RUMBO AL 2024
RUMBO AL 2024
Uriel
Flores Aguayo
Inexorablemente
nos vamos aproximando al relevo sexenal en presidencia y congreso. Por fortuna
no tenemos reelección en el ejecutivo y no existe la correlación propicia en el
poder legislativo para que lo intentaran.
Actualmente
las tendencias favorecen al partido oficial. Sus aspirantes realizan abierta y
obvia pre campaña desde hace un año y medio, al menos. Eso les da ventaja y los
coloca en el conocimiento e imaginario social. Es previsible que la competencia
mayor sea al interior de morena y solamente haya alternancia de personas.
La
fortaleza, por el momento ausente, de la oposición condiciona la candidatura
oficial. Si el bloque opositor se levanta competitivo, eso implicará
un perfil de candidatura de morena; y a la inversa, si sigue cómo está,
facilitará una candidatura cómoda. Hay que decir que las oposiciones no están a
la altura de las expresiones ciudadanas pro democráticas ni de las más diversas
manifestaciones de partes de la sociedad. Después de ser arrasadas en el 2018
las oposiciones no hicieron autocrítica ni se reformaron.
En
esencia siguen los mismos y en lo mismo, son cúpulas burocráticas lejanas de
los problemas concretos de la gente concreta. No tienen presencia significativa
ni liderazgo. Puede ocurrir que traicionen las demandas de millones de
ciudadanos que buscan alternativas. Si no se abren y se ponen al servicio de la
ciudadanía, su papel será poco importante y estarán cediendo sin pelea los
espacios de poder.
Movimiento
ciudadano irá al bloque si le ve posibilidades mayoritarias; en caso contrario
caminará solo.
Sin una
oposición que dispute el poder, los cambios vendrán del interior de morena.
Serán los cuatro aspirantes quienes encabezarán la siguiente etapa de esto que
se ha dado en llamar como cuarta transformación. Quien resulte no será una
repetición del actual presidente; habrá cambios importantes y nada será igual.
En estos
momentos no pueden mostrarse como son realmente porque necesitan cuidar las
formas. No veo un Obradorismo en el futuro inmediato por mucho que deje
colocados a sus cercanos en gubernaturas y congreso. El o la nueva candidata
ejercerá plenamente su cargo. No hay tiento con poder y éste no se comparte. Se
puede intentar, pero no habrá maximato. Somos otra sociedad y nos impacta la
vecindad con los EEUU.
La
partidocracia taponea los conductos democráticos de México; lamentable con esos
partidos tendremos que ir al 2024. Habrá que exigirles los diagnósticos y su
pleno compromiso ciudadano y democrático. No es sano continuar con caros
partidos de auto consumo o de plataforma de meras individualidades.
Viene una
seria y trascendente coyuntura nacional. Hay que asumir compromisos con
Veracruz y México.
Recadito:
tenemos gobiernos de operadores, sin pensadores.