¡QUE SE VAYAN TODOS!
«Se multiplican los asustados, y los asustados
pueden ser más peligrosos que el peligro que los asusta».
Eduardo Galeano.
En estas pocas líneas, trataremos de explicar la situación de la selección mexicana de futbol, los errores que se han cometido en este proceso mundialista, la falta de un proyecto, los intereses que hay de por medio y el porqué de la participación mediocre de algunos jugadores dentro del combinado nacional. Veamos.
Los rankings de FIFA, que nos ponían en los primeros lugares, la gran inversión de marcas internacionales (200 mdd) en la selección, las exportaciones de algunos jugadores al viejo continente, nos hicieron creer que México estaba preparado para grandes cosas en el futbol; pero la realidad nos puso de nuevo con los pies en la tierra.
La convicción de poner buenos publicistas y empresarios que saben mucho de dinero pero nada de futbol, nos está cobrando factura. En la lógica actual importa más atraer empresas y vender los contratos más caros, que la planeación y el desarrollo futbolístico integral de los jugadores. Por cierto, no se debería contraponer la obtención de recursos económicos con la planificación futbolística de calidad y de largo aliento.
La idea de poner el dinero como objetivo principal, por parte de los directivos (controlados por los empresarios televisivos, cerveceros y banqueros), ha permeado también en el comportamiento de los jugadores nacionales. La nube de confort en que se encuentran algunos jugadores, favorece la construcción del poco carácter, ausencia de convicción deportiva y en la actitud mediocre de los otroras ratones verdes. La balanza de prioridades no está en el terreno de juego, sino en la mayor obtención de patrocinadores y en el aliento a propaganda diversa y cursi, que sólo reproduce y asocia el éxito futbolístico y lo vincula a lazos sentimentales con novias de ocasión (generalmente lanzadas por firmas y televisoras). La poca preparación de nuestros jugadores contribuye a éstas imágenes frívolas.
Nadie está libre de culpa. Los hoy fuertes críticos en los medios, de manera particular Televisa y TV Azteca, que pidieron a los cuatro vientos la cabeza del “Chepo” De la Torre y el cambio de jugadores “agrandados”, son los mismos que participaron en la fabricación de las “estrellitas” que hoy repudian. Esa es la lógica
desechable del duopolio televisivo, también se le puede llamar hipocresía o si se quiere doble moral. ¡Hey gritones! no se hagan los desentendidos por los malos resultados, son parte de ésta crisis.
Es poco probable esperar cambios en el equipo nacional en estos últimos dos partidos, tan sólo con cambiar de director técnico. La enfermedad de la selección maneja muchas más variables difíciles de resolver. La poca preparación de los federativos, las prioridades por el dinero, medios de comunicación poco objetivos, jugadores agachones y con falta de prioridades, entre otras más. La única vía para cambiar ésta situación y dejar de sufrir para calificarnos al mundial en la zona con menor nivel futbolístico, es no calificar al mundial de Brasil, de lo contrario se reproducirían los mismos males que aquejan al futbol profesional, y otra vez el conformismo y las complicidades seguirán campantes.
El cáncer no se cura si no se ataca integralmente. Sabemos que muchos patrioteros se envolverán en la bandera y reaccionaran histéricos, no importa. Ir al mundial sólo servirá para encubrir la orgía de intereses que nos tiene como estamos. Se requiere una reforma radical en todos los niveles empezando por una nueva organización de la FMF, dirigida por profesionales del futbol y no gerentes de la mercadotecnia (a esos se les contrata por honorarios), autonomía en la toma de decisiones de la Federación, que la planeación y el curso de las directrices sean producto de análisis de especialistas y conocedores, y no como hasta la fecha, asumidas por los intereses de los jerarcas comerciales, financieros y los promotores.
Algo Más. Dinero y espectáculo. La pelea Floyd vs Canelo, no es un encuentro deportiva más, es una ecuación de interés económicos y ganancias estratosféricas, 660 mdd rodean ésta pelea. El morbo potencializado deja mucho dinero y nos enajenará, por un momento escaparemos de nuestra realidad. Éste es el discreto encanto del capitalismo.