¿Qué quiere y a qué viene el Peje?
¿Qué quiere y a qué viene el Peje?
Por Edgar Hernández*
¡Mejor
quédese en su palacio!
En el marco de la inutilidad
de 14 visitas anteriores a nuestras tierras, Andrés Manuel López Obrador se
apersona en Veracruz de nueva cuenta… ¡A la nada!
Viene a Xalapa, Veracruz
Puerto y Coatepec. Se dice que también estará en Córdoba.
¿Qué quiere? ¿Por qué visita Veracruz a puerta cerrada so
pretexto de la pandemia de Covid-19?
Aquí no hay desborde popular
ni alegría por su presencia. Tampoco
esperanza de que venga a poner orden y menos a trasmitir cosas buenas de su
gobierno marcado por el desprestigio internacional, la confusión nacional por
sus abusos de poder y una cascada de renuncias que no hacen más que confirmar
el desorden y corruptelas al interior de
su gobierno.
Ello a la par del desánimo
ciudadano ante el capricho de ir adelante en la construcción de la Refinería de
“Dos Bocas”, justo en el epicentro de un pantano.
¿Es que no había mejores
tierras para asentar la planta extractora?
¡Pues no!
Las 48 hectáreas, terrenos
nacionales manipulados por la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, fueron
comprados a precio de oro a los socios ¿De quién cree?… ¡Acertó! de Rocío
Nahle.
El cuestionamiento fundamental,
sin embargo, en el marco de la inopinada visita del señor Presidente, el mismo
de las ocurrencias y mentiras recurrentes, es ¿A qué viene?
Si en la docena de visitas
anteriores no dejó ni un centímetro de carretera nueva, planta potabilizadora
alguna o desarrollo agropecuario que no sea el escenográfico que Manuel Huerta le
presume cada vez que viene ¿Por qué esperaríamos que ahora trajera beneficio
alguno?
López Obrador no es ajeno al
desmadre político que se vive en Veracruz.
Acaso viene a checar los
nuevos préstamos millonarios superiores a los mil millones de pesos contratados
por Cuitláhuac García cuando en el ejercicio presupuestal anterior devolvió más
de cuatro mil millones de pesos.
O Viene a comprobar esos
coqueteos millonarios de su “bendito” y “honesto” con los candidatos nacionales
de Morena, que no sean aquellos que ya le advirtieron que regresarán a Veracruz
la “Revocación del Mandato”; o a ver si es cierto eso de las abusivas
embestidas contra Ricardo Ahued o la inseguridad pública que vivimos, el
desempleo, la pandemia o el brutal saqueo a las arcas públicas.
¿A qué viene López Obrador?
Acaso viene a terminar de
amarrar el tamal de la candidatura en favor de la hermana de Cuitláhuac García, Dorheny García, a quien pretende entregar la
alcaldía de Xalapa, o a la otra media hermana, Alieth García, a quien la sacó
de sus tareas de ama de casa para darle cargos de alta responsabilidad en la
Secretaría de Seguridad Pública, para luego hacerla magistrada y ahora
enfilarla para la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia.
Tal vez nuestro desacreditado
presidente viene a decirnos que también está “bendito” Manuel Huerta Ladrón de Guevara
–pene incluido- acusado de violación y acoso sexual.
O muy probablemente venga de
nueva cuenta a desdeñar a los “Colectivos” que a gritos le piden justicia.
No se sabe.
Habremos de insistir en que quizás
quiera venir a ver cómo está el asunto del huachicol o los seis Cárteles que
nos tienen como rehenes o a resolver el tema de los feminicidios que no quiso
abordar con motivo de la rifa del avión presidencial.
¿A qué viene nuestro
Presidente a Veracruz?
Tal vez nos quiera explicar
desde esta tan importante tribuna –su tercera reserva electoral- que la Suprema
Corte de Justicia de la Nación no sirve por considerar inconstitucional el
juicio a ex presidentes cuando al único que si debería llevar a la cárcel, sin
mano alzada, es a Enrique Peña Nieto por pactar la sucesión en su favor.
De lo que sí está cierta buena
parte de la opinión pública es que viene a hacer precampaña, que viene a pactar
con sus cuadros y palomear como pretende Morena robarse la elección.
Bienvenido pues, al infierno.
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo