RAFAEL “FALLO” SAMPERIO RUIZ A 100 AÑOS DE SU NATALICIO
RAFAEL “FALLO” SAMPERIO RUIZ
A 100 AÑOS DE SU NATALICIO
Nació en Veracruz, cuna de grandes artistas que
inspirados por su riqueza natural, la alegría innata de su gente, no pudo ser
otro lugar para ver por primera vez la luz de nuestro personaje. El 3 de marzo de
1922 en la céntrica calle de Independencia del cuatro veces Heroico Puerto de
Veracruz.
De madre veracruzana y padre campechano formaron
una familia de ocho hijos, 7 varones y una mujer, la más pequeña, la
inolvidable tía Niña, recuerda Verónica Samperio hija de “Fallo” Samperio, que peregrina
por el malecón rumbo aquella calle de la que tanto le platicó su padre.
Entre sol, palmeras y el mar de testigo,
conocimos una historia inolvidable de un hombre que dejó un legado artístico musical,
ejemplo de profesionalismo en la época que marcó el rumbo de la radio y la
televisión mexicana.
“Me persiguen los 3, soy el tercero,
nazco un día 3 y siempre trabajé en tríos, solía contarme”, con esa frase inició el
relato su hija, conmemorando el centenario de su natalicio.
Esbozando una sonrisa, recuerda: “En la
escuela primaria Belisario Domínguez, me reprobaron por ser desafinado y cantar
feo, a la edad de cinco años. Mi abuela tocaba la guitarra y mi tío Isauro
cantaba, tal vez por esa línea sanguínea nos llegó la musicalidad”, respondía papá cuando le preguntaban de quién había heredado el talento músical.
La familia Samperio Ruíz, llegó a la ciudad de México en 1930, mi padre, tenía apenas 8 años, llegaron al centro, a unas cuadras de Garibaldi, donde instalaron una botica. Deja constancia una vieja grabación, el tesoro invaluable que guarda los secretos del Trío Tamaulipeco, que filmó más de un centenar de películas en la época de oro del cine nacional.
¿Quién le enseñó a tocar la guitarra?
“Nadie le enseñó a tocar la guitarra, nunca
tuvo maestro, cerca de la botica había una vecindad enorme, parecían una
ciudad, que daba a Garibaldi, centro musical de mariachis, ahí se hizo de
amigos”.
A uno de ellos le decían, Lassie, tenía una
guitarra y cantaba, él le trataba de enseñar los principios de los acordes,
José Valencia compañero de la primaria, otro más era “el chino”. Jamás
imaginaron su futuro, “Fallo” quería ser abogado. Ese fue el principio.
Con sus ahorros compró una guitarra en el Monte
de Piedad, le costó 3 pesos, su hermano “Willy” tocaba el ukelele a su estilo, posteriormente
tocó el requinto.
El gusto por los acordes que descubrían los
emocionaba día a día. “Cada vez lo hacíamos mejor, Lassie cantaba y tocaba, la
1ª voz, chino hacia la 2ª y yo la segunda voz alta, hasta que les dije que yo
quería cantar la primera voz y así fue, nadie lo hacía mejor que yo”. Relata “Fallo” Samperio en una entrevista.
Demos paso a la voz original, de la que ha sido
considerado el mejor falsete de México.
“Al cerrar la botica corríamos al
ensayo. Ya mi padre empezaba a odiar las guitarras al vernos todo el tiempo tocando,
cuando no había clientes.
Cada vez me sorprendía la facilidad que tenía
para tocar la guitarra y descubrir los nuevos sonidos que había, pero aún más
me sorprendía el virtuosismo que tenía Willy para acariciar la guitara. Le empecé
a enseñar, tiempo después se familiarizó con el instrumento hasta dominarlo a
la perfección. La constancia perseverancia y disciplina, nos llevó al éxito.
Esa fue la clave”.
Willy fue un músico completo, arreglaba
canciones, componía unas hermosísimas letras, su locura era el sello de su
personalidad, tanto fue así que llegó a protagonizar películas con su muy amigo
Pedro Infante, “El Inocente”, tenía lo que un músico añoraría, talento, simpatía,
bohemio. Le gustaba todo tipo de juegos de azar, y para colmo era
extremadamente galán…ya se imaginarán en el ambiente artístico… su campo de
batalla.
Cuando llegaban los pagos me pedía un
poco más de dinero el cual tendría que pagar a la siguiente remesa, cuando esta
llegaba, me decía aquí esta lo que debo, y ahora préstamelo otra vez.
Continuará…