REPRUEBAN GESTIÓN DE FRAUSTO AL FRENTE DE LA SC
REPRUEBAN GESTIÓN DE FRAUSTO AL FRENTE DE LA SC
Francisco Morales
Agencia
Reforma
Ciudad
de México 30 septiembre 2024.- La gestión de Alejandra Frausto al frente de la
Secretaría de Cultura (SC) en el sexenio que hoy concluye resulta
preponderantemente negativa.
Lo anterior, según un sondeo de REFORMA vía
cuestionario realizado entre representantes de diversos gremios del sector:
teatro, danza, música, industria editorial, librerías, pueblos indígenas,
museos, patrimonio y políticas públicas.
En una amplia sección de preguntas abiertas,
la gestión de Frausto fue criticada, esencialmente, por faltar a su promesa de
descentralización, por el exiguo presupuesto y por la concentración de recursos
en megaproyectos como el Tren Maya y Chapultepec, Naturaleza y Cultura.
Con los matices propios de cada gremio,
disciplina artística o campo de especialidad, los consultados detallaron cómo
sus áreas fueron desatendidas por las medidas de austeridad y por privilegiar
los desarrollos abanderados desde la Presidencia.
Entre todas las voces, las que refirieron un
abandono mayor son las de la industria editorial y las librerías
independientes, quienes denunciaron que, durante el sexenio, la SC dejó por
completo sus facultades sobre el libro y la lectura en manos del Fondo de
Cultura Económica (FCE).
En las artes escénicas, señalaron que el
discurso que estigmatizó a las llamadas «bellas artes» como
privilegiadas provocó una carencia de oportunidades que, sin embargo, no fueron
remediadas por desarrollos como los Semilleros Creativos, que ofrecen trabajo
precario.
Por otro lado, las proclamas oficiales a favor
de la cultura popular y los pueblos originarios no redituaron, según los
comentarios, en mejoras para los escritores en lenguas indígenas o para la
gigantesca estructura del INAH, que sufre una carencia histórica.
Asimismo, señalan que los museos públicos que
no formaron parte del proyecto Chapultepec sufrieron abandono presupuestal.
En cuanto a políticas públicas, se criticó que
el incumplimiento en la descentralización provino de la distribución
inequitativa del mermado presupuesto para el sector.
Ven
olvido en las artes escénicas
Las artes escénicas no sólo padecieron una
histórica falta de recursos, sino que fueron objeto de un discurso público que
llegó a antagonizar a los creadores de diversos campos.
«La reducción del presupuesto orilló a
esta Secretaría a dar prioridad a proyectos insignia: Cultura Comunitaria,
Original, Chapultepec, Tren Maya», señaló Sergio Villegas, escenógrafo
Presidente de la Academia Metropolitana de Teatro.
«Y al no tener recursos adicionales para
impulsar las bellas artes y cumplir con el resto de sus promesas de campaña,
prefirió adoptar discursos y narrativas que justificaran la idea de que las
bellas artes son elitistas, sus asignaciones presupuestales propensas a la
corrupción y sus artistas niños malcriados que se rehusan a dejar sus
privilegios».
Como núcleo del programa Cultura Comunitaria,
la SC fundó 442 Semilleros Creativos en todo el país que, idealmente, habrían
de ofrecer oportunidades de empleo para que los creadores pudieran transmitir
sus conocimientos a nuevas generaciones.
Sin embargo, la Presidenta del Consejo
Nacional de Danza México, Erandi Fajardo, explicó que el diseño de estos
centros culturales fue limitado.
«Impacto mínimo. Los Semilleros
ofrecieron oportunidad profesional a pocas personas; no se desarrollaron con
perspectiva nacional: investigación, movilidad, formación continua,
emprendimiento, desarrollo de público, financiamientos privados, defensa de
derechos, regulaciones administrativas y acceso a aspectos básicos de vivienda,
atención médica y seguridad alimentaria», evaluó.
En otro campo, las agrupaciones artísticas
dependientes del Estado, con trayectoria previa a este sexenio, también
sufrieron la austeridad impuesta desde la Presidencia.
«Las orquestas dependientes de la
Secretaría y del INBA han atravesado por un periodo de precariedad sin
precedentes, a pesar de los esfuerzos incansables de sus directores y músicos,
quienes merecen mayor apoyo», lamentó Benjamín Juárez Echenique, director
de orquesta.
