Quieren el poder absoluto
Quieren el poder absoluto
Por Aurelio Contreras Moreno
No bien dos de los principales organismos
autónomos del país dictaron resoluciones -en cumplimiento de sus atribuciones-
en contra de los intereses y decisiones del régimen de la mal llamada “cuarta
transformación”, cuando éste les respondió con rabia desaforada, revelando por
completo su objetivo de hundir a México en lo más ignominioso de su pasado.
Aunque ya lo había sugerido varias veces en
otras oportunidades, el presidente Andrés Manuel López Obrador no dejó espacio
para la duda: su gobierno buscará desmantelar y desaparecer a los dos organismos
autónomos que, sin exagerar, tutelan y le dan vida a la democracia en México:
el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de
Datos Personales (Inai), y el Instituto Nacional Electoral (INE).
Con el hígado en la mano, López Obrador bramó
contra el Inai en su cada vez más patética conferencia mañanera, afirmando que
en ese organismo “no hacen nada de nada y ganan mucho”, mientras anunciaba una
reforma administrativa del Poder Ejecutivo para que las secretarías de Estado
“absorban” las funciones de las instituciones con autonomía legal.
La razón de la inquina presidencial fue la
decisión del Consejo del Inai de presentar –como era su obligación- un recurso
de inconstitucionalidad contra la creación del Padrón Nacional de Usuarios de
Telefonía Móvil que obligaría a todos los usuarios a entregarle al gobierno sus
datos biométricos, lo cual para el organismo –y para una gran cantidad de
expertos en telecomunicaciones y defensores de derechos humanos y digitales- es
violatorio del derecho de las personas a la protección de sus datos personales.
De la misma manera, el nada oculto odio del
régimen hacia el INE tiene que ver con la decisión de este órgano de aplicar
las leyes electorales y las sanciones contra actos ilícitos que en su momento
fueron exigidas por la propia izquierda comandada por… el mismo López Obrador,
a quien esas leyes que promovió en el pasado para evitar la intromisión
presidencial en los procesos electorales ya no le gustan, pues es él quien
ahora descaradamente hace proselitismo en las campañas en marcha.
Apoyado en el sobado y ridículo pretexto de la
“austeridad” y la “lucha contra la corrupción” –mientras, por ejemplo, el
gobierno gasta estúpidamente millonadas en remodelar estadios de beisbol para
complacer delirios tiránicos-, el régimen jura que la Secretaría de la Función
Pública puede hacer el trabajo del Inai, mientras que plantea que las funciones
del INE pasen al Poder Judicial. Argumentos sin sentido, pletóricos de
ignorancia y sin asidero en la realidad.
Precisamente la naturaleza autónoma de estos
organismos es la que les confiere su carácter nacional, por lo cual sus
determinaciones afectan incluso a los tres poderes de la Unión y a las
entidades federativas y los municipios, que junto con sus diferentes
dependencias están obligados a acatarlas. Si se les desaparece y sus funciones
las asume el Poder Ejecutivo, su competencia se reduciría a ese ámbito.
Pero no basta una reforma administrativa. La
desaparición del Inai y el INE requeriría una reforma constitucional para la
cual difícilmente el régimen de la “4t” reuniría los votos necesarios. Al menos
por el momento.
Contra lo que ahora digan los cínicos
detractores que se sirvieron de éstas para llegar al poder, instituciones como
el INE y el Inai son fundamentales para garantizar la pluralidad política, la
rendición de cuentas, el acceso al poder en condiciones de equidad y el derecho
de los ciudadanos a saber lo que hace el gobierno con los recursos que no son
de su propiedad, sino de todas y todos los mexicanos. Son garantes de la débil
pero aún viva democracia que la pandilla cuatrera quiere asfixiar.
Cada vez más errático y autoritario, el
presidente da manotazos en la mesa para intentar imponer sus prejuicios y
resentimientos, así como su arcaica y anquilosada concepción del ejercicio del
gobierno y del poder, en un país al que le costó décadas, sangre y vidas
arribar a un estado de medianía democrática y de libertades individuales que
hoy pretenden conculcar en aras de un proyecto ya a todas luces restaurador de
lo peor del pasado autocrático de México.
Pero no nos engañan. No quieren ahorrar.
Tampoco “defender al pueblo”. Mucho menos luchar contra la corrupción. Y no son
demócratas. Solo quieren el poder absoluto.
La banda
de los inútiles
Como si no tuvieran un sinfín de problemas que
atender y resolver en sus demarcaciones, los gobernadores afines a la “cuarta
transformación” –el que dice que gobierna Veracruz incluido- publicaron un
ilegal desplegado desaprobando la decisión del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación que ratificó la decisión de retirar las candidaturas
a las gubernaturas de Michoacán y Guerrero de Raúl Morón y el cinco veces
acusado de violador y abusador sexual Félix Salgado Macedonio.
La respuesta en las redes a esta banda de
inútiles fue más que elocuente: que se pongan a trabajar y dejen de
entrometerse en los procesos electorales.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras