REGENERACIÓN O DEGENERACIÓN
REGENERACIÓN O DEGENERACIÓN
Uriel
Flores Aguayo
El
potente y abrumador resultado obtenido por AMLO y su coalición electoral en el
2018 fue resultado de su carácter persistente y su estrategia abierta; con eso
fue suficiente para ilusionar a 30 millones de electores. La coyuntura de
aquella elección se nutrió decididamente con la falta de resultados, primero, y
la espantosa corrupción, después, de las alternancias del PAN y el PRI. En
algún sentido se vivió la tormenta perfecta en términos electorales y todo
favoreció al proyecto de la llamada regeneración nacional.
A estas
alturas, con 4 años y fracción del gobierno de AMLO, ya se puede decir en forma
categórica sobre su esencia y alcances. De aquí en adelante seguirá una inercia
y se concentrará- ya están en eso – en mantenerse en el poder como proyecto
político. Es tiempo oportuno para cuestionarse sobre la existencia de esa
regeneración de la vida pública de México que llaman propagandista y
superficialmente cuarta transformación. Las preguntas respectivas son concretas
y simples: se ha acotado el presidencialismo?, se cumple con la división de
poderes?, ya no hay partido oficial?, se respeta la libertad de expresión
escrupulosamente?, se estimula a la sociedad civil?, nos deslindamos de las
dictaduras?, apostamos por energías limpias?, los mega proyectos se basan en
estudios serios?, se cumple con el federalismo?, ya no hay condicionamientos
partidistas en los programas sociales ?, éstos ya no son
asistencialistas ?, ya no hay culto a la personalidad?, se gobierna para todos?
. En fin, pueden ser esas y muchas más preguntas y me parece que la respuesta
será negativa. Basta observar nuestro entorno local a nivel estatal para
concluir rápidamente que aquí no ha operado ninguna regeneración política, que
es más de lo mismo, lo de siempre. Esta alternancia se apartó de ideales
democráticos y quedó muy lejos de lo que puede considerarse de izquierda; se
fue por los caminos del líder carismático en detrimento de las instituciones y
la ciudadanía. Era un cambio indispensable y justo que no ha ido más allá de un
relevo de siglas, rostros y colores. Quienes vengan, de adentro o fuera, tienen
grandes retos. No podrá haber continuismo si ya no hay un caudillo. Vendrá otra
etapa distinta, de cambios en otro sentido. La clave es la reconciliación, no
la podrán eludir quienes lleguen al poder. Una vez designadas las candidaturas
será más claro un nuevo rumbo.
Recadito: una gran tarea es que
prevalezcan las organizaciones sociales.