«La educación musical, asimismo, ha
sufrido a causa de decisiones improvisadas y designaciones inadecuadas. El
apoyo presupuestal al talento y la excelencia ha sido particularmente
deficiente, como se observa en el caso de la Orquesta Escuela Carlos Chávez,
que merecía un respaldo mucho mayor», abundó quien ha encabezado el
Departamento de Música de la UNAM y la Dirección del Cenart.
Temas como la inequidad en el estímulo fiscal
Efiartes, la filtración de datos personales por parte de la plataforma Telar y
la desaparición de fideicomisos del sector también fueron mencionados como
perjudiciales.
Abandono
a los libros
Posiblemente la ausencia más notoria de la SC
fue en el ámbito del libro y la lectura, áreas en las que solía participar
determinantemente.
«La Secretaría estuvo lamentablemente
ausente de todo lo que tuviera que ver con el libro y la lectura. Al parecer,
por órdenes superiores, se centralizó toda política pública en torno al libro
en el FCE», declaró Hugo Setzer, titular de la Caniem (Cámara Nacional de
la Industria Editorial Mexicana).
Uno de los rasgos más evidentes es que, desde
2020, la Subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, desde
donde se tutelaban estas políticas, permaneció acéfala tras la renuncia de
Natalia Toledo.
También, que la Dirección General de
Publicaciones de la SC desapareciera formalmente hasta 2023, cuando en los
hechos operó bajo el mando de Paco Ignacio Taibo II, titular del FCE, desde el
inicio del sexenio.
«Para el libro y la lectura no hubo
recursos en esta Administración. Las bibliotecas públicas no han renovado sus
acervos desde 2019. El programa de apoyo a la traducción, Protrad, fue un
fracaso. Los recursos para el programa de Efilibros fueron ínfimos. No hubo una
política pública de fomento del libro y la lectura», añadió Setzer.
Si la industria editorial sufrió desinterés
por parte de la SC, las librerías independientes del País pasaron incluso más
desapercibidas en sus políticas.
«Pienso que no hubo tal papel, no tuvo
una presencia de ningún tipo y, si la hubo, fue negativa», zanjó Claudia
Bautista, Presidenta de la Red de Librerías Independientes (Reli).
Los pocos apoyos que pudieron obtenerse para
este gremio, dijo, provinieron del ámbito legislativo, donde se aprobó la
extensión del precio único del libro y la permanencia de un descuento al ISR.
Desde el Ejecutivo, el acercamiento fue nulo.
«Todas las demás librerías tienen que
vérselas por sí mismas y no hay ningún viso, nunca lo hubo, tampoco intento, de
querer acercarse, querer platicar de los problemas que enfrentamos las
librerías en la CDMX o fuera; no hay absolutamente ningún interés»,
declaró Bautista, propietaria de la librería Hyperión de Xalapa, Veracruz.
Cultura
popular, sólo en el discurso
La poeta y traductora mixe Rosario Patricio,
del Consejo Directivo de la asociación Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC),
es tajante en su evaluación.
«Hubo poca atención en lo que se refiere
a la cultura popular e indígena. Su prioridad ha sido con la cultura elitista
de occidente que poco tiene que ver con la mayoría de la población
mexicana», destacó.
A pesar de que el discurso oficial se volcó en
estas áreas, los apoyos destinados a las mismas, estimó, fueron prácticamente
los que ya existían.
«Se observa que los apoyos que ya
existían con los gobiernos anteriores casi son los mismos que existen ahora,
salvo excepciones como la Medalla Bellas Artes que se les otorgó a Briceida
Cuevas Cob, poeta maya, y Juan Hernández Ramírez, poeta náhuatl», destacó.
«Uno de los errores que comete la
Secretaría es la poca visión que tiene para escoger al personal directivo y
operativo, quienes tienen poca visión sobre la diversidad cultural que existe
en México; esta diversidad se encuentra en los pueblos y comunidades
indígenas».
Además, el INAH, dependencia encargada de
velar por el patrimonio histórico, se encuentra en una crisis acentuada por la
falta de recursos para su operación.
«En tanto que evidentemente el
presupuesto no fue suficiente en todo el sexenio, menudo problema encontrará la
próxima secretaria de cultura (Claudia Curiel de Icaza), pues se va a encontrar
con instituciones pauperizadas en las que ni siquiera los mínimos consumibles
hay para el trabajo mínimo administrativo, menos para los otros rubros
sustantivos», reflexionó Bolfy Cottom, antropólogo integrante del
Colectivo de Trabajadores del INAH.
