Respeto y cultura
Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Nuestra región es afortunada no solo en recursos naturales que han permitido generar su riqueza económica, sino también en su historia, sus tradiciones y costumbres, las cuales han funcionado como amalgama de nuestra identidad social. Gracias a ello, dos municipios cercanos han sido reconocidos como Pueblos Mágicos, y hay la posibilidad de que uno más obtenga este reconocimiento, lo cual es indicador de que ofrecemos algo único e irrepetible con respecto a otras regiones del país y del planeta. Sin embargo, el contacto constante con diferentes prácticas y convivencias, el libre tránsito de las personas que llevan y traen otras formas de pensar, así como el cambio de visión de las nuevas generaciones, siempre conllevará una evolución que aunque necesaria, puede afectar la preservación de nuestros orígenes.
Una interesante conjunción de elementos representativos del municipio de Coatepec con un fenómeno que se ha dado a lo largo de nuestro país es la instalación de letras en lugares representativos (en este caso con el nombre de nuestro pueblo mágico y con motivo del noveno aniversario de su nominación). Resulta positivo el promover la cultura local en el camino de una visión turística más general, compartiendo con otros pueblos y ciudades la misma intención de incrementar el turismo y ver un beneficio a cambio.
Otras iniciativas que se han integrado a favor de la cultura regional es la promoción del ciclismo como transporte alternativo, la generación de mercados orgánicos, o la integración de nuevos productos como muebles hechos a base de bambú, servicios de deportes extremos, etc. El enriquecimiento multicultural es bienvenido pero no olvidando ni trasgrediendo lo que nos distingue de los demás.
En ese sentido, es tarea de los que habitamos en esta zona el preservar lo originario, pero también lo que se ha integrado. Y esto solo se puede lograr con el respeto, un valor poco cultivado pero que es crucial para la convivencia entre las personas. Si es benéfico incentivar el ciclismo, hay que generar lineamientos para regular el tránsito incluyente. Si las letras de COATEPEC hacen resaltar esta ciudad cafetalera, hay que cuidarlas para hacerlas perdurar lo más posible. Si se crean nuevos productos y servicios, hay que hacerlo de forma amigable con el medio ambiente y no trasgrediendo prácticas milenarias.
Es triste ver que la ausencia del respeto es una de las causas del declive de una sociedad. Por lo tanto, yo les invito a fortalecerlo en nuestras prácticas cotidianas, porque es lo que nos permite reconocer los límites entre uno y otro, así como es el principio básico de la paz.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.