Renovación de esperanzas en Coatepec
René Sánchez García.
El pasado viernes, el doctor Ricardo Palacios Torres, tomó posesión como nuevo presidente municipal de Coatepec, y con ello, quienes aún creen en la palabra de los funcionarios, de los políticos o de los partidos, renuevan las esperanzas en un futuro mejor para la gente o para sus localidades. Al fin pueblo pequeño, mucho tiene que ver el origen, los estudios, la trayectoria, la vida personal, es en esa historia donde se basa la confianza para ser gobernado. En el caso del doctor Ricardo Palacios Torres no hay duda, existe eso que los psicólogos llaman empatía y esto es un buen principio, ahora sólo falta ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero sobretodo el trabajo de toda la comuna y la buena administración de los recursos, esto es, hacer mucho con poco para dejar huella.
Los años, los meses, las semanas, los días y las horas que le restan a esta administración municipal serán más de proyectos y de buenos deseos, que de realidades. La baja en la producción de petróleo y la caída de nuestra moneda en los mercados internacionales, sólo nos conduce a una realidad, menos participaciones para los Estados de la República. Igual sucede por lo que se dice y cuenta de Veracruz, nos esperan meses difíciles para todos, luego entonces, la obra material futura para Coatepec y sus Congregaciones será totalmente mínima. Si esto le sumamos que en nuestro municipio no hay actividad empresarial, fuentes de trabajo u empleos y que nuestra gente sufre mucho por lograr lo básico (alimentación, salud, educación y vestido) y que cada año el cultivo, cosecha y venta del café está en franca caída, podemos todos imaginar el futuro inmediato: algo más negro que la noche.
Pero el deseo de trabajar por Coatepec ya lo mencionó el doctor Ricardo Palacios Torres (por cierto hijo de mi profesor de Biología en la secundaria para trabajadores No. 8 de esta ciudad, allá en los sesentas) en su toma de posesión y es sólo cuestión de mucha planeación, organización, imaginación, creatividad y buenas relaciones para darle una nueva imagen a las calles de la ciudad que constituyen una vergüenza. Igual sucede con el alumbrado público en sus calles, así como en las tres entradas a la ciudad, donde no existen ni siquiera las señales elementales de seguridad vial. Ya no tiene caso comentar la lentitud en los trámites que se realizan en las diferentes oficinas de nuestro palacio municipal, pese a la multitud de empleados existentes. De igual forma se hace necesario darle un vistazo a la biblioteca municipal, donde es necesario la funcionalidad y la actualización de los materiales para los niños y jóvenes estudiantes. Sin faltar, claro está, una remodelación a nuestro mercado de frutas, verduras, carnes y demás cosas comestibles.
La lista de pendientes es larga, pero esto no significa que la actividad por parte de la comuna sea un fracaso total, o esté en el caos, no, sino que hay que reconocer aciertos como el de la limpia pública, pero bien se hace necesario pasar lista por su cementerio local y los otros de sus alrededores, en donde la falta de limpieza se nota claramente. Llama la atención los actos cívicos escolares frente a palacio y la ayuda constructiva que se le hace a algunos de los planteles, pero aún hay muchas escuelas con necesidades no satisfechas. Finalmente se hace necesario involucrar a los ciudadanos en el embellecimiento de la ciudad, mediante una participación colectiva como en antaño se hacía mediante los jueces de manzana, los comités de obras y las juntas de mejoras.
Bueno, el doctor Ricardo Palacios Torres es coatepecano, conoce la ciudad, sus alrededores, sabe de las necesidades apremiantes y pueden estar seguro que los habitantes pueden ser participativos en todo momento. Por ello, al nuevo munícipe debe otorgársele un voto de confianza.
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