Para una institución cuya presencia es
fundamental en los 32 estados, el centralismo presupuestal causó un problema
administrativo serio.
«De los grandes lastres de nuestro país,
en términos administrativos, ha sido la centralización, y en este gobierno en
lugar de avanzar en ese rubro retrocedimos escandalosamente. Es decir, una cosa
es que haya materias exclusivas que competen al Gobierno Federal y otra que
avasalle a entidades federativas y municipios, sobre todo controlando el
presupuesto. Parecemos un una República centralista», criticó Cottom.
«Eso es un vicio que se impuso y acentuó
desde la Presidencia, lo reprodujo la Secretaría y bajó hasta las
administraciones de entidades federales específicas que tienen representación
en los estados».
Los
museos, relegados
Durante las administración de Frausto, los
museos que recibieron mayor apoyo para su mantenimiento e infraestructura
fueron aquellos aledaños al megaproyecto Chapultepec.
«Carentes de recursos, en la capital y en
todo el País, los demás museos fueron dejados a su suerte: vieron deteriorarse
implacablemente sus instalaciones y equipos», diagnosticó Graciela de la
Torre, titular de la Cátedra Extraordinaria Inés Amor de Gestión Cultural de la
UNAM.
«Además, con recortes presupuestales a
diversas partidas -por ejemplo, 75 por ciento en servicios generales,
materiales y suministros-, tuvieron enorme dificultad para llevar a cabo una
programación de calidad; los productos editoriales fueron prácticamente
inexistentes y (los recintos) estuvieron imposibilitados para incrementar colecciones
y, por ende, hacer patrimonio y memoria visual», ahondó la fundadora del
Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
Entre las fallas que señala, está también que
no hubo aliento para la participación de la IP, que el análisis sobre los estragos
que causó la pandemia de Covid-19 fue deficiente y que no se permitió la
crítica a los funcionarios de los museos.
«En cuanto al manejo y preservación del
patrimonio artístico, ya lo he dicho y repito, que será totalmente irregular
que un museo pierda la jurisdicción sobre su acervo, como parece ser que
ocurrirá con la Bodega Nacional (de Arte)», alertó sobre este nuevo
complejo en Chapultepec.
«Cierro estas líneas comentando que, en
julio de 2020, nuestra Universidad hizo una radiografía puntual de los
problemas de los museos y el sector cultural en ‘Para salir de terapia
intensiva, estrategias para el sector cultural hacia el futuro’, y que, al
concluir esta Administración, la situación es igual, si no es que peor»,
concluyó en sus respuestas al sondeo.
Falla
en políticas públicas
Aunque en la administración pública no todo
depende de los montos que reciban las dependencias de Gobierno, la forma de
usar recursos escasos suele ser determinante para el éxito o el fracaso de las
políticas públicas.
Según Paulina Castaño, investigadora y
analista del sector Cultura para el Centro de Análisis e Investigación Fundar,
la austeridad y la centralización fueron la marca del sexenio.
«En términos de presupuesto, la política
cultural en nuestro País lleva años sumergida en la austeridad y no se hizo
algo para remediarlo. Al contrario, desde el inicio de este Gobierno se ha
priorizado financiar megaproyectos con recursos de cultura, en lugar de
financiar la diversidad cultural y artística», contrastó.
De acuerdo con su análisis sostenido del
presupuesto, Chapultepec absorbió el 25 por ciento de los recursos durante tres
años consecutivos.
Una evaluación de la distribución del
presupuesto en 2024 muestra la disparidad de recursos.
«En 2024, el 18.14 por ciento del
presupuesto de la SC se destinó a mejorar las zonas arqueológicas alrededor del
Tren Maya, y 5.97 por ciento al Complejo Cultural Bosque de Chapultepec, un
proyecto que desde sus orígenes ha sido rechazado por diversos sectores culturales»,
expuso Castaño.
«Sin considerar el presupuesto en favor
de estos megaproyectos, el presupuesto 2024 de la SC equivaldría a sólo 12 mil
715 millones de pesos. La infraestructura cultural continuó concentrándose en
pocas zonas del País, a pesar de que esta Administración se comprometió a
descentralizarla. De hecho, el presupuesto para el fortalecimiento de
infraestructura de otras entidades federativas apenas representa el 1.18 por
ciento del presupuesto de la SC», concluyó.
Su análisis, así como el de los representantes
de los diversos gremios del sector cultural, arroja que la administración de
Frausto en este sexenio fue ampliamente reprobada.