REVISAN DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA LA ECONOMÍA MEXICANA
REVISAN DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA LA ECONOMÍA MEXICANA
· La mejor herramienta para
enfrentar las amenazas de Estados Unidos es la diplomacia
Ingrid
Reyes / IIEc
Ciudad
Universitaria, CDMX, 11 febrero 2025.- Ante las recientes amenazas sobre la aplicación
de aranceles a productos mexicanos y canadienses que hizo el presidente de
Estados Unidos de América (EUA), Donald Trump, el Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc) de la UNAM realizó la mesa redonda Aranceles y TMEC.
“Desafíos y oportunidades para la economía mexicana”, en la que se discutieron
las implicaciones de esta política y las posibles estrategias de México para
mitigar sus efectos.
Armando
Sánchez, director del Instituto, destacó la importancia de la discusión en el
contexto actual y señaló que la crisis generada por la amenaza de aranceles fue
bien manejada por la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno. Sin embargo,
advirtió que la incertidumbre persistirá por al menos un mes más, dependiendo
del comportamiento de los mercados financieros en EUA, la respuesta de México y
la situación con China.
“Es
probable que todo esto influya en la decisión que tome Trump de usar los
aranceles como medida de presión. Estas amenazas están generando volatilidad,
pero por el momento no hay un riesgo de crisis permanente en la economía
mexicana” afirmó Sánchez. También resaltó la necesidad de seguir impulsando las
exportaciones y aprovechar oportunidades como el nearshoring, que podría
fortalecerse si China se ve afectada por las nuevas medidas comerciales.
En su
intervención, la académica Eufemia Basilio enfatizó que la amenaza de aranceles
sigue latente y representa un escenario preocupante para sectores clave como la
agroindustria y la industria automotriz, ya que ambas economías, tanto la de México
como la de Estados Unidos, tienen una alta dependencia en esos rubros.
“Los
aranceles son una herramienta de política comercial que no debería usarse para
generar presión a corto plazo […] que en los próximos 30 días se logren
acuerdos favorables.
Por su
parte, César Salazar, investigador del IIEc, subrayó el papel clave que ha
jugado la diplomacia mexicana en la negociación arancelaria. Señaló que una
guerra comercial con Estados Unidos podría tener efectos catastróficos en ambas
economías y que México debe evitar responder con medidas espejo, ya que éstas
podrían afectar de igual manera su propio comercio.
“La
diplomacia ha sido la mejor herramienta hasta ahora y debe seguir siéndolo”
remarcó Salazar. También mencionó que es necesario comprender la forma de
negociar del presidente estadunidense, quien maneja la política como si fuera
una de sus empresas y que una de las herramientas que ha utilizado EUA para
salir de sus crisis ha sido el papel que tiene como proveedor de moneda
internacional.
A su vez,
Moritz Cruz, también académico del IIEc, abordó la incertidumbre que generan
los aranceles en la economía global y destacó que este tipo de medidas pueden
desestabilizar los mercados financieros y de producción. Además, cuestionó si
el modelo de libre comercio debe seguir siendo el camino principal para el
crecimiento económico de México.
“El
libre comercio se vio como un medio de llegar al crecimiento económico, es
oportunidad de reflexionar si se tiene que seguir este camino o no, y si se
mantiene en este sistema de libre comercio o no, o bien si debe enfocarse en el
mercado interno como motor de crecimiento, fortaleciendo el mercado laboral”,
dijo.
Y,
ante la política arancelaria propuesta por Trump, comentó: “El punto central es
generar incertidumbre, romper con un sistema muy establecido de intercambio
comercial y al hacerlo, generar un desajuste en los mercados de producción y
financieros. Es lo que pretende el presidente de EUA”.
Armando
Sánchez concluyó que existe consenso entre los expertos sobre la incertidumbre
que generan las medidas arancelarias. No obstante, reiteró que México tiene la
capacidad de mitigar los efectos adversos a través de una estrategia de mediano
y largo plazo que fortalezca tanto el mercado interno como el externo de la economía
mexicana. Existe un mercado interno que podría complementar los esfuerzos del
sector exportador, permitiendo generar crecimiento económico.
“No
hay que perder de vista el desarrollo de la infraestructura, las condiciones de
igualdad, la distribución de ingreso en el país e ir transitando hacia un nuevo
modelo de desarrollo que se caracterice no sólo por no cerrarse a la economía
mundial, y crear las condiciones que generen un mercado interno sólido que
trabaje en sinergia con el mercado externo”, finalizó Sánchez.
FUENTE: UNAM