RELEGAN A INFANTES POR DESCONOCIMIENTO DEL SÍNDROME DE TOURETTE
RELEGAN A INFANTES POR DESCONOCIMIENTO DEL SÍNDROME DE TOURETTE
•
Afecta a uno por ciento de la población, refirió Hugo Sánchez Castillo
• Se caracteriza por la presencia de tics o movimientos involuntarios; se puede
confundir con un trastorno de déficit de atención o con autismo
Presentar movimientos involuntarios, decir
groserías de manera descontrolada y ser vistos como “bichos raros” por quienes
los rodean, son motivos de sufrimiento para los infantes con Síndrome de
Tourette, explicó el investigador de la Facultad de Psicología (FP), Hugo
Sánchez Castillo.
El desconocimiento que se tiene de esta condición mental, que
afecta al uno por ciento de la población, y a que en México existe miedo a
admitir los problemas de salud mental, las y los niños pueden ser relegados y
aislados socialmente, abundó al referirse al tema en entrevista.
Nos
da temor decir: en mi familia hay alguien psicótico, esquizofrénico, inclusive
con Síndrome de Alzheimer, simplemente se dice que es holgazanería o que no
quieren hacer las cosas. La salud mental es poco valorada, una persona con un
trastorno creemos que es débil y que no se ha adaptado, argumentó.
El
experto en trastornos neurodegenerativos y de la conducta precisó que se trata
de una enfermedad antigua, en términos de registro, la cual fue descrita por
primera vez por el neurólogo francés Georges Gilles de la Tourette, en 1885,
quien atendía a una marquesa que manifestaba groserías y se decía que tenía el
rostro contracturado.
Años
después Mary Robertson retomó el caso y nombró el síndrome en honor a Gilles de
la Tourette. En la actualidad se sabe que es una afectación en el nivel de
ganglio basal y una afectación en la corteza prefrontal para regular su
conducta; eso hace que los niños reporten que antes de un episodio sienten un
“aura”, o que empiecen a temblar o ver luces, por eso algunos tratan de regular
la conducta.
Es
un padecimiento que se reporta con más frecuencia en niños que en niñas, y
aparece en etapas tempranas del desarrollo (a los 10 u 11 años), aunque hay
casos en los cuales los síntomas perduran hasta la edad adulta, pero cuando la
corteza prefrontal madura el paciente es capaz de regular su conducta, dijo.
Se
caracteriza por la presencia de tics o movimientos involuntarios que pueden ser
vocales como la ecolalia, es decir, cuando una persona repite todo lo que otra
dice; coprolalia, pronuncia palabras obscenas o impropias; y cuando solo habla,
habla y habla se le dice palilalia.
También
alzar las manos o los pies repetitivamente, y la variante más complicada es la
considerada maligna porque implica conductas repetitivas de autolesión; por
ejemplo se golpean y pueden romperse huesos o clavarse objetos punzocortantes.
Sánchez
Castillo enfatiza que es esencial saber que cuando enfrentan estos tics son
conscientes de la situación y sufren porque tratan de evitarlo. Ello ocasiona
un inconveniente de adaptación importante porque son considerados personas
raras, problemáticas y, en casos extremos, monstruos.
Las
situaciones relacionadas con la mente no se curan, se controlan. En el caso del
Síndrome de Tourette en numerosos casos se les quita al crecer, pero si es
crónico al desarrollarse se les puede tratar con fármacos antipsicóticos para
que no se sobreexiten, destacó.
Debido
a su naturaleza, se puede confundir con un trastorno de déficit de atención por
hiperactividad, por ejemplo ansiedad por los gritos o exasperaciones; o con
autismo, debido a la actitud repetitiva y los movimientos constantes, expuso el
especialista.
En ese sentido, Sánchez Castillo añadió que debe haber un reconocimiento
correcto de la sintomatología. Los menores no lo dicen o no les gusta por este
estigma que los hace ver como monstruos, groseros, y se vuelven retraídos o con
problemas de adaptación.
El
especialista recomendó a los padres de familia que si observan que su hijo
presenta esas manifestaciones, bajo rendimiento escolar, no se relaciona con
otros niños, o permanece con las manos bajo la mesa agarrándolas fuertemente,
es probable que esté tratando de controlar el tic motor. O bien, si emite
ruidos extraños varias veces es posible que se trate de algo fuera de su
control, por lo que en vez de regañarlo o castigarlo hay que preguntarle si lo
puede dominar o no.
Adicionalmente
se debe buscar ayuda especializada. La FP cuenta con profesionales que ofrecen
servicios en sus clínicas y en hospitales públicos con los que colaboran.
Fuente UNAM