es la
mención que hizo el mandatario federal sobre la producción de combustibles en
México, principalmente de gasolina y diésel, al sostener que “además de
construir la nueva refinería estamos rehabilitando las seis que tenemos;
cerramos el año procesando en las seis refinerías un poco más de un millón de
barriles diarios”.
Sostuvo también
que “con la modernización de las refinerías vamos a llegar a un millón 200 mil
barriles; la nueva refinería va a significar 340 mil barriles; es decir, vamos
a tener ya capacidad para producir un millón 540 mil barriles de petróleo
crudo, lo que significa tener como 700 mil barriles de gasolinas, casi todo lo
que consumimos en el país; es decir, vamos a ser autosuficientes en gasolinas y
en diésel en el 2023, pero esto significa seguir invirtiendo para rehabilitar
las refinerías”. Bien.
GOLPES BAJOS EN LA
4T
Delicada la
versión que circula en redes sociales respecto a la forma despectiva en que
presuntamente se expresa la secretaria del Trabajo, Diana Aróstegui, sobre el
gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Esto se suma a las denuncias públicas por
la manera en que trata al personal a su cargo. Por si fuera poco, se comenta
que la citada funcionaria pretende meter mano en el Tribunal Superior de
Justicia, para “colocar” a un aspirante a magistrado vinculado con ella. De lo
anterior, según nos comentan, existiría evidencia en algunas grabaciones que
pronto se harán públicas.