QUIEN LES QUITA LO BAILADO
QUIEN LES QUITA LO BAILADO
Martín Quitano Martínez
“No preocuparse en absoluto de
lo que la gente opine de uno mismo,
no solo es arrogancia, sino
también desvergüenza”.
Cicerón
“Los
festejos finalmente son los festejos” pareciera decir el gobernante veracruzano
ante las preguntas incómodas que reclaman respuesta y certidumbre sobre eventos
específicos de los últimos días; “no voy a hablar de eso” dice, ataviado para
el “rescate” de nuestras tradiciones, y se retira sonriente, pletórico. Bailar
es lo que en realidad le gusta; las responsabilidades del ejercicio público, la
administración, ser el gobernante, parece que nunca fue lo suyo y es evidente
que lo que opinen de él no le importa en lo más mínimo.
Atestiguamos
la banalización del ejercicio público al hacer de lado las responsabilidades
que se supone tanto buscaban para marcar la diferencia y estar del lado
correcto de la historia. Son las poses demagógicas del más viejo estilo. ¿Diferencias?
Pareciera que ninguna, o tal vez sí, pero para peor.
El
sexenio que se reclama forjador del orgullo veracruzano pasa prontamente a
presentarse como un gobierno ausente, insensible, banal hasta la saciedad,
incompetente y lleno de los lugares comunes de una retórica copiada hasta en la
forma de hablar, pero muy lejana de la influencia y presencia de su creador,
una trágica mala copia.
Termina
otra gestión estatal con más pendientes y más problemas del Veracruz que
recibió. Allí las “inéditas” prácticas de una mayoría del funcionariado
directivo que día tras día fue dejando constancia de su errático
comportamiento, de su reproducción y profundización de quehaceres marcados por
la incompetencia, la opacidad, la petulancia, la reedición de privilegios y la
presunción de manejos presupuestales nada lícitos.
Veracruz
atribulado, desfondado en su infraestructura pública, en carreteras, educación
y salud, sin apoyos agropecuarios, sin rumbo o promoción económica, dependiendo
de los recursos federales que se entregan desde la política social o “los
proyectos” que se impulsan desde el centro del país. Mientras, el jefe de la gestión estatal que devolvió millones de
recursos no ejercidos a la federación, baila y festeja.
Seis
años después de que llegaran “los diferentes”, queda claro que la “diferencia”
venía con una gran porción de lejanía y falta de empatía hacia los pesares de
miles de sus gobernados, indiferencia hacia los reclamos de desatención y
abandono de mujeres, niñas y jóvenes que padecen acoso, desapariciones
violaciones y muertes, respondiendo con cerrazón, desdén y molestia.
Muchos
de dirán, desfachatadamente, que no es tan malo el resultado de la gestión
porque en las recientes elecciones volvieron a ganar, es decir que terminan,
pero no se van, y es cierto cuantitativamente. Un nuevo equipo de “diferentes”
llega a tomar el relevo, una estafeta, una vara tirada en el suelo. Van a
enfrentarse a una condición veracruzana con retrasos profundos, buscando
ocultar las evidencias de la fracasada gestión. Sin embargo, a los que se van quien
les puede quitar lo bailado y lo “conseguido” y como plus entienden que, pese a
todo, se irán con el resguardo oficial.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Adiós
a la División de Poderes. Adiós a la República.
X: @mquim